Lectura 2:00 min
¡Quiero ver sangre!: homenaje al cine de luchadores
Documentan de manera muy entretenida el surgimiento, ?el éxito, la decadencia y el resurgimiento de esa rama del cine.
El furor por los enmascarados, el ring y todos esos héroes y rudos que lucharon contra vampiros y monstruos son los protagonistas del volumen ¡Quiero ver sangre! Historia ilustrada del cine de luchadores.
Fueron casi seis años de trabajo y mucho esfuerzo La primera edición ya se agotó. Vamos por una segunda y nos da mucho gusto que haya tenido gran aceptación , dijo José Xavier Návar, quien junto a Raúl Criollo y Rafael Aviña se encargó de la investigación.
¡Quiero ver sangre! (Editorial UNAM, 318 pp, $315) se compone de 900 imágenes entre fotos, pósters y publicidad desde 1938 hasta el 2011 y se considera la revisión más completa de la figura de los luchadores en la pantalla grande.
Son 318 páginas que revelan la historia del cine de luchadores que vio triunfar a El Santo, Huracán Ramírez, Blue Demon, Cavernario Galindo o Tinieblas.
Quisimos documentar de manera muy entretenida el surgimiento, éxito, la decadencia y el resurgimiento del cine de luchadores , agregó.
Todos aquellos héroes lucharon a dos de tres caídas entre ellos, pero también con monstruos, robots asesinos, momias, vampiros y mafiosos; eso sí, siempre entre bellas mujeres. Ha sido tal el éxito del libro (con prólogo de Juan Villoro), que la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM publicará en breve la primera reimpresión.
Lo vamos a actualizar con los últimos trabajos cinematográficos, sobre todo documentales y cosas que encontramos en DVD , explicó el investigador.
Además, para la reimpresión se incluirán los textos leídos en las diversas presentaciones del libro e información sobre la cinta de culto (y que desató el enojo del hijo de El Santo) El vampiro y el sexo.
¡Quiero ver Sangre! Historia ilustrada del cine de luchadores será presentado en el famoso Festival de Cine de Sitges y en Japón, donde el furor por la lucha libre mexicana es un gran fenómeno.
vgutierrez@eleconomista.com.mx