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Vangelis: a La Conquista del Paraíso

Falleció a los 79 años de edad Evángelos Odysséas Papathanassíou, mejor conocido como Vangelis. Este músico griego tuvo una carrera fascinante que atravesó por diversos estilos. Empezó en los lejanos años 60, en su natal Grecia, con una banda de rock que hacía covers de los Beatles. Evángelos pensó que no llegaría muy lejos, así que decidió mudarse a París.
En París conoció a otro griego que también estaba llamado a ser una estrella mundial, Demis Roussos, y fundaron una banda de rock progresivo: Aphrodite’s Child. Fantástica banda, por cierto. Imagine usted a Demis Roussos en la voz principal, a Vangelis en los teclados, a Silver Koulouris en la guitarra eléctrica, y a Loukas Sideras en la batería. Cuatro griegos que podían competir con Yes, King Crimson, Jethro Tull o cualquier banda de rock progresivo de la época.
Vangelis experimentó con los sintetizadores, que por aquella época eran incipientes. Fue un gran pionero, al nivel de un Rick Wakeman o un Keith Emerson. Era tan bueno e innovador en los teclados, que no pasó desapercibido. Decidió mudarse a Londres y ahí conoció a Jon Anderson, que recientemente había fundado la hoy legendaria banda Yes. Surgió entre ellos una amistad. En algún momento, Anderson invitó a Vangelis para que reemplazara a Wakeman en los teclados, pero ese enroque nunca se consumó. Sin embargo, las bases para una colaboración estaban puestas.
A mediados de los 70, Vangelis tuvo su primer gran éxito como artista en solitario con el álbum Heaven and Hell de 1975. La fortuna le sonrió doblemente, pues en aquellos días una de las celebridades de la ciencia mundial, Carl Sagan, estaba preparando y escribiendo lo que sería Cosmos. No sé si el mismo Sagan o alguno de los guionistas o productores conocieron el disco de Vangelis, pero alguien de ese equipo de producción puso sobre la mesa un fragmento de Heaven and Hell: perfecto para ser el tema principal de la serie. Cosmos salió al aire en 1980, así que todos los niños que no nos perdíamos ningún capítulo, pudimos conocer a Vangelis, aunque no supiéramos que él había escrito esa música. El tema, de una sencillez inconmensurable, es verdaderamente cósmico. Es fácil decirlo a posteriori, pero no se me ocurre ningún tema que pudiese haber sido mejor insignia musical de Cosmos. Si uno lo escucha, se tiene la sensación de estar en medio de un viaje interestelar.
Vangelis conectó dos golpes maestros más a principios de los 80: el tema de la película Chariots of Fire, de 1981. Este es quizás su track más conocido. Además de ganar el Oscar por la música, el tema fue utilizado en los juegos olímpicos de Los Ángeles 1984, Seúl 1988, Atlanta 1996 y Londres 2012. Un tema que, sin duda, casi todos conocen aunque no sepan que es Vangelis. El otro gran golpe maestro fue en 1982 con el soundtrack del épico film de Ridley Scott, Blade Runner. Muchos consideran que este es el mejor trabajo del músico griego.
El éxito comercial de Vangelis en los 80 no impidió que siguiera buscando nuevos caminos. Entre 1980 y 1991 grabó diversos materiales con Jon Anderson, vocalista de Yes. Algunos de estos materiales son excelentes y vale la pena conocerlos, como la canción I’ll find my way home o I hear you now.
Para mí el mejor disco de Vangelis es "La Conquista del Paraíso" (The Conquest of Paradise), de 1992, que musicaliza otro film de Ridley Scott. Esta música es de otro orden. El reto era grande: se trataba de un filme histórico que narra el descubrimiento de América quinientos años antes, una época tan lejana que planteaba una seria dificultad para musicalizar con la sonoridad de los más modernos sintetizadores. Era arriesgado, y pudo haber acabado mal, como ha sucedido con otros filmes. Pero Vangelis lo hizo magistralmente, y aunque el trabajo no le valió el Oscar, es de un nivel superior a Chariots of Fire.
Otro trabajo grandioso es Mythodea, de 2001. Recuerdo que hace unos veinte años estaba yo platicando con un compositor de música sinfónica y me decía que Vangelis era tan solo un producto publicitario, sin sustancia. Le puse un par de tracks de Mythodea en mi súper stereo japonés, a gran volumen. La sala se cimbró –no era raro, observé, que la Deutsche Grammophon hubiera editado un disco de Vangelis en 1985 (Invisible Connections)–. La música es tan majestuosa que la NASA la adoptó para ser el soundtrack oficial de la Mars Odyssey Mission. En el disco participaron ni más ni menos que Kathleen Battle y Jessye Norman.
Vangelis fue un hombre reservado, discreto y sencillo. No era un hombre público, así que raramente aparecía en los medios o concedía entrevistas. Tampoco usaba alcohol ni experimentaba drogas. No le interesaba ser un rockstar. Lo suyo era hacer música, nada más. Y la hizo de tal manera que, yo diría, se lanzó a La Conquista del Paraíso.