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Opinión

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El competidor potencial en la política de competencia

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Javier Núñez Melgoza | Competencia y mercados

Javier Núñez Melgoza

La reforma a la Ley Federal de Competencia Económica (LFCE), publicada en julio de 2025, introdujo un cambio notable. El artículo 53 establece ahora que las prácticas monopólicas absolutas no sólo pueden ser realizadas por competidores actuales, sino también por competidores potenciales.

El espíritu de la reforma tiene sentido. A veces, lo que limita el poder de mercado de una empresa no es la competencia instalada, sino la amenaza de nueva entrada. Esa sola posibilidad puede ayudar a contener precios, mejorar la calidad o impulsar la innovación. El problema es que en México, la figura del competidor potencial no está desarrollada doctrinalmente, pues no hay una definición legal ni guías técnicas que permitan su aplicación consistente.

En Estados Unidos, la Corte Suprema ha discutido el valor de la competencia potencial en varios casos. Herbert Hovenkamp, uno de los especialistas más influyentes en la materia, explica que la competencia potencial tiene una noción dinámica: se refiere a jugadores que hoy no están en el mercado, pero que podrían entrar si cambian las condiciones. Esa expectativa, por sí sola, puede disciplinar a las empresas dominantes. La doctrina estadounidense distingue dos vertientes del concepto. La primera, la del competidor percibido, sostiene que la mera amenaza de entrada es suficiente para disciplinar. La segunda, la del competidor real en potencia, supone que ese actor habría ingresado de no mediar algún obstáculo, como una fusión.

El consenso académico es claro: sin parámetros objetivos, la figura puede ser mal empleada. Hovenkamp lo resume así: al evaluar la existencia de competencia potencial, no basta con imaginar escenarios; se necesita evidencia que permita discernir si la entrada era probable, en qué horizonte temporal se daría y si habría cambiado efectivamente las condiciones del mercado.

La experiencia internacional refuerza esta visión. En 2021, la OECD organizó una mesa redonda donde varias autoridades coincidieron en que la competencia potencial es crucial en mercados donde la innovación puede alterar el equilibrio de manera súbita. Pero también advirtieron que, si se deja al libre juicio de cada regulador, el concepto pierde fuerza. Por ello, se han consolidado tres criterios clásicos para su evaluación:

1. Probabilidad de entrada: evidencia de que el competidor potencial tiene la capacidad técnica y financiera para ingresar.

2. Horizonte temporal: que esa entrada ocurra en un plazo razonable, no en un futuro remoto o incierto.

3. Capacidad de disciplinar al mercado: que la entrada tenga un efecto tangible y significativo en precios, calidad o innovación.

Estos filtros convierten un concepto abstracto en un análisis verificable.

Desde mi perspectiva, la incorporación del competidor potencial a la LFCE es, en sí misma, un paso positivo. Reconoce que la competencia no es estática y que las amenazas de entrada pueden desempeñar un rol tan importante como el de los rivales ya instalados. Sin embargo, la ausencia de criterios deja a la autoridad frente a un dilema: aplicar la figura de manera rígida, con el riesgo de desalentar inversiones, o hacerlo de manera laxa, debilitando su credibilidad.

La alternativa es la construcción de guías técnicas. La nueva Comisión Nacional Antimonopolio tiene en sus manos la posibilidad de aprender de la experiencia internacional y de la reflexión académica. Sin copiar modelos extranjeros, es posible aprovechar ese conocimiento para diseñar lineamientos adecuados a la realidad mexicana.

Me parece claro que la figura del competidor potencial puede convertirse en una herramienta poderosa para el despliegue de las facultades preventivas y de investigación de la nueva autoridad. Para ello, se requiere dotarla de claridad y de criterios objetivos. La oportunidad está en construir lineamientos que den certeza a todos los actores y, al mismo tiempo, fortalezcan la capacidad de la autoridad. Si se logra ese equilibrio, la reforma permitirá la implementación de una política de competencia más moderna y efectiva.

*Especialista en competencia económica y regulación. Socio Director de Ockham Economic Consulting.

Javier Núñez Melgoza

Consultor en Competencia Económica y Regulación, además es profesor universitario.

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