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US Open, logística para un Grand Slam único
La ciudad de Nueva York demuestra que su más importante competencia tenística anual no depende de multitudes para realizarla. Los organizadores y patrocinios entendieron la importancia de reestructurar acuerdos para no perder ingresos.
Para no olvidar este 2020, el US Open da señal de que el espectáculo debe continuar. Y una de las interrogantes durante los últimos meses de salvación de eventos deportivos fue ¿cómo rescatar un negocio sin tener en cancha dura del estadio Arthur Ashe o en el Louis Armstrong a los nombres ‘estrella’ de costumbre e imanes para la audiencia como Roger Federer, Rafael Nadal, Bianca Andreescu o Simona Halep?
La expectativa pronuncia dos nombres como contendientes al trofeo: Novak y Serena.
Djokovic con un año de buenos resultados deportivos (número uno del ranking ATP) pero con una imagen raspada por lo ocurrido en la organización de su torneo Adria Tour en algunos países de la Península de los Balcanes. Los positivos por Covid de tenistas y entrenadores lo pusieron en la polémica de no respetar la sana distancia que impera en las relaciones sociales con la pandemia.
El fin de semana logró en el Western & Southern Open de Cincinnati, el título que marca su racha invicta y el trofeo número 80 de su carrera, igualando el récord de Rafael Nadal de 35 coronas en torneos de la serie Masters 1000.
Horas antes de iniciar la competencia en Nueva York, el serbio hizo un llamado a una nueva unión de los tenistas y pidió el apoyo de Nadal y Federer: “La asociación de jugadores no es una idea nueva, ha sido un proyecto de muchas generaciones, por ejemplo en su momento Andy Roddick fue uno de los principales apoyos y una de las voces más fuertes. Somos uno de los pocos deportes a nivel global que no tiene una organización formada de únicamente jugadores. De esto hemos debatido durante décadas. Me encantaría contar con Roger y Rafa, pero entiendo que hay diferentes opiniones, que piensan que este no es el momento”.
En los duelos de la WTA, Serena Williams puede dar en Nueva York otro paso importante si logra sumar los 24 triunfos en Grand Slam para igualar el récord de Margaret Court, la tenista considerada de las mejores atletas australianas de la historia.
La burbuja en el US Open advierte que expulsará al tenista que salga de ella y se deslinda si un jugador se contagia pues al aceptar participación, los jugadores firman un acuerdo en el que asumen el riesgo. Serena y Novak decidieron correrlo y se hospedan en otro sitio diferente a la concentración del hotel epicentro de los tenistas. La estadounidense argumenta que es por problemas pulmonares y el tenista serbio sostiene que “todo jugador tuvo la oportunidad de hacer esa inversión. Es decisión de cada uno. Soy consciente de que esta vez será todo muy diferente debido a numerosos protocolos y medidas de seguridad planeados para la protección (frente a contagios por coronavirus) de los tenistas y gente de la organización”.
Retener patrocinios
No hay público, un activo importante para los patrocinios, pero se llegó a un acuerdo con ellos. Los 12 patrocinadores oficiales tienen derechos de señalización y pagarán entre el 30 y el 40% de la tarifa contratada este año. Los proveedores oficiales como Coca-Cola, Kim Crawford Wines, Lavazza y Heineken pagarán tarifas muy reducidas, hasta más de un 50% menos.
Además, los organizadores cubrirán una parte significativa de los asientos de nivel inferior en los estadios principales con lonas que muestran imágenes gráficas del US Open, de la ciudad de Nueva York y mensajes con la leyenda: “un hecho único en la vida”.
“Organizar un US Open sin fans, el espectáculo más grande del tenis. De alguna manera, lo consideramos una gran oportunidad para recuperar el deporte. Nuestros socios corporativos, locutores y patrocinadores han apreciado mucho esta situación única”.
Como tradición del deporte blanco no se prestará a la saturación de imágenes patrocinadoras, la misma USTA hizo los diseños para colocarlos en lugares estratégicos, y también habrá imagen de video rotativo.
“Siempre hemos tratado de mantener un aspecto muy limpio”, señala Lew Sherr, responsable de la oficina principal de ingresos de la USTA.
Los patrocinadores y locutores del torneo participaron en la logística en cada etapa del proceso: “se lograron asociaciones más sólidas (...) a prueba de la adversidad; podemos controlar la forma en que nos relacionamos con nuestros socios y tener más lealtad. No ha habido situaciones contenciosas, mientras que se han negociado reducciones de tarifas para compensar los activos perdidos o neutralizados”, dijo Sherr.
El socio de vinos Kim Crawford Wines, por ejemplo, normalmente serviría alrededor de 17, 000 copas de vino de un bar exclusivo durante el torneo y no tiene derechos de señalización. Los activos incluyen derechos para hacer ofertas promocionales para ganar boletos para el US Open, derechos de propiedad intelectual y derechos digitales.
“La intención es permanecer asociado a largo plazo y hacer lo mejor a largo plazo”.
El impacto en los ingresos por patrocinio por el Covid-19 fue mitigado por la estrategia de la USTA de escalonar las renovaciones de socios principales para que se negocien dos años antes de su fecha de finalización.
“En este momento, nada se ha visto afectado o retirado, aunque en algunos casos, los patrocinadores extendieron los acuerdos por un año como parte de la conversación”.
El US Open no cuenta con un equipo interno dedicado a las ventas, pero este año, la agencia CAA Sports fue contratada para encargarse del desarrollo del patrocinio de la USTA después de más de media década con la agencia CSM.
Con las emisoras la situación fue más compleja: “en marzo, no sabíamos si cambiaríamos la fecha, trasladaríamos el torneo a Florida o California, con un sorteo reducido o no. Las primeras discusiones fueron jugar o no jugar y en qué condiciones. A mediados de junio, la atención se centró en nuestro plan operativo y los protocolos de seguridad”.
Sobre las transmisiones; ESPN paga más de 70 millones de dólares anuales en derechos a la organización, principalmente para televisar el torneo. Mientras que Amazon en el 2018 llegó a un acuerdo por un valor de 40 millones de dólares, por los derechos televisivos exclusivos del Reino Unido. En 2016, Sky Sports abandonó su cobertura del US Open después de 25 años, poniendo fin a uno de los acuerdos de derechos deportivos más largos.