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Vamos a reírnos de quienes siempre se ríen de nosotros: Chavo del Toro
En 167 páginas, el monero que cotidianamente hace reír a los lectores de El Economista presenta su forma de ver a 70 personajes que forman parte del entorno de la presidenta Claudia Sheinbaum

Foto: Especial
Con el único objetivo de propiciar que la gente se ría de los políticos que siempre se ríen de ella, Chavo del Toro, el monero chilango nacido en Guadalajara y que cotidianamente hace caricatura política para El Economista, presenta una colección de cartones sobre los hombres y mujeres que forman parte del entorno de la presidenta, Claudia Sheinbaum.
Es un repaso sobre la forma de ejercer el poder y los excesos de personajes que forman parte de eso que llaman la 4T, expuestos por aquello que ellos mismos se han encargado de distinguirlos, en un relato de cómo llegaron y cómo se confrontan en el escenario político nacional.
El autor del libro “Todos los hombres de la presidenta”, editado por Grijalbo y que ha comenzado a circular en librerías del país, expone que, si bien en los últimos años el humor social fue afectado por la polarización de la conversación pública de México, hay mucho mercado para la crítica con humor.

Foto: EE
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¿Qué nos ofreces en el libro?
El objetivo es reírnos de los que siempre se ríen de nosotros, los malditos políticos.
Es una serie de caricaturas de este sexenio que está iniciando. Hay muchos personajes nuevos y viejos que van a estar acompañando a la presidenta tomando decisiones.
Junto con mi editor, buscamos 70 personajes que van a estar al lado de la presidenta.
Los caricaturicé y les hice ahí un textito sobre su pasado, su presente y futuro, burlándonos de ellos.
¿Qué tan fácil o qué tan difícil es trabajar con el personaje Claudia Sheinbaum?
Es muy difícil, porque, al contrario del expresidente, Andrés Manuel López Obrador, que era un personaje que podrías dibujarlo, estando o no de acuerdo con él, no había ninguna repercusión, en ningún sentido.
Claudia no es de buen humor; es mujer. Esto último lo digo porque muchas políticas, entre ellas Claudia, han aprovechado este movimiento de defensa de las mujeres para esconder muchas cosas que hacen. Sienten que una crítica es una cuestión machista.
¿Qué implicaciones tiene eso?
Eso nos lleva a los caricaturistas a, de verdad, ser muy responsables en la caricatura. Nos hemos tenido que quitar aquellas muletillas que teníamos. Por ejemplo, relacionada con cuestiones sexuales, etcétera, para, de verdad, proteger el humor y que no se dé excusa para que digan que se trata de un ataque machista o de género.
Pero, ya en la cuestión gráfica es un personaje sumamente atractivo, porque tiene una cara muy atractiva para el caricaturista....
¿Cuál es el límite a la hora de hacer caricatura?
El límite mío, personal, es no meterme con las cuestiones familiares, las cuestiones de género y las cuestiones particulares de los personajes.
Si un personaje en la vida personal es gay, promiscuo o lo que sea, hombre o mujer, es un problema que a nosotros no nos debe de interesar como caricaturistas.
Yo tengo que respetarlo en su vida privada completa y absolutamente.
Respeto a sus hijos, sus padres, familias. Mientras no se metan en cuestiones políticas, yo no los toco.
Por ejemplo, yo nunca me metí con el hijo menor de López Obrador. Con los otros mayores de edad, yo no me metía, solo cuando ellos se empezaron a meter en las cuestiones políticas.
¿De los hombres y mujeres de la presidenta que se habla en este libro, cuáles te entusiasmaron para trabajar?
Francamente, todos.
Unos por desconocidos, por ejemplo, Rosaura Ruiz, secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación. La verdad es que ni la conocía.
Investigando sobre ella y viendo sus actuares, pues ahí fue cuando dije, ah, mira, qué interesante personaje.
Por el otro lado, personajes como Pablo Gómez, un señor que ha pasado de la lucha de izquierda, perseguido por el Estado y, de repente llega al poder y se convierte en uno de esos personajes que atacan desde el poder, que censuran, que amenazan, pues dime si no es un personaje súper interesante.
Cada uno de ellos tiene su carnita, aquí tengo a Jesús Ramírez, Epigmenio Ibarra, Genaro Villamil, Lenia Batres… Son personajes que me entusiasma mucho dibujar sus incongruencias y sus incoherencias.
¿Hay alguno que digas particularmente, a mí me gustó este personaje para ponerlo en tinta y papel?
Bueno, por ejemplo, Paco Ignacio Taibo. Una maravilla…
Seguro te sirven mucho de insumos las narrativas de este ambiente de polarización de la discusión pública del país, pero ¿qué tanto te funciona para eso el fuego amigo que hay en lo que llaman la 4T?
Sí te juntas con personajes de la política. Hay veces que te las encuentras en lugares y pláticas y chismes, pero, francamente el caricaturista se alimenta de todas las investigaciones de los periodistas.
Estamos constantemente consumiendo periodismo e investigación de casi todos los medios.
Además, el caricaturista también tiene una forma de ver el mundo y a través de esa forma de ver el mundo hacemos como un filtro a través del humor y de los personajes de lo que quisiéramos para México y para el mundo.
En el caso de este libro, identifiqué a los personajes y pensé: debe de haber una línea del tiempo. Es por ello por lo que, en el primer capítulo, cuento cómo llega Claudia al poder y con quién.
Luego entramos a dos especies de grupos de personajes que van a estar al lado de Claudia. El primero son los personajes que no son muy conocidos, luego hay un intermedio de personajes como los que le deja sembrados el expresidente López Obrador, ahí como para tenerla amarrada de las manos.
En un segundo bloque de personajes, hablamos de los ya conocidos, por ejemplo, el senador Gerardo Noroña y toda esa bola de cuates, que van a estar al lado de Claudia, con mucho poder.
Y termino el libro reflexionando, diciendo, bueno, pero el personaje más importante es….(el monero balbuceó algo como en pausas).
Ahora, háblame del momento en que llega este libro. ¿Cómo percibes el humor social?
Hay mucho mercado para el humor de crítica. A este nuevo régimen se le ha dificultado luchar contra la realidad.
Conforme la realidad se ha impuesto, le ha ido dando cachetadas al régimen y su narrativa.
El humor social ha estado, poco a poco, cediendo espacios hacia los críticos.
En un principio sí era muy difícil porque cuando llega el populismo al poder, dominó en la conversación pública cuestiones ideológicas y de enfrentamiento de unos contra otros, pero, a base del golpe de la realidad, esto ha estado permeándose y poco a poco la gente está reflexionando.
Cuando los académicos o los centros de pensamiento hacen análisis de políticas públicas pues siempre su mayor aspiración es incidir en las decisiones de gobierno. Quiero plantearte algo al revés. ¿Cómo ha incidido la 4T, en los caricaturistas en México?
Ay, cabrón. Si estás hablando de los caricaturistas del régimen, yo respeto, porque se vale.
Ellos están dibujando desde su forma de ver el mundo y se vale y también se vale del otro lado.
Hay un montón de caricaturistas súper críticos y se vale esa caricatura, porque esa es la naturaleza de la caricatura, ser crítico frente a lo que tú piensas que está mal.
Entonces ellos (los caricaturistas oficialistas) piensan que está mal tal cosa y se vale. Lo que no se vale es recibir dinero del gobierno, en cualquier excepción, no se vale.