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Retos globales y sociedades insatisfechas

Entre muchos retos globales hay cuatro que caracterizan el presente. Se trata de los efectos sociales y económicos de las innovaciones, de la enorme desigualdad de los ingresos y la riqueza, la precariedad de los servicios públicos y el Cambio Climático.
Las innovaciones científicas y tecnológicas han impulsado avances notables, sin precedentes en los últimos 50 años. Se calcula que en Estados Unidos, durante el periodo de 1930 a 1980, 55% del incremento del Producto Interno Bruto (PIB) fue resultado de una mayor educación, de las mejores tecnologías y de la innovación.
Los países líderes en innovaciones son Estados Unidos, China, Alemania, Corea del Sur, Francia, Japón, Reino Unido, Suiza, Holanda, Italia, Suecia y Austria. Cubren todas las áreas del conocimiento y ayudan en sus países a que la vida cotidiana sea más amable, elevan la productividad económica y apoyan a la eficiencia burocrática.
También han surgido oligarcas tecnológicos que influyen en la cultura, la economía y la política y que son figuras mediáticas: Bill Gates, Mark Zuckerberg, Elon Musk, Jeff Bezos, entre otros.
El Índice Global de Innovaciones que elabora la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de la ONU incluye 132 países. La posición de México es la 58, lo que nos habla de un esfuerzo insuficiente en la investigación científica y tecnológica.
La enorme desigualdad de los ingresos y riqueza es una tragedia humana. Dice el economista Dani Rodrik, de la Universidad de Harvard: “Uno de los problemas fundamentales del capitalismo contemporáneo reside en que no ha producido un numero adecuado de buenos empleos como para sustentar a una clase media próspera y creciente”.
La creación de buenos empleos es el contenido básico para la estabilidad porque crea vínculos comunitarios, autoestima y confianza. En los países en desarrollo existe preponderadamente un nivel de ingresos medios bajos y una enorme pobreza.
De toda la riqueza del mundo, 1% de la población más pudiente tiene 50% y en América Latina se cuenta con la mayor desigualdad en los ingresos en comparación con todas las regiones del mundo.
La precariedad de los servicios públicos es un lastre particularmente en los países en desarrollo en donde existen grandes deficiencias en salud, educación, seguridad social, suministro de agua, luz e infraestructura. Si algo beneficia al ciudadano es la existencia de estos servicios que forman parte de su cotidianidad.
Ahí es donde se transparenta la eficacia de la función gubernamental. Más que las grandes utopías se necesita actuar con los problemas de la calle.
La devastación del Cambio Climático es una receta para el desastre. Es el caldo de cultivo para las protestas sociales, la polarización y la aparición de extremismos violentos. Así como la población protesta porque los salarios no alcanzan y el empleo se esfuma, se agudizan las movilizaciones por la falta de atención a los problemas medioambientales.
Ante la indiferencia de la clase política y de los gobiernos, un grupo de 12,000 científicos han alertado sobre el problema e insisten en que los gobiernos asuman posiciones más eficaces en vez de solo plantear buenas intenciones.
