Educación digital infantil: la mejor ciberdefensa del futuro

En la era digital, niñas y niños viven en un mundo donde la privacidad y la seguridad en línea son parte de su día a día. Lejos de ser espectadores, pueden y deben ser protagonistas en la construcción de un entorno digital más seguro. Acompañarlos en el ejercicio de su ciudadanía digital es clave para que se conviertan en agentes de cambio capaces de transformar el ciberespacio en un lugar más protegido para todos.

En México, más del 40% de los menores tienen acceso a dispositivos móviles desde los seis años o incluso antes. Esta conexión temprana les ofrece ventajas como aprender, jugar, y comunicarse, pero también los expone prematuramente a riesgos, entre ellos el robo de datos personales, ciberacoso, acceso a contenidos inapropiados para su edad o la interacción con desconocidos en línea, especialmente si no cuentan con supervisión.

Aunque las infancias de hoy crecen rodeadas de tecnología, sin educación digital difícilmente ejercerán una ciudadanía responsable en línea, es decir, no contarán con los conocimientos y habilidades necesarios para navegar con sentido crítico en estos entornos. Más allá de saber usar una app o buscar información en internet, ser un buen ciudadano digital implica pensar antes de compartir, respetar al otro incluso tras una pantalla, proteger nuestra privacidad y la de los demás, e identificar y combatir ciberamenazas.

Si desde pequeños niños y niñas desarrollan hábitos como cuidar su información personal, detectar contenidos sospechosos y actuar respetuosamente en línea, pueden actuar como una barrera natural contra amenazas comunes como la ingeniería social y el phishing. Además, cuando entienden los riesgos y responsabilidades en el entorno digital, son más propensos a compartir este conocimiento con amigos, familiares o sus comunidades escolares. En resumen, se vuelven multiplicadores de mejores prácticas.

Para que eso sea posible, las infancias necesitan acompañamiento. Datos indican que el 86% de los mexicanos cree que regular el comportamiento digital de los menores es responsabilidad de padres y familia, mientras que otro 25% considera que corresponde a escuelas y docentes.

La autora es Gerente de producto para el consumidor para México en Kaspersky