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¿Fábulas en Pemex?
Desde octubre del año pasado, la cúpula perredista apremiaba al equipo de transición a instalar una mesa de diálogo político y concretar los primeros acuerdos de lo que posteriormente se conocería como el Pacto por México. A la urgencia de la izquierda moderada para que se les reconociera como interlocutores válidos, los peñistas respondieron con un golpe de audacia: ¿respaldarían la intención de reconvertir a Petróleos Mexicanos (Pemex)?
Antes de abrir a la empresa paraestatal -replicaron los negociados de la nueva izquierda-, el gobierno debía limpiarla de la corrupción sindical y de los malos funcionarios que grotescamente han usufructuado la renta petrolera para su bienandanza.
Los futuros servidores públicos compraron esa idea y comenzaron a explorar en los expedientes negros de Pemex. Descartaron las historias que apuntaban al enriquecimiento de la familia Yáñez, dueños de Oceanográfica, y a su involucramiento con Manuel Bribiesca Sahagún. También dejaron de lado -al menos temporalmente- las pruebas que conducen hacia Federico Martínez y Tradeco, la constructora consentida del calderonismo. Las indagatorias no circularon por los caminos de Guanajuato. En vez de eso, enfilaron hacia Pastejé.
Paradojas del cambio de régimen. A mediados de octubre, en la primera comunión de los hijos del empresario Carlos Peralta -a la que asistieron el entonces presidente electo, Enrique Peña Nieto; los líderes parlamentarios Jesús Murillo Karam y Manlio Fabio Beltrones- también acudió Jaime Camil Garza, quien tres meses después sería señalado como presunto responsable de una red de tráfico de influencias que había comprometido el patrimonio de Pemex.
Peña Nieto ya había dicho que como Presidente, no tendría amigos. Y Camil Garza, quien había consolidado su poder y su influencia desde el sexenio de Ernesto Zedillo, no tendría nada de qué preocuparse... salvo la acusación formulada por la Securities and Exchange Commission (SEC) en el 2008 contra Siemens por prácticas de corrupción, en la que se vio involucrado.
Y es que entre los casos detectados en la investigación del SEC estaban los sobornos pagados a los funcionarios de Pemex . Siemens acordó con la SEC pagar 1,600 millones de dólares de multas para frenar la demanda en la corte. Ese acuerdo incluye cláusulas de confidencialidad que impiden que ese expediente se haga público. Pero en México, la Procuraduría General de la República, la Secretaría de la Función Pública, el Servicio de Administración Tributaria y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores investigaron a Camil Garza.
No se encontró delito alguno , afirman ahora los directivos de Conproca, el consorcio que formaron Siemens y la firma coreana S.K Engineers para participar en la licitación del contrato de reconversión de la refinería de Cadereyta, motivo de esta querella, que se ha extendido a lo largo de 12 años.
Y es que en el 2001, los directivos de Pemex rechazaron los sobreprecios y los retrasos de los contratistas, que a su vez reclamaban el pago de costos financieros y garantías establecidas en el contrato. Ambas partes solicitaron el arbitraje de la corte internacional de comercio, que el 23 diciembre del 2011 emitió un laudo que obliga a la paraestatal a pagar 282 millones de dólares (más intereses). Justo un año después, cuando apenas iniciaba este sexenio, la nueva administración de Pemex acudió a la Corte del Distrito de Nueva York para increpar a Conproca.
A partir de entonces se libra una batalla mediática. A mediados de enero, en el programa Primero Noticias se divulgó un extracto de la demanda presentada por Pemex en la que se sostiene que Siemens habría contratado a Camil Garza como su representante, cuando trató de negociar con los directivos de Pemex una solución al conflicto. La firma alemana habría erogado 2.6 millones de dólares para cubrir sus honorarios y los documentos que acreditan la transacción habrían sido recopilados y auditados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Éste sería uno de los argumentos que Pemex esgrimió en sus alegatos contra Conproca en la Corte de Distrito del Sur de NY. La petrolera mexicana exige el pago de 1,500 millones de dólares por indemnizaciones y alega que el pago de sobornos y otras erogaciones irregulares (el pago a Camil se contaría entre estos últimos) terminaron por hacer inviable el proyecto de reconfiguración de las refinerías.
Sin mucha convicción, el empresario salió al paso de las versiones periodísticas que circularon en su desdoro. Ahora, nuevamente circula una versión manipulada del complaint interpuesto por Pemex contra Siemens y S.K en la Corte de Nueva York; la que involucra al exdirector jurídico de la paraestatal, César Nava Vázquez, en este pleito.
La demanda de Pemex contra Siemens y S.K plantea que sean abiertos esos archivos por el juez. El contraargumento de Conproca es impecable: las acusaciones contra Camil y Nava no están respaldados por pruebas fehacientes y muestran inconsistencias importantes en las fechas.
¿Y los funcionarios de Pemex que habrían sido sobornados? Hasta ahora, sólo ha trascendido que los pagos alcanzaron altos niveles .