Lectura 5:00 min
El año en “60 segundos”: más que una tendencia, un espejo de quiénes somos
Alfredo Duplan | Más allá del éxito
Hay algo mágico en los últimos días del año. No importa si fue un año retador, extraordinario o simplemente “uno más”: todos sentimos ese impulso casi automático de mirar atrás. Es un ritual humano. Desde que estrenamos la primera agenda o abrimos la primera nota de “propósitos del año”, hasta que aparece en la pantalla un resumen de todo lo que fuimos, hicimos, escuchamos o visitamos durante doce meses. El cierre de año tiene memoria propia, y cada vez más, también tiene registro digital.
En lo personal, hacer un recuento del año es más importante de lo que pensamos. No es sólo mirar hacia atrás; es reconocernos. Empezamos enero llenos de metas —hacer más ejercicio, viajar más, leer más, ahorrar más—, y sin darnos cuenta, el año va dejando huellas de lo que realmente priorizamos. A veces cumplimos, a veces no, pero el simple acto de revisar nos da información valiosa: qué funcionó, qué no y qué queremos ajustar para el año que viene. Es un ejercicio de honestidad y también de crecimiento.
Pero en 2025 este ritual ya no es únicamente personal. Se volvió una moda global, impulsada por las marcas y, sobre todo, por los datos. Lo que comenzó hace algunos años con los videos virales de Facebook —esos montajes que recopilaban amistades, fotos y momentos del año— evolucionó a un nivel completamente distinto. Hoy, prácticamente todas las plataformas en las que interactuamos tienen su propia versión del “año en review”.
Spotify nos manda el famoso resumen de canciones, géneros y artistas más escuchados. Se volvió casi un statement personal: compartirlo en redes es presumir quién eres sin decirlo. Viva Aerobus se sumó con su recap de viajes, horas voladas y rutas recorridas —una mezcla entre certificado de viajero frecuente y álbum de recuerdos. LinkedIn, por su parte, ahora te muestra con quién conectaste, qué publicaciones generaron más interacción y quiénes formaron parte de tu año profesional. Y así podríamos seguir: apps de ejercicio, bancos, tiendas, plataformas de streaming… todas quieren darte “tu año”.
Y aquí es donde aparece la lectura interesante: estas plataformas no inventaron nada nuevo; simplemente están usando la enorme cantidad de información que ya tenían de ti. Lo están empaquetando de forma emocional, visual y personalizada. Funciona porque apela a la nostalgia, pero también porque confirma algo que ya sabemos: las marcas nos conocen más de lo que creemos.
Esta data —gastos, gustos, hábitos, destinos, horarios, patrones de consumo, momentos de interacción— vale oro. No sólo para vender; vale oro porque habla de ti. Habla de cómo piensas, cómo decides, en qué inviertes tu tiempo y tu dinero. Para las empresas es una mina de insights; para el consumidor es un recordatorio de quién está detrás de todas sus decisiones del año.
Pero más allá de la estrategia empresarial, el fin de año sigue siendo un espacio personal de pausa y reflexión. Recapitular los logros, los tropiezos, los proyectos que avanzaron y los que quedaron pendientes no debería sentirse como un examen, sino como una conversación honesta con uno mismo. Es un momento ideal para agradecer lo que se logró, reconocer lo que faltó y ajustar lo que viene. No hay mejor planeación que la que parte de la realidad, no de la ilusión.
Y al mismo tiempo, para las marcas, estos resúmenes se han convertido en una forma elegante y efectiva de cerrar el año con el cliente. Mostrarte un resumen de tu propia actividad es decirte: te conozco, te entiendo, estoy cerca de ti. Es una manera de reforzar la relación, de generar lealtad y hasta de sorprender. Porque mientras el consumidor siente que recibió un regalo personalizado, la marca fortalece la conexión emocional que tanto cuesta construir.
Lo más interesante es que esta tendencia apenas empieza. Cada año veremos resúmenes más precisos, más completos y más predictivos. La inteligencia artificial y la analítica avanzada harán que estas fotografías anuales no sólo muestren lo que hiciste, sino lo que podrías lograr o preferir. Será un puente entre tu pasado y tu futuro, empaquetado en un video de 30 segundos.
Y, sin embargo, la esencia seguirá siendo la misma: cerrar el año mirando hacia atrás para arrancar el siguiente mirando hacia adelante.
El fin de año es, para todos —personas y empresas—, un momento perfecto para conectar con nuestra propia historia. Para crecer, agradecer y ajustar. Para recordar que lo que hicimos importa, y que lo que viene puede ser incluso mejor. ¡Feliz Año!
Esto es Más Allá del Exito. ¡Nos leemos pronto!