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Violencia en México no ahuyenta a spring breakers
Mientras en la ciudad de México, delegaciones de alto nivel de EU analizan los problemas de inseguridad, en los balnearios mexicanos los spring breakers disfrutan del sol, licor y otros excesos.

Miles de universitarios estadounidenses aprovechan el receso de marzo para volar a paradisíacos destinos de México como Acapulco o Cancún, ajenos a advertencias sobre la violencia del narcotráfico que hace 10 días se cobró la vida de dos estadounidenses en la frontera.
Mientras en Ciudad de México delegaciones de alto nivel de ambos países, la estadounidense encabezada por la secretaria de Estado Hillary Clinton, analizaban los problemas de seguridad creados por los carteles de la droga, en los balnearios mexicanos los 'spring breakers' se disfrutaba de sol, licor y otros excesos.
El asesinato hace diez días en la conflictiva Ciudad Juárez de los dos estadounidenses, una funcionaria consular y su esposo, así como de un mexicano casado con una empleada de esa representación, provocó que Washington alertara a sus ciudadanos sobre los riesgos de visitar algunas zonas de México.
Esa advertencia, sin embargo, no afecta a los destinos turísticos como Cancún, sobre el mar Caribe o Acapulco.
"Nosotros consideramos la violencia antes de venir, pero ahora siento que estoy segura aquí", dijo Keith, una estudiante de 21 años de la Universidad de Colorado que pasa sus vacaciones con una amiga en Cancún.
Miles de jóvenes con vasos de cerveza en las manos bailaban en una concurrida playa de Cancún, donde la estruendosa música apagó el ruido de las olas.
"Este año empezamos con el pie derecho, porque aquí es parejo, cuando hay turismo, hay trabajo para todos", sostiene el taxista José Rodríguez al recordar la difícil situación que vivió Cancún el año pasado cuando la crisis económica y la pandemia por la gripe H1N1 prácticamente vaciaron las playas.
El panorama de Cancún se repite en Acapulco, el balneario sobre el Pacífico, también inundado de turistas, pese al asesinato en las últimas dos semanas de unas 50 personas, la mayoría en acciones atribuidas a pistoleros al servicio de los carteles.
Se estima que unos 8,000 'spring breakers' en los hoteles de Acapulco. "Un poco menos que los años anteriores cuando llegaron a ser unos 12.000, y esto puede deberse a los mensajes oficiales de prundencia de Washington", comentó telefónicamente Covandonga Gomez, de la Asociación de Hoteles y empresas turísticas local.
En tanto en Cancún, el mayor polo de atracción internacional de México, se registró el fin de semana una ocupación de 85% en unas 85,000 habitaciones, según informó el lunes el presidente Felipe Calderón.
"Yo no tenía miedo, pero Niki y Alex, mis amigas, tenían miedo de que las robaran, de que las secuestraran y tenían miedo de venir, pero ahora están felices, hemos salido en las noches a bares y clubs y no hay ningún problema", advirtió Gina, de 21 años y que estudia biología en una universidad de Illinois.
"Yo amo Cancún y definitivamente volveré en el futuro", asegura por su lado Mark, un médico inglés de 26 años, mientras fuma tranquilamente entre otros 'spring breakers', un cigarro de marihuana, cuya venta está prohibida en México.
/doch