La noche de Buika, pasión sin treguas

Divertida, locuaz, directa en sus dicho y hasta ruda (pelada, le diría mi abuelita), el pasado 26 de septiembre, en el Plaza Condesa, Concha Buika nos llevó de viaje con el frenesí de sus letras y música.

Sueño con ella fue el tema elegido por la mallorquina para dar inicio al esperado concierto La noche más larga. Los primeros acordes al piano de Iván Melón Lewis encontraron refugio en los cerca de 2,000 asistentes en el recinto de la Condesa.

La noche apenas comenzaba, la cantautora denotaba alegría en sus palabras dedicadas al público y con una sonrisa, Buika preguntaba: ¿Dime por qué tienes carita de pena? y la canción Mi niña Lola ya se encontraba en el aire.

Con un escenario elegante y un juego de luces sutil, la belleza de Concha Buika destellaba en cada rincón del Plaza Condesa; pero la Niña de fuego no nos daba tregua a los asistentes y nos hacía estremecer a cada tanto.

Santa Lucía antecedió a Oro santo , tema que paró al mundo para oír el canto desesperado de Buika.

Este tema va dedicado para todos lo que se saben añorados… y la pieza del maestro Ernesto Lecuona, Siboney dio rienda suelta a las percusiones de Ramón Porrina, que estaban acompañadas por las palmas del público presente.

La noche más larga continuó con un homenaje a Chavela Vargas con el Último trago ; yo conocí este tema por mi mamá Chavela y va dedicado a los que nos enamoramos de esta tierra…

Te camelo y Volverás fueron los temas dedicados a todos aquellos que necesiten escucharlos, mencionaba entre risas Concha Buika, a los que se fueron de este amor y a la necesidad de que no vuelvan más.

Pero llegaba el momento de volver a casa con el tema de Dino Ramos, La nave del olvido , esa canción que hiere y cura a la vez; que acerca a casa, a los recuerdos.

Mentirosa dio paso a Los solos porque a veces los que más aman son los que están más solos… introducía Buika en un suspiro.

Sin previo aviso Luz de luna se filtraba entre el público y sus coros que acompañaban a Concha Buika en una noche llena de pasiones, risas y llantos.

Sin embargo, el fin era inminente. Pero el público no dejó ir a Concha Buika hasta que dejó la promesa prendida en la efusión de la noche: y volver, volver, volver a tus brazos otra vez, llegaré hasta donde estés… quiero volver, volver, volver .