Lectura 4:00 min
San Patricio contra los duendes leprechauns
Hoy Irlanda celebra su fiesta patronal ?y el mundo se viste de verde.
La leyenda de Maewyn Succat, mejor conocido como San Patricio, es tan fascinante como su contraparte, la de los duendes leprechauns que han habitado en Irlanda mucho antes del siglo V, cuando el entonces introductor del cristianismo en la isla los expulsó de su iglesia.
De Maewyn Succat, según sus Confesiones preservadas en el Libro de Armagh, se conoce que nació en un pueblo cuyo nombre era Bennhauven Taberniae algunos estudiosos lo sitúan en la actual Escocia a finales del siglo IV, que recibió de su familia, romana de origen, educación cristiana y que, a los 16 años, fue secuestrado por unos piratas que lo vendieron como esclavo en el norte de Irlanda, en donde cuidó a un rebaño de ovejas hasta que, por medio de un sueño, tuvo una revelación que le permitió escapar del cautiverio.
Sus Confesiones cuentan que, luego de seis años de esclavitud, convenció al capitán de un barco para que lo llevara al continente. Ahí se reunió con algunos familiares y estudió en el monasterio de Martín de Tours, ordenándose sacerdote en el de Axerre. El Papa Celestino lo nombró obispo y, con el nombre de Patricio, viajó con otros misioneros a evangelizar Irlanda.
Tras muchas vicisitudes, Patricio logró conquistar el politeísmo de algunos druidas con misterios como el de la Santísima Trinidad, la cual ejemplificaba cómo un trébol en el que una hoja era el Padre, otra, el Hijo, y la tercera, el Espíritu Santo, origen de la supuesta buena suerte que provoca este tipo de planta y, a la postre, símbolo nacional de Irlanda. (Como nota al margen, la fortuna del treébol de cuatro hojas es una superstición posterior al siglo V, y cada hoja viene a significar las cuatro partes de la cruz cristiana).
Hubo otros druidas, sin embargo, que no estaban de acuerdo con la nueva religión en sus territorios, por lo que convocaron a una multitud de leprechauns hadas que se disfrazan de enanos viejos o simplemente duendes para que, por medio de ruidos y travesuras, no permitieran a los cristianos orar adentro de la iglesia.
Patricio, molesto, invocó entonces un conjuro para exorcizar de los templos a dichos duendecillos, de lo que se derivan algunos mitos que han mantenido, ya como leyendas populares, a lo largo de los siglos (Es posible que tal mito deba sus orígenes a otro parecido que dice que Patricio expulsó de Irlanda a las serpientes símbolo del mal o del mundo pagano , mismas que se ahogaron en el mar).
Por eso, el 17 de marzo, fecha en la que desde el siglo VI se celebra St. Patricks Day (Día de San Patricio), que conmemora la llegada del cristianismo a Irlanda, las personas que no se visten o no lleven una prenda verde color con el que posiblemente se identifica a Irlanda aun antes del cristianismo puedan sufrir pellizcos en las piernas por parte de los leprechauns, pues desde que fueron expulsados de la iglesia detestan todo lo que les recuerde a dicho santo.
También es común que, en tal fecha, si un paseante escucha en el bosque el martilleo de algún duendecillo, dado su oficio de zapatero, y lo logra apresar, el leprechaun estará obligado a llevar a su captor al sitio en el que esconde sus tesoros, representado como un caldero lleno de monedas de oro.
Hoy día en que la fiesta de San Patricio responde más a un acto cultural que a una celebración religiosa en Irlanda, y en donde los irlandeses han dejado su huella, se suele comer y beber productos tradicionales de la isla.
Sitios como las Pirámides del Cairo, la Fuente de La Cibeles, la ciudad de Petra o el Taj Majal, entre otros monumentos, son iluminados con luces verdes para evitar que los antiquísimos duendes zapateros hagan travesuras.