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Las tres metas financieras más importantes (Parte 1 de 2)

Estuve pensando mucho en cómo debería empezar este artículo, ya que siempre he dicho que toda persona es distinta y tiene objetivos diferentes. Pero también pienso que tenemos muchas cosas en común. Todos, por ejemplo, vamos a llegar a una edad en la que ya no podamos trabajar. Todos vamos a tener que lidiar con un imprevisto, pequeño o grande, varias veces en la vida. En fin, hay cosas que son importantes para todos y en las que todos deberíamos pensar.
He querido escribir esto porque desafortunadamente, como he mencionado en mis últimas columnas, mucha gente se enfoca demasiado en el corto plazo, en lo inmediato. Eso les hace perder la perspectiva no sólo de sus metas, sino de sus necesidades a mayor plazo.
Entiendo por qué sucede esto. La tecnología nos ha hecho la vida mucho más sencilla. Tenemos que hacer mucho menos esfuerzos para lograr muchas cosas o para acceder a datos que antes no teníamos tan a la mano. El crédito nos hace fácil comprar cosas hoy, sin tener que ahorrar para adquirirlas. Ya no hay que esperar.
El problema es que llega el momento en que la vida nos alcanza y nos tira bolas curvas. ¿Te has puesto a pensar qué pasa si hoy pierdes tu empleo y te tardas muchos meses en encontrar otro que te pague igual o mejor que el que tenías? ¿Sabes cuánto dinero necesitarás para lograr un retiro cómodo y sin tener que depender de nadie más que de ti? ¿Has hecho las cuentas?
La mayoría de la gente no y eso es preocupante. Todavía no conozco a nadie que no me haya dicho: “si hubiera sabido esto antes, hoy estaría en una posición mucho mejor”. “Ojalá hubiera comenzado mucho antes a planear y ahorrar para mi retiro”.
Desde luego, debemos poner las cosas en contexto. No se trata de no disfrutar el presente o de no comprar cosas que nos gustan. Todo lo contrario. Se trata de ser inteligentes y no perder de vista todo lo demás. De encontrar un equilibrio entre lo que queremos y necesitamos hoy, con el tipo de vida que queremos tener, hoy y en el futuro. Las decisiones financieras que tomamos hoy, pueden impactar de manera significativa nuestra vida más adelante.
Por eso te quiero presentar las tres metas financieras que en mi opinión son las más importantes y que tocan de una forma o de otra a todas las personas. Puedes considerarlas como un punto de partida para que tu propia planeación:
1. Estar libre de deudas
Si eres de las pocas personas en el mundo que están totalmente libres de deudas, felicidades. Esta meta la puedes considerar cumplida.
Pero ten cuidado: hay gente que siente que no tiene deudas, porque es “totalero”. Pero en realidad sí las tienen: viven un mes por detrás. En otras palabras, parte del dinero que ganan en este mes, lo utilizan para pagar sus tarjetas. De esta forma, parte de lo que ganan hoy, lo destinan para pagar lo que compraron el mes pasado. Eso sigue siendo deuda, aunque sea de muy corto plazo (en este caso, sólo de un mes).
Debo recordar que endeudarse (pedir prestado) es simplemente eso: gastar dinero hoy que aún no tenemos, que aún no hemos ganado. En otras palabras, le estamos robando dinero a nuestro futuro (estamos gastando dinero hoy, que esperamos recibir más adelante).
En el futuro, parte del dinero que recibamos, ya estará gastado desde antes. Tendremos que usarlo, por ejemplo, para pagar la mensualidad de ese crédito (o incluso el total). No lo podemos utilizar para otras cosas.
Por eso la gente endeudada no ahorra ni invierte, porque no tiene capacidad de hacerlo. Además, en algunos casos, las deudas pueden generar una cantidad importante de estrés que atenta contra su calidad de vida, su enfoque y su capacidad para crecer en otros aspectos, como el profesional.
Por eso, salir de deudas, particularmente las de consumo (tarjetas de crédito, préstamos personales o de nómina y hasta el crédito del coche) es una meta financiera muy importante.
En la segunda parte hablaré de las otras dos metas financieras más importantes, que todos deberíamos considerar en nuestra propia planeación.
¿Te has puesto a pensar qué pasa si hoy pierdes tu empleo y te tardas muchos meses en encontrar otro que te pague igual o mejor que el que tenías? ¿Sabes cuánto dinero necesitarás para lograr un retiro cómodo y sin tener que depender de nadie más que de ti? ¿Has hecho las cuentas?