Descarrilamientos, ¿sabotaje o error humano?

El fracaso no tiene argumentos, tiene aprendizajes, anónimo.

Ha sido un fin de semana, el último del año 2025, cargado de noticias de todo tipo, entre las manifestaciones individuales de quien se cree doctrinario, en una rebelión que se mira en contra de Mario Delgado, Secretario de Educación Pública; un Marx Arriaga que acusa privatización de la educación en México y convoca a comités de defensa.

Dedicarle unas cuantas líneas a la ociosidad de ser parte de esa focalización, de sentirse visible como Gerardo Fernández Noroña, porque además los libros de texto, deben estar desprovistos hasta de vanidades, ya no digamos de connotaciones políticas y partidistas para los estudiantes.

Seguramente esta mañana de 29 de diciembre, después de la tragedia de ayer domingo, con el descarrilamiento de la locomotora y los vagones del tren Interoceánico en Oaxaca, que inicialmente el reporte afirmaba solo de 20 heridos, suman ya 13 muertos y casi un centenar de heridos; 36 están hospitalizadas, con la atención y seguimiento del IMSS; la presidenta Sheinbaum lo abordará con pinzas ambos temas.

Más allá de lo que no podemos ocultar, el bien más preciado que tenemos es la vida, debemos también ser responsables de lo que decimos y escribimos, sin importar a veces esa libertad que pasamos por alto, pero que hace sentido en una democracia que no está desprovista de errores humanos, fallas mecánicas, decisiones equivocadas y hasta posibles actos de corrupción.

Describíamos la semana pasada de lo complejo que será la elección de más de la mitad de los gobernadores en 2027, son 17 estados del país que renuevan a su poder ejecutivo, tarea donde radica la problemática en la disputa por los grupos de poder al interior de MORENA, quien gobierna con un importante lastre de su antecesor, innegable, con la carga de una oposición grosera y no propositiva.

Pero el suceso de ayer que lleva la connotación de tragedia, debe tener una investigación seria, sin echar culpas antes de conocerse a fondo lo sucedido, testigos en el tren de pasajeros que iba en el tramo Oaxaca-Coatzacoalcos, dan cuenta de exceso de velocidad y declaran en un video sin imagen de la persona; “que venía fuerte”.

Se tiene información que son máquinas y vagones que ya tenían su vida útil concluida y que fueron “reconfigurados”, para un proyecto “nuevo” de la administración de López Obrador, con la colaboración en gratuidad de uno de sus hijos, lo que le pone más aderezo a este lamentable hecho, que deberá ser tratado con un alto sentido de decoro; han sido 13 familias en luto, no un asunto menor.

No hay que crear comisiones en las cámaras, sabemos de antemano adonde conducen éstas, hay que contratar expertos en la materia, desprovistos de cargas partidistas, situación harta difícil en estos tiempos, porque no se puede afirmar a la ligera, que fue sabotaje o error humano; seamos serios, porque la oposición hace leña de los árboles caídos, requiere oxígeno y votos; pero le falta credibilidad, lo que debe dejar claro la presidenta Sheinbaum, es el desmarque de su administración ante la colusión de los detalles, en un proyecto más sin pies ni cabeza, eso es innegable.

Entre líneas

Mario Delgado tiene la palabra, no para debatir en declaraciones estériles con la desfachatez de Marx Arriaga, sino los argumentos de una educación pública de calidad en ascenso hoy en México.