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Legalizar drogas: hechos y discursos
El presidente Calderón acaba de declarar que no es posible iniciar el debate de la legalización de las drogas, sin que se involucre a Estados Unidos. Le asiste la razón y en esa línea debe trabajar. Para eso es clave tener en cuenta que el gobierno estadounidense dice una cosa, pero hace otra. Lo ha hecho siempre y así lo seguirán haciendo.
Un buen ejemplo es que en California se vota este noviembre, si se legaliza sin restricción alguna el consumo de la marihuana. Desde 1996 se permite su venta legal con fines médicos. Es evidente, a pesar de los discursos oficiales en contra, que se avanza hacia la legalización mientras que en México el gobierno sostiene una guerra frente a las drogas.
El secretario de Salud de México, José Ángel Córdova, claro enemigo de la legalización hizo público que días atrás manifestó su extrañamiento a las autoridades estadounidenses por su política permisiva ante las drogas, contraria a la que sostiene el gobierno mexicano que sí ha hecho su parte en el combate al consumo, la venta y la distribución las drogas.
California fue el primer estado que legalizó la marihuana médica y ahora ya son 14. En este año lo harán cuatro más. Todos siguen con atención lo que sucede en California porque puede marcar la política nacional. Las encuestas, a siete meses de la votación, indican que 56% de los electores aprueba la medida.
Las versiones ante la legalización son encontradas. Córdova sostiene, es la versión tradicional y conservadora, que ésta deriva en el aumento del consumo, pero los estadounidenses sostienen, con evidencia empírica y no discursos, que no ha ocurrido así en los estados que la han legalizado.
El consumo de la marihuana en California se ubica entre los 14 y 18,000 millones de dólares anuales. Si se cobraran impuestos el estado obtendría 1,300 millones de dólares al año y se ahorraría otros 1,000 millones de dólares, que ahora gasta en perseguir, procesar y encarcelar a los consumidores. ¿Por qué en México no hacer lo mismo?
Las encuestas de salud indican que unos 20 millones de estadounidenses mayores de 12 años han consumido drogas en el último mes. Es una cifra que se mantiene desde hace años y que no preocupa mayormente a las autoridades. En Estados Unidos desde hace 40 años el nivel de los adictos se mantiene en 3% de la población.
¿Qué va a hacer México si California legaliza el consumo? ¿Seguirá dando la guerra , para impedir que las drogas ingresen a territorio estadounidense? La política real, no la de los discursos, que sigue EU apunta a la necesidad de que México cambie la estrategia para trabajar en favor de la legalización.
Hay, pues, que acordar con ellos.