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Juventino Rosas sigue valseando sobre olas
El vals del compositor mexicano es la única pieza de un hispanohablante entre las 100 clásicas más escuchadas del mundo.
Hoy cumpliría 142 años de nacido. Vivió apenas seis meses más allá de su cumpleaños número 26, y en ese tiempo tuvo oportunidad de componer la única obra de un mexicano que se encuentra entre las 100 piezas musicales que más se utilizan en los medios de comunicación actualmente.
Ya sea en películas, comerciales o cortinillas de radio, en el mundo se sigue escuchando el vals Sobre las olas , de José Juventino Policarpo Rosas Cadenas, mejor conocido como Juventino Rosas.
Y no sólo se escucha más que cualquier otra obra de un mexicano, es también la única obra de un hispanohablante que aparece en la lista de kickassclassical.com, un sitio que considera en sus mediciones desde las películas hasta los ringtones.
La obra de Juventino, quien escribió muchas otras composiciones en su corta vida, se encuentra en un honroso lugar 25 de la lista dominada por los compositores del idioma alemán Mozart, Beethoven y Bach, y el ruso Tchaicovsky.
Claro, El danubio azul de Johann Strauss hijo tiene el séptimo lugar, pero sus otros valses quedan abajo del mexicano.
Nació en Guanajuato y creció en Tepito, y tal parece que las olas del vals no son de un mar, sino de un río cercano a la ciudad de México. Y se dice que originalmente pensaba titular la pieza como Junto al manantial o A la orilla del sauz .
Además de su prematura muerte por mielitis espinal, el compositor no tuvo una vida fácil a pesar de haber sido ampliamente reconocido en vida.
Creció en una familia de músicos, pero más allá de la guía que eso pudo significar en su vocación, también implicó la desgracia de perder a su hermano y su padre en una pelea de borrachos que se originó en una fiesta en la que tocaban.
Se sabe que vendió el piano que le regaló Porfirio Díaz por la composición Carmen que le hizo a su esposa y que los derechos del ya desde entonces famoso Sobre las olas los malbarató por 45 pesos. De nada le valió, murió en la pobreza en La Habana, Cuba.
Cuenta la leyenda que un día antes de su muerte, desde su cama de hospital público, escuchó a un grupo de músicos callejeros tocar Sobre las olas .
Qué curioso, pues si hubiera vivido 142 años y muriera en estas fechas tal vez tendría oportunidad de oír su píeza por última vez en el ringtone de su enfermera o en un anuncio de televisión.