México puede amortiguar más de 50% arancel promedio de Estados Unidos: Roland Berger

México puede amortiguar más de 50% el arancel promedio de Estados Unidos, por sus ventajas comparativas, su potencial mejora en productividad y porque esta tasa se aplica sobre el precio de importación y no sobre el precio final del producto, destacó Gilberto Lozano, socio senior y director en México de la consultoría alemana Roland Berger.

En primer término, los aranceles estadounidenses no se aplican sobre el precio final de los bienes, sino sobre el precio de la importación, y entre los cuales hay 50% de diferencia más o menos, asumiendo que no se cumple con las reglas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), de modo que una tasa de 12% a la importación equivale a 6% sobre el producto en el anaquel.

Para tomar en cuenta: un análisis del Cato Institute concluyó en abril pasado que la tasa arancelaria efectiva promedio en Estados Unidos alcanzó 17.8%, el nivel más alto desde 1933. Incluso después de ajustes por comportamiento del consumidor, se mantiene en 16.4%, superando niveles históricos.

Al margen de los aranceles, los empresarios tienen en su control los costos de mano de obra, la integración a las cadenas de suministro y los precios en que ponen a su disposición los productos.

En una arista destacada, según la consultoría Roland Berger, sólo una de cada cuatro empresas ha implementado programas orientados a mejorar la eficiencia operativa y la productividad en México.

“Sí hay mucho espacio de maniobra para reducir costos y hacer que las empresas sean mucho más productivas y eficientes”, comentó Lozano, entrevistado por El Economista. “Esto se traduce en poder amortiguar cualquier golpe que se tenga alrededor de las implicaciones tarifarias y, por otro lado, en el caso de que la empresa no tenga este tipo de implicaciones, puede ayudar a que sea un margen mayor en el the bottom line (las ganancias netas de una empresa)”, agregó.

México y, en general, América Latina no han trabajado históricamente con los mejores estándares de productividad y eso conlleva a un margen de maniobra amplio para ser más competitivos en los costos de producción.

Estos esfuerzos suelen enfocarse en el control de costos y la adopción de nuevas tecnologías o prácticas de negocio. No obstante, de acuerdo con Lozano, tanto en estas iniciativas como en otras áreas clave de la organización, persiste un amplio margen de mejora que, de ser aprovechado estratégicamente, podría traducirse en una optimización significativa de resultados y un fortalecimiento sostenido de la competitividad empresarial.

“Hay mucho por hacer y por generar conciencia: el sector productivo mexicano tiene herramientas y acciones que hacer”, instó.

Otro punto amortiguador está en el costo de la mano de obra en México, que ronda en alrededor de 40% en promedio más bajo en comparación con Estados Unidos, según Roland Berger.

Lozano destacó además los menores costos logísticos de México y la integración de ciertos sectores a las cadenas de valor, como la industria automotriz.

De acuerdo con un reciente análisis publicado por el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), en un escenario optimista donde la administración estadounidense reduzca de 25 a 12% el arancel vinculado a temas migratorios y de fentanilo, el arancel ponderado para México caería hasta 8.4 por ciento.

Esto posicionaría al país entre aquellos con menor exposición al proteccionismo comercial estadounidense a nivel global.

Estados Unidos utiliza los aranceles como táctica de una estrategia comercial y política. Las motivaciones van desde proteger sectores sensibles (como acero, aluminio y automóviles) hasta usar los aranceles como ingresos fiscales o elementos de presión geopolítica, especialmente frente a China.