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Principios de Ecuador, 10 años
Frente a los cambios ambientales, los bancos se adhieren por estrategia de supervivencia: KPMG, les ayuda a gestionar riesgos ecológicos y sociales para garantizar el retorno del crédito.

Ya no basta la evaluación económica y financiera de la banca para financiar un proyecto empresarial. Desde el surgimiento de los Principios de Ecuador, en el 2003, las entidades financieras adheridas a estos puntos que emanan de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por su sigla en inglés) se obligan de manera voluntaria a medir el impacto ambiental y social de los proyectos que financian, cuyo valor va de los 10 millones de dólares a más de 100 millones.
En los primeros 10 años de estos Principios, se han adherido 79 bancos globales y locales de 33 países. Se integra de 10 principios básicos, que a decir de Jesús González, socio de Asesoría en Riesgo, Gobierno Corporativo y Sostenibilidad de KPMG, han sido enriquecidos con la experiencia de los bancos desde que surgieron, a raíz de que 10 bancos globales adoptaron las mejores prácticas de la IFC.
Los Principios de Ecuador van a la par de las políticas globales de la banca justa europea (su competidora) y de la sustentabilidad que incluye la eficiencia energética de las empresas y son parte de la estrategia de negocio de los corporativos globales, explicó.
¿Por qué se adhieren los bancos a los Principios de Ecuador? Para el especialista, la respuesta es sencilla, porque es una estrategia de sobrevivencia del negocio debido a las amenazas que plantea el cambio climático, el agotamiento de recursos naturales, como el agua, para enfrentar a la competencia verde y para no perder en precio, ganancias y reputación, pero también porque existen en el mundo y en México leyes relativas al cambio climático.
Las entidades financieras, a diferencia de hace 30 años, se ven obligadas a administrar el riesgo ambiental y social, además del riesgo financiero del crédito, porque si al financiar un proyecto no consideran los efectos ambientales y sociales, se arriesgan a no recuperar el crédito , dijo.
Y aunque el experto en sustentabilidad de KPMG mencionó en entrevista que muchas de las grandes empresas ya tienen una estrategia de sustentabilidad, en los próximos 15 años será determinante hacerlo para la mayoría de las ellas, incluso para las pequeñas y medianas.
HACIA ADELANTE
Jesús González mencionó que la banca se enfrenta a que la mayoría de las empresas no está acostumbrada a medir el CO2, su consumo de agua o aplicar medidas anticorrupción, y que cuando se les requiere esta información, entran en shock.
A decir de Leticia Armenta Fraire, directora de Análisis Económico del Tecnológico de Monterrey Campus Ciudad de México, los Principios de Ecuador son, por el momento, una estrategia ambiental y financiera para los grandes corporativos, por lo que se debe procurar que baje a todos niveles.
Mediante estos Principios, consideró, la industria financiera se obliga y aprende a medir y cuantificar el impacto ambiental y social de los proyectos que financia, y también a que sus inversiones tengan el menor impacto negativo ambiental y social posible.
El énfasis social, dijo la académica del Tec, se hace en las comunidades indígenas y en las mujeres, mientras que el principal aporte de los principios, tanto a nivel global como en México, es la normatividad y la cultura sustentable en la industria financiera, ya que ésta interactúa con los diferentes niveles de gobierno.
En México, los Principios de Ecuador están presentes a través de los bancos internacionales con sucursales que operan en nuestro país, como Citibank, que opera en México a través de Banamex, Credit Suisse y ABN AMRO. CIBanco y Banorte son los primeros bancos mexicanos en adherirse a los Principios.
Refiere cibanco
FINANCIAR LO VERDE ES UN NEGOCIAZO
Contribuir al cuidado del ambiente desde el quehacer financiero fue lo que motivó a CIBanco a suscribir los Principios de Ecuador en marzo del 2012, pero hacerlo no fue una actividad sencilla porque en México no había gente especializada en la aplicación de éstos, centrados en medir el impacto ambiental y social de los proyectos empresariales que financian.
A decir de José Gómez Santamaría, director de Sustentabilidad, uno de los 79 bancos que ha firmado los principios, CI Banco, fue pionero en México en la aplicación de éstos y además de superar el desafío de capacitar a su personal y reducir el consumo de energía en sus instalaciones, ha financiado proyectos verdes con 500 millones de pesos en cinco meses.
Con sus productos, dijo, privilegia la sustentabilidad, como con CIAuto verde, un crédito automotriz destinado a la compra de vehículos de bajas emisiones de CO2 (180 gramos por kilómetro); así, ofrece mejora en tasas en 45 modelos de automóviles. De este producto, José Gómez dijo que además de reducir las emisiones contaminantes tiene como objetivo sensibilizar al consumidor para que adopte lo verde.
Desde que asumieron los Principios de Ecuador, Gómez Santamaría dice que los costos no han sido mayores al estudio económico-financiero que ya realizaban y analizar y administrar los riesgos es positivo para CIBanco.
Los costos no han sido mayores y los principios apoyan el negocio principal de CIBanco, que es hacer evaluaciones de los riesgos del proyecto , comentó.
ALIADOS
Entre otros productos aliados a la sustentabilidad están: la cuenta de ahorros para el consumidor final, la eliminación del papel y evitarse el traslado del cuentahabiente a la sucursal.
Con relación a productos para las empresas, creó el crédito corporativo empresarial verde, con el cual financia proyectos de sustentabilidad relacionados con la eficiencia energética.
Al bajar el consumo de energía de las empresas, bajan sus costos. Esto se realiza con focos, calderas, plantas de reciclaje, parques solares pequeños y transporte .
José Gómez considera que el financiamiento a proyectos empresariales desde los Principios de Ecuador, aunque es nuevo en el país, es un negociazo que en los próximos años va a crecer de manera considerable, pues permite a las empresas ahorrar en costos en energía, incluso recurrir a desperdicios de materia prima y basura que las pueden transformar en energía.
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leopoldo.trejo@eleconomista.mx
