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Arte e Ideas

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La respuesta a la crisis hídrica está en la colaboración local y la tecnología

El proyecto Agua Segura ha recuperado 334 mil metros cúbicos de agua en Guanajuato con un modelo innovador que se basa en un modelo que combina tecnología, ciencia y colaboración local donde los productores agrícolas hacen uso de tecnología avanzada.

Prueba de riego.Cortesía

En un tiempo donde la crisis del agua se percibe como uno de los principales retos a enfrentar en los próximos años, la empresa de triple impacto Agua Segura propone un enfoque claro y efectivo: la solución es local, y la clave está en la colaboración entre comunidades, tecnología y el sector privado.

En entrevista para El Economista, Manuel Saurí, CEO y cofundador de la empresa, compartió su visión y el modelo que ha expandido a más de 15 países en América Latina y Europa.

"Si bien la crisis del agua es global, el problema es local y la solución es local", enfatizó Saurí. La compañía trabaja directamente con las comunidades, involucrándolas desde el diseño inicial de cada proyecto. Esta estrategia no solo asegura la aceptación, sino que también transforma a los habitantes en aliados clave. "No hacemos ningún proyecto que un socio local o la comunidad local no acepte", aseguró.

Hoy esta empresa especializada en la recuperación y gestión de recursos hídricos, ha logrado un hito significativo en el estado de Guanajuato. En su primer año de operaciones en México, la compañía recuperó más de 334 mil metros cúbicos (m³) de agua en la Cuenca Alta del Río Laja, superando en un 48% la meta proyectada. Este logro marca un precedente para la gestión del agua en una de las regiones con mayor estrés hídrico del país. La iniciativa se implementa en los municipios de San Miguel de Allende, Comonfort y Celaya, en alianza con Microsoft y la organización mexicana Nuup.

Tecnología como aliada, no como sustituto

Un gran desafío en las zonas rurales es el miedo a la tecnología. Muchos productores temen que la innovación los sustituya o que sea demasiado compleja. Sin embargo, Agua Segura aborda este reto presentando la tecnología como una herramienta para tomar mejores decisiones.

La empresa promueve el uso de datos e información satelital para el riego inteligente. En lugar de regar por miedo a una sequía, los productores usan los datos para saber cuándo su suelo realmente necesita agua. "Lo que intentamos hacer es llevarlo desde el punto de vista de 'queremos que juntos tomen mejores decisiones'", explicó Saurí.

También integra soluciones basadas en la naturaleza, como la nivelación de tierras y la mejora de la infraestructura de riego. Saurí recalca que la clave es usar sistemas predictivos para que el agua se aplique en los momentos críticos, eliminando el "riego por miedo".

Para superar las barreras antes mencionadas, Agua Segura ha generado una estrategia que se centra en la creación de "campos escuela", donde un productor local adopta el sistema, y sus buenos resultados, como el ahorro en agua y energía, convencen a sus vecinos.

Este enfoque ha demostrado ser efectivo, ya que, como explica Saurí, "en la agricultura y en lo rural se copia lo mejor del vecino. Es la forma en cómo se permea". Cuando los vecinos ven los beneficios económicos y la mejora en la productividad, el modelo se replica de manera natural, demostrando que la tecnología nuevamente, no es una amenaza, sino un camino hacia la eficiencia y la sostenibilidad.

El especialista asegura que "no se trata sólo de conservar el agua, sino de regenerar el entorno del cual dependemos todos. Hoy, la agricultura puede ser parte de la solución si se gestiona con inteligencia, tecnología y sensibilidad", dijo.

Impacto triple: económico, ambiental y social

El proyecto se define como una empresa que busca un triple impacto: económico, ambiental y social. La compañía demuestra que es posible generar ganancias al tiempo que se regeneran ecosistemas y se mejora la calidad de vida de las personas.

A través de alianzas con grandes empresas, como la que ha establecido con Microsoft, Agua Segura canaliza inversiones para proyectos de recuperación hídrica, restauración de suelos y acceso a agua potable. Su modelo busca crear un círculo virtuoso donde la fuerza del mercado se aprovecha para impulsar el bien común, asegurando que las comunidades rurales se beneficien directamente de estos proyectos.

"La solución de agua en sus diferentes formas se tiene que solucionar a través de muchos personajes, pero el hilo conductor es que la solución debe ser en conjunto, con la comunidad local al centro", concluye Saurí.

Proyectos a largo plazo y visión integral

Agua Segura ve los desafíos del agua como problemas locales que requieren soluciones a largo plazo. Sus proyectos se diseñan con una perspectiva de 5 a 10 años, asegurando que las comunidades que implementan las mejoras sean quienes disfruten de los beneficios.

Además del proyecto en Guanajuato, la empresa trabaja en otras iniciativas en México:

Nevado de Toluca: En colaboración con la organización Tlatoc, se está llevando a cabo un proyecto de conservación en 600 hectáreas para prevenir incendios y retener la humedad, infiltrando más agua en la cuenca.

Acceso a agua potable: Se está implementando tecnología de ultrafiltración en 10 comunidades para garantizar el acceso a agua segura para consumo humano.

Con su llegada a México, Agua Segura busca aportar su experiencia y tecnología para enfrentar uno de los retos más críticos del país, demostrando que la recuperación del agua es posible cuando se combina el conocimiento científico con el compromiso social y local.

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Periodista de ciencia en la sección Arte, Ideas y Gente de El Economista. Cuenta con maestría en periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE y es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UVM.

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