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Hyeon Chung hace feliz a la industria del tenis
Tiene 21 años, es una promesa, pero, en términos financieros, su impacto empieza a repercutir en audiencia y afición en diferentes partes del mundo.
A sus 21 años ya ha disputado unas semifinales de Grand Slam y toda Asia le rindió pleitesía. Lo podemos medir con los casi 75,000 artículos o videos que se realizaron de él apenas en enero pasado cuando en el Abierto de Australia fue la sensación.
Asia, desde hace una década, empieza a ser protagonista en un deporte que por tradición era estadounidense y europeo principalmente, pero las giras de la ATP y WTA saben ahora que la plata está en Medio y Lejano Oriente.
Los aficionados al tenis en esta región del mundo van en ascenso. China cuenta actualmente con 330 millones de fanáticos del tenis y dos tercios de ellos se interesan en el Abierto de Australia. La audiencia de este torneo en China fue de más de 59 millones de personas el año pasado, un aumento de 84% comparado con el 2016.
La historia de Hyeon Chung se ha dado a conocer principalmente porque empezó en el tenis por casualidad, por una recomendación médica para mejorar su vista.
Después de Kei Nishikori (26), el coreano es el segundo tenista mejor sembrado en el ranking del ATP con el número 29 del escalafón, y después le siguen el japonés Yuichi Sugita (42) y Yen-Hsun (85) de China, Taipei en el top 100.
“Me siento muy feliz de que la gente me diga que seré de las próximas estrellas del tenis. Trato de hacer lo correcto”, comenta Chung a El Economista.
Chung de 21 años se volvió profesional en el 2014, es el campeón del Next Gen, torneo con el cual la ATP promueve a la nueva generación de tenistas. En su carrera ha sido capaz de vencer y enfrentar a jugadores ya consolidados. Jugó contra Nadal en cuartos de final en Barcelona 2017, a Novak lo derrotó en una ronda en el Abierto de Australia este año, mismo escenario donde disputó la semifinal ante Federer.
“En Australia esperaba mucho tener en la misma cancha a Roger Federer, Novak Djokovic y a Rafael Nadal. De verdad no pensé que iba a llegar a las semifinales de un Grand Slam”.
Su declaración aquella noche en Australia revela la personalidad, tímida, concentrada y consciente de sus lesiones, una imagen que muestra en Acapulco. No ambiciona de más y va paso a paso.
“Trato de terminar esta temporada porque el año pasado tuve muchas lesiones”.
Antes de entrevistar a Chung, se advierte que hay que hablarle despacio y con palabras sencillas. Al joven coreano lo alcanzó la necesidad del inglés como la lengua franca para comunicarse.
—¿Cómo afectan a la imagen del tenis las cuestiones sobre el dopaje y el arreglo de partidos?
Nervioso, mira a su interlocutora con rostro de duda. Ella explica con otras palabras y Chung decide responder rápido: “No sé sobre dopaje”.
Su juventud se asoma en su ímpetu por darlo todo. “En la cancha trato de mantenerme fuerte mentalmente, de enfocarme todo el tiempo y de jugar fuerte. Antes de un partido, trato de dormir bien. Si gano un partido puedo dormir, pero si no juego bien, intentaré dormir”.
Este año la ATP tiene programados seis torneos en Asia, en China y Japón, dos mercados que le facturan millones de dólares al tenis como industria. Pero el mercado de este deporte en el continente asiático no es el único dato relevante, la principal audiencia está en Estados Unidos y allí radican 1 millón de coreanos, de acuerdo con Migration Policy Institute, sin contar con los más de 2 millones de chinos en el país y toda la población de origen hindú y japonesa.
Tan sólo en Estados Unidos la industria del deporte blanco produce más de 5,000 millones de dólares al año según cifras del informe State of the Industry.
El caso más reciente es Kei Nishikori, la antítesis de la personalidad de Hyeon. Sus apariciones en conferencia las conduce en inglés y desde hace tres años ha mostrado que su imagen puede ser tan desenvuelta como para grabar comerciales en la televisión japonesa. En su participación en el Abierto de Acapulco hace tres años tuvo una audiencia de 55 millones de personas.
Pese a que Hyeon y Kei se prepararon en la misma academia de tenis IMG en Estados Unidos, la diferencia es que el japonés convive mejor con sus más de 11 patrocinadores y el coreano muestra algunas imágenes en sus redes sociales con las marcas Gillette y Lacoste. ¿Sabrá Hyeon Chung el negocio que un tenista asiático representa en el mundo?