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15 de noviembre: Día Mundial sin Alcohol
La realidad es que su consumo está ligado a la mayoría de los accidentes viales y a seis de las 10 principales causas de muerte en el país.
Mueren cerca de 41,000 personas al año por causas asociadas al consumo de alcohol.
Cada 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial sin Alcohol, una iniciativa impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para crear conciencia sobre los efectos nocivos del consumo de bebidas alcohólicas y promover una cultura de responsabilidad. En México, esta fecha coincide también con el Día Nacional contra el Uso Nocivo del Alcohol.
Salud y mortalidad
Datos de la Red de Acción sobre Alcohol (RASA) indican que en México mueren cerca de 41,000 personas al año por causas asociadas al consumo de alcohol, lo que equivale a unas 112 muertes diarias.
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Además, se documentó que seis de las 10 principales causas de muerte en el país se relacionan con el alcohol, como las enfermedades del hígado, cardiovasculares y varios tipos de cáncer.
Accidentes viales
Su consumo también tiene una fuerte relación con la inseguridad vial. Según datos recientes, cada día se registran en promedio 47 siniestros de tránsito en carreteras mexicanas, siendo el alcohol es un factor.
Durante 2023, en total se reportaron 381,048 accidentes automovilísticos con relación al consumo de alcohol, provocando más de 1,000 muertes al año, y hay una estimación de 24,000 personas muertas en accidentes automovilísticos vinculados con el alcohol.
De acuerdo con organizaciones civiles, la prevalencia del consumo excesivo de alcohol en México es elevada: más del 40 % de los adultos declararon haber consumido en exceso. Por otro lado, estudios clínicos estiman que alrededor del 13.6% de la población presenta evidencia de abuso o dependencia.
Políticas públicas más fuertes
Expertos consideran necesaria una política nacional de alcohol que regule la disponibilidad, la publicidad y la venta de bebidas alcohólicas. La falta de regulación fomenta el consumo nocivo y pone en riesgo la salud de la población, especialmente a los jóvenes.
En tanto, organizaciones de la sociedad civil insisten en una mayor fiscalización, límites más estrictos para conducir bajo la influencia del alcohol y campañas preventivas, para reducir tanto las muertes como los daños sociales vinculados al alcoholismo.