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En el tema de aranceles no se ha hablado claramente

Gerardo Flores Ramírez / Ímpetu Económico
La economía de los Estados Unidos está empezando a resentir de manera muy expedita los estragos de las decisiones volubles del presidente Donald Trump , que por un lado generan incertidumbre a las empresas, por la falta de claridad y predictibilidad respecto a cuándo entrarán en vigor todos los aranceles que ha estado anunciando por aquí y por allá, y por tanto, ello ha empezado a afectar las decisiones de inversión de muchas, que prefieren esperar a que se aclare el panorama sobre lo que realmente prevalecerá, y por otro, porque los precios de una importante cantidad de productos han empezado a ser ajustados a la alza, en virtud de la inminencia de los aranceles y de la expectativas que han empezado a alterarse como consecuencia de los anuncios erráticos del presidente Trump y los funcionarios de su gabinete.
Ya sabemos que esas políticas erráticas se han constituido en una amenaza seria para el desempeño de la economía mexicana, y por tanto, para las posibilidades de desarrollo de nuestro país. Fundamentalmente, por el golpe que pueden representar para el volumen y valor de las exportaciones de México a los EUA, nuestro principal socio comercial.
Por ello, en momentos como el que vivimos en estos días, se requiere un gobierno que hable con claridad a sus gobernados. Sobre todo cuando estamos frente a un gobierno que no solo presume ser transparente, sino que también presume informar todos los días a los mexicanos. Lo anterior lo traigo a colación porque a raíz de la llamada entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Donald Trump, y de la cual resultó el anuncio de una nueva pausa en la aplicación de los aranceles a las importaciones provenientes de México, se ha fabricado un ambiente victorioso como si hubiéramos logrado un resultado extraordinario, que entre otras cuestiones, evitará que la economía mexicana sufra efectos negativos, al menos en sus exportaciones.
Se ha hecho creer a los mexicanos que nos salvamos de los aranceles. Sin embargo, es imperativo entender lo que declaró Trump sobre el tema cuando afirmó que no se impondrán aranceles a las importaciones provenientes de México que cumplan con el T-MEC.
Si bien el secretario Marcelo Ebrard reconoció el viernes pasado en la mañanera, que casi la mitad de las exportaciones de México a EUA entran a ese país bajo el régimen preferencial del T-MEC, sin pagar arancel, se aventuró a afirmar que otro porcentaje importante entra bajo el régimen de Nación Más Favorecida (NMF), sin pagar arancel también, y que muy fácilmente puede entrar a EUA bajo el régimen preferencial del T-MEC, que porque solo se requiere que las empresas presenten una simple manifestación, según su declaración, casi el 90% de las exportaciones de México a EUA podrán entrar sin arancel a ese mercado.
No necesariamente. De los 506,000 millones de dólares que México exportó a EUA en 2024, solo 247,000 millones de dólares entraron a ese país con el trato preferencial de T-MEC. Bajo el régimen NMF, sin arancel, México envió bienes por 198,000 millones de dólares, y bajo ese mismo régimen, pero con un arancel de 2.5%, México envió a EUA 45,000 millones de dólares. Estos dos últimos rubros sumaron 242,000 millones de dólares, y en estos días, bajo las nuevas reglas, están sujetos a pagar un arancel de 25%, casi el 48% de nuestras exportaciones.
Bajo el regimen NMF sin arancel, México envió a EUA en 2024 cerca de 48,000 millones de dólares equipos informáticos, o máquinas para el procesamiento de datos. Resulta difícil pensar que empresas que participan en segmentos con ese nivel tecnológico, eligieron por displicencia exportar vía el régimen NMF sin arancel, pudiendo hacerlo vía el régimen preferencial del T-MEC. El panorama no es tan simple como lo pinta el secretario Ebrard, requiere mucho más trabajo del que presume. Ojalá lo hagan pronto y bien, de lo contrario la economía mexicana padecerá profundamente la simplicidad con la que se midió el problema.
*El autor es economista.