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Unidad

Ante la horrible ofensiva de Trump contra México la presidenta Sheinbaum y varios destacados morenistas llamaron a la unidad nacional. Según ellos, México debe avanzar junto ante la embestida del vecino del norte. Yo estaría de acuerdo con lo anterior siempre que aquello que nos uniera fuera un proyecto común y no la necesidad del gobierno de mostrar unidad frente a un adversario peligroso, para salir bien librado y poder seguir con sus tropelías. Lo que nos debería unir son los mínimos democráticos: reglas que permiten las libertades civiles, ya de pensamiento, de culto, política, de expresión. Reglas que establecen instituciones encargadas de dividir el poder y hacer posible el escrutinio de la relevancia de ciertas políticas públicas, del uso de recursos públicos, etc. No la unidad a conveniencia.
Más que unidad, el gobierno quiere sumisión. Esto queda bien plasmado, por ejemplo, con la exclusión de la presidenta de la Suprema Corte de la celebración del aniversario de la Constitución de 1917. Es terrible escuchar a la joven senadora Andrea Chávez decir que se le excluyó por violar la Constitución (eso lo determina la corte no una senadora), y asegurar que son muy pocos los mexicanos que no votaron por Morena y que por ello la gran mayoría está con las decisiones de la presidenta Sheinbaum. Desprecian a un poder del Estado y desprecian a más del 40 por ciento de los votantes. No quieren unidad que resulte de la transigencia, quieren unidad de la cabeza agachada. De esa unidad no participaré nunca.
En el partido en el poder se quejan del trato despreciativo que nos da Trump pero, al mismo tiempo, ofenden a Ecuador por anunciar aranceles. ¿Por qué no le contestan de la misma manera que a Trump? Porque la economía ecuatoriana es ínfima en comparación con la estadounidense. Son de los que se agachan ante el poderoso y maltratan al menos fuerte. Desprecian a la oposición, desprecian a organizaciones sociales como la de madres buscadoras. Desprecian a la prensa no alineada, desprecian el trabajo académico que los contradice, pero quieren unidad.
La 4T hizo suyo el mote terrible de «Estás conmigo o estás contra mí» que se traduce en: o te unes a mí bajo mis reglas o te ataco con toda mi fuerza. Igual que Trump: copian sus formas de gobernar, de desinformar, de ganar elecciones, atacan a la prensa crítica casi como él. Peor aún, niegan una obviedad: que las personas pensamos distinto. El pensamiento único que defienden solo conduce a la imposición violenta, a la negación del diferente y a intentar desaparecer sus ideas. Además, es una postura ignorante y soberbia. Es desagradable la soberbia de los poderosos, la de Trump, la de la senadora Chávez, y la de muchos en Morena. Cualquier unidad sin concordia ni transigencia es producto del autoritarismo y la fuerza.

