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El sexenio en el que México bajó a segunda división

Se irán seis años sin la existencia de interacciones internacionales relevantes y frecuentes del presidente López Obrador.
México no tuvo a un presidente que defendiera los intereses de los mexicanos en el exterior. No existe en la hemeroteca un discurso memorable con rasgos internacionales del jefe de Estado. No hubo una aportación significativa del presidente a los mecanismos multilaterales.
Las conferencias de prensa fueron sus mejores y, al parecer, únicos incentivos para permanecer en el Palacio Nacional. Es claro que le gustaba viajar a Tabasco, Oaxaca y Colima, y algunos otros estados del país.
Sin embargo, algo muy grave ocurrió: no vimos al presidente López Obrador viajar a Nueva York, Londres o Tokio para promocionar inversiones en México.
No viajó a Los Ángeles o Chicago para visitar a integrantes de la comunidad mexicana; no le interesó conocer sus inquietudes. Biden le organizó la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, pero AMLO decidió deshojar las margaritas en favor de sus amigos, los dictadores Díaz-Canel, Maduro y Ortega.
Lo suyo fue desprender la presidencia mexicana del mundo.
El presidente mexicano no consideró importante viajar a Bruselas o a Seúl para firmar o avanzar acuerdos comerciales.
AMLO usó el avión presidencial para construir un discurso anti viajes; mal vendió un bien público que no era suyo. Lo remató y construyó un cuento: la metáfora de los aviones como símbolo de la corrupción.
Eligió la figura demagógica del político que viaja en clase turista para convertirse en un más entre la población. Lo hizo al inicio del sexenio, pero cuando iniciaron las críticas en su contra, comenzó a usar aviones del ejército.
Más allá del juego populista de AMLO, quedan los costos por haber distanciado a México del mundo.
AMLO quiso ser lo más anti internacionalista posible para demostrar que su único interés era México sin saber que al darle la espalda al mundo perjudicaría los intereses de México en el mundo.
Los vacíos están para ser llenados. La precandidata Xóchitl Gálvez viajó a Estados Unidos para generar empatía con diversos grupos sociales. Los resultados fueron positivos. Ya se extrañaba ver a figuras políticas mexicanas en el exterior.
La agenda de su viaje a España se quedó corta. Gálvez misma lo reveló en una entrevista con el periódico El País.
En su edición española e impresa del pasado lunes, Gálvez respondió a la pregunta sobre su agenda: “Al embajador de España en México le planteamos reuniones con miembros del Gobierno, pero aún no tenemos respuesta. Con quien ya está confirmado para mañana es con Feijóo”, líder del Partido Popular.
Malas noticias: México ha descendido a segunda división de la liga internacional.

