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El Insabi aún sigue vivito y coleando; sobrevivirá hasta 2024
Con eso de que a los de la 4T no se les da la formalidad ni logran cumplir sus propias fechas, hoy tenemos que el Insabi no termina de morir; fue declarado formalmente muerto en mayo del 2023, pero en los hechos está terminando el año y dicho instituto aún sigue vivito y coleando.
En efecto. Así como el Tren Maya tendrá un soft opening -una apertura suave- pues no podrá arrancar al 100% en la fecha prometida, así ahora sucede que la liquidación del Insabi será más bien una slow death, una muerte lenta.
Al Insabi se le extiende su proceso de extinción, y su agonía aún va para varios meses del 2024.
En el decreto publicado el 29 de mayo del 2023 conque se liquidó al Insabi y se dio vida al Órgano Público Descentralizado (OPD) IMSS Bienestar -mismo que se supone hará la tarea que no pudo el Insabi-, se definió un plazo de 6 meses para que el Insabi terminara de hacer entrega al OPD IMSS Bienestar. Ese plazo venció el 27 de noviembre. Desde que se acercaba la fecha, al interior de la Secretaría de Salud se empezó a decir que sería más bien el 31 de diciembre, y ahora conforme se acerca la nueva fecha, ya se da por hecho que tampoco se logrará. La última versión que recibió el personal es que más bien será para el 31 de marzo del 2024. Ya se verá hasta cuándo lo seguirán aplazando.
Uno de los factores por los que el Insabi no ha podido extinguirse conforme lo anunciado es porque el IMSS Bienestar no se ha podido constituir con la celeridad prevista. Y es que anunciaron y publicaron el decreto de la transición a IMSS Bienestar pero no construyeron el mecanismo para que el proceso fluyera. Otra vez, fue falta de planeación. El actual gobierno, a unos meses de que termine, ya habrá aprendido que es muy costoso estar aniquilando e iniciando y aniquilando e iniciando instituciones en salud como si fuera enchílame otra. El mayor costo de la improvisación ha sido para los pacientes.
La contratación de nuevas plazas para el nuevo OPD ha sido demasiado lenta. Para agosto llevaban 21 personas contratadas, y por 3 meses entraron en un nudo ciego: los responsables del Insabi -homólogos de dirección general y de dirección de área- no podían ser liquidados hasta no tener homólogos a quien entregar del otro lado. La mayoría se contrató apenas el 1 de diciembre. Por tanto, la entrega al IMSS Bienestar está realmente empezando.
Adeudos del Insabi por 9,000 mdp
El otro factor que retiene con vida al Insabi es el cúmulo de deudas que viene arrastrando desde el año 2020. Hay angustia entre muchos proveedores. Las estimaciones hablan de una deuda del Insabi cercana a 9,000 millones de pesos, entre medicamentos genéricos, de fuente única, dispositivos médicos y demás insumos de todas las instancias de salud. Ya les habían advertido que quien no hubiera entregado todos los requisitos para cobrar a más tardar el 27 de noviembre ya no podría cobrar, pero como las mismas autoridades no cumplen sus tiempos, pues ahora las empresas están en un vacío que nadie entiende.
El temor es que el OPD IMSS Bienestar no avale las deudas heredadas, pero la realidad es que las compras de insumos de salud en los últimos 3 años las estuvo haciendo el Insabi, de tal manera que es ese mismo organismo el que adquirió esa deuda multimillonaria. El IMSS Bienestar empieza limpio, pero va lento.
Ahora se entiende por qué la última compra complementaria de noviembre fue convocada por la Secretaría de Salud y no por el IMSS Bienestar como, conforme el plan, debería haber sido.
Reunión con la oficial mayor de SHCP
La semana pasada hubo reunión de representantes de la industria convocada por la Oficial Mayor de la Secretaría de Hacienda, Talia Lagunes, que quería enterarse bien cómo estaban las cosas, y al finalizar el 2023 en eso están.
La funcionaria hacendaria evidenció ahí que esta administración aún no ha terminado de entender bien cómo es el proceso logístico de distribución y de entregas de los medicamentos, dispositivos y material de curación. Lagunes pensaba que el procedimiento para el pago se da a partir de que el Operador Logístico entrega a bodegas. La realidad es que conforme el esquema del actual gobierno, el proceso de cobranza no inicia a partir de que el proveedor entrega sus productos, sino que debe esperar a que los institutos de salud -IMSS, ISSSTE, el de Sedena, Semar, Pemex, etcétera- validen que ya tienen los insumos, pero hay un inter que está fuera del control, la fase de la última milla, que ha sido la parte más engorrosa y está a cargo de los propios institutos. Y como los pedidos en las licitaciones muchas veces no son acordes a las necesidades ni los tiempos en que los demandan los institutos, ha sucedido que las bodegas se llenan de medicamentos, pero tardan en ser requeridos por los hospitales y unidades médicas; entonces bastante producto ha terminado caducando en la bodega. No está claro cómo puedan resolver todo esto con la super bodega de Huehuetoca.
Un Kilo de Ayuda en Guerrero
La agrupación Un Kilo de Ayuda es de las que impulsa apoyo significativo a corto y largo plazo para los municipios guerrerenses de San Marcos y Florencio Villarreal, cercanos a Acapulco, devastados por el huracán Otis. Aparte de alimentar a 2,670 familias por 3 meses, e imponerse la meta de entregar 12,000 despensas, implementa la estrategia de Rescate Emocional para apoyar a niños y niñas y ayudarles en su recuperación (resiliencia) tras el traumático suceso. Abrió un Centro Integral para el Desarrollo Infantil Temprano (CEDIT) en San Marcos, logrando atender a niños de 25 comunidades. En estos municipios no cuentan con ayuda de ninguna dependencia de gobierno, y hay unas 300 familias muy afectadas que viven en completa pobreza y marginación. Un Kilo de Ayuda tiene Centros de acopio de despensas y recibe donativos.