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Gobernador Herrera
Será en Gómez Palacio -y no en la capital duranguense- donde el priísta Jorge Herrera Caldera rendirá protesta como Gobernador, este mediodía. El auditorio Centenario de aquella urbe lagunera fue declarado recinto oficial del Congreso para realizar la ceremonia solemne de cambio de poderes. Muy temprano este empresario, de 47 años de edad, acudirá a una misa de acción de gracias, acompañado de su madre, su esposa y sus siete hijos. Allí honrará la memoria de su padre, Nabor Herrera Lugo, quien falleció apenas hace tres semanas, aquejado por una neumonía.
Es un priísta atípico: integrante de los Caballeros de Colón -como su padre- y muy cercano a la curia , describe un funcionario federal, contemporáneo suyo, al que le sorprende -como a muchos- el ascenso de Herrera Caldera en la política. Y es que hasta hace seis años, estaba dedicado en cuerpo y alma al negocio familiar: la fábrica de bicicletas más grande de México, que había nacido a finales de la década de los 70 como un pequeño taller, que don Nabor montó con el dinero de su pensión, después de haber trabajado más de dos décadas en la tienda La Nacional.
Primero había abierto un estanquillo, que atendía junto con su esposa, Ernestina, y los mayores de sus siete hijos. A la venta de revistas y refrescos adicionó al paso del tiempo la reparación de llantas y la venta de refacciones para bicis y motocicletas.
Jorge Herrera era el menor de la familia. Estudió, como el resto de sus hermanos, en escuelas públicas hasta que se graduó como contador público en la Universidad Juárez del estado de Durango. Su hermano Arturo estudió unos años antes la misma carrera y fue dirigente de la Federación de Estudiantes, lo mismo que Ismael Hernández Deras. Desde entonces se selló una alianza entre ambas familias. En aquellos años de apremio económico, los hijos mayores de don Nabor y doña Tina emigraron. Mojados cruzaron la frontera y consiguieron trabajo, como jornaleros. A su hermano menor fue a quien se le ocurrió comenzar con la distribución de bicicletas, que él mismo iba a dejar en una camioneta destartalada, a La Laguna. Para 1990 ya tenía a todos sus hermanos de regreso trabajando en el Grupo Empresarial Naher, que ahora da empleo a más de 1,000 obreros, mantiene vínculos con fabricantes de bicicletas de la India, Taiwán, Indonesia y Tailandia, y se ha diversificado a otros ramos, como la construcción y la comercialización.
Jorge no había tenido actividades partidistas hasta el 2004, cuando fungió como Presidente del Comité de Financiamiento de la campaña del candidato Hernández Deras. En la primera etapa de ese sexenio se desempeñó sucesivamente como Secretario de Finanzas y alcalde de la capital duranguense. En el 2009 fue electo Diputado federal. Según ha referido él mismo en varias ocasiones, nunca ha vivido del erario. No es que haya dejado de percibir su salario, sino que íntegro lo ha donado a diversas obras e instituciones de asistencia pública. Es padrino de por lo menos 20 chavitos a los que tiene becados cubriendo sus estudios , comenta una colaboradora.
Así como nunca hubo dudas de que era el candidato que prefería Hernández Deras -tanto así que José Rosas Aispuro decidió renunciar a su militancia priísta y aceptar ser el abanderado de la coalición PAN-PRD-, Herrera Caldera tuvo un desempeño irregular en su campaña política. Todo lo exitoso que fue como empresario no pudo reflejarse durante su gira de proselitismo. Al final de tres meses de campaña, ganó, con apenas 20,000 votos de ventaja. Su triunfo fue impugnado y su reputación, manchada, por las acusaciones que formuló en su contra Rosas Aispuro, ligándolo a un red de corrupción y de nexos con el narcotráfico.
El líder nacional del PAN, César Nava, había prometido que respaldaría las quejas del abanderado de la coalición Durango Nos Une. Silenciosamente, abandonó su movimiento, cuando éste planteó acciones de resistencia civil. Y es que detrás de Rosas Aispuro estaban Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard.
Apenas el pasado domingo, el Tribunal Electoral desechó la impugnación y ratificó el cómputo final. Las limitaciones y grisuras mostradas por el candidato Herrera Caldera han quedado en el pasado. Ahora se verá si es capaz de imprimir un sello propio al frente del gobierno y desprenderse de todo aquello que impidió que fuera auténtico, genuino. Tal y como lo era su padre, don Nabor.
EFECTOS SECUNDARIOS
FRUSTRADOS. Vestidos y alborotados quedaron un cúmulo de personajes, que desde la semana pasada habían sido convocados por publirrelacionistas al servicio del Jefe del Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, a ver el espectáculo que se presentará antes y después de El Grito, esta noche en la plancha del Zócalo. Resulta que el lounge que las autoridades capitalinas querían instalar en la azotea del Antiguo Palacio del Ayuntamiento no pudo ser abierto por razones de seguridad.
aaguirre@eleconomista.com.mx