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El rumbo de la insuficiencia renal
La costosa insuficiencia renal crónica (IRC) -cuando los riñones dejan de funcionar- se convierte en foco rojo dado el ritmo con que crece en México (11% anual). Debe vislumbrarse bien cómo cubrir los costos a futuro de este inevitable problema de salud pública.
Dado el elevado número de pacientes diabéticos en México -pudiera acercarse a 10 millones- y alta prevalencia de obesidad, que es uno de sus detonadores, la insuficiencia renal debería ser prioridad sanitaria.
El sistema de salud pública atiende con terapias de remplazo renal (diálisis) a unos 70,000 pacientes con esta enfermedad, pero se calcula que por cada atendido existen otros dos enfermos que no reciben tratamiento. De continuar con la tasa de crecimiento y la insuficiencia de recursos serán uno de cada cuatro pacientes los que tengan posibilidad de acceso a terapia.
En términos de farmacoeconomía, la opción con mejor costo-beneficio es el trasplante de riñón y ya hemos hablado aquí de la urgencia de impulsar programas y toda una cultura del trasplante que no tenemos. Pero mientras ello se logra, algo sucede en México en torno de los tratamientos de diálisis que, de no pararse, nos puede significar elevados costos a futuro.
Para tratar la insuficiencia renal hay dos opciones: la diálisis peritoneal y la hemodiálisis. Con la diálisis peritoneal el paciente recibe una máquina en su casa para dializarse varias veces al día. Con la hemodiálisis -un tratamiento mucho más delicado- el paciente debe ir al hospital para ser conectado a una máquina y hacer las mismas funciones del riñón, y ello requiere que el especialista esté pendiente.
Hablando de costos, la diálisis peritoneal manual cuesta 136,605 pesos por paciente al año, en tanto que la hemodiálisis 198,000 pesos. Dados nuestros aprietos presupuestales en salud, lo lógico es que estos pacientes sean atendidos con la terapia más económica si se considera que no hay mayor diferencia entre ambas opciones.
Y así es, 70% de los insuficientes renales recibe diálisis peritoneal y 30% hemodiálisis. La tendencia mundial es hacia la diálisis peritoneal, que siendo menos costosa ha demostrado su eficiencia. En el mismo EU con corte privado en su sistema sanitario ya se dieron cuenta de que en términos farmaeconómicos es más eficiente la diálisis peritoneal.
En México es al revés. La tendencia se está yendo hacia la hemodiálisis. Tanto en el IMSS como en el ISSSTE crece 1% más la hemodiálisis que la diálisis peritoneal. ¿Qué sucede? Los nefrólogos, especialistas en riñones, tienen subrogado este servicio y claros incentivos para promover la hemodiálisis. No sólo es más cómodo porque esperan al paciente en el hospital o en su unidad para conectarlo al aparato, sino que al médico le representa mayor beneficio económico.
De hecho, los nefrólogos -existen 500 y la necesidad es de unos 2,000- son dueños de los aparatos para hemodiálisis y les conviene promoverlo. Las empresas se los dan en comodato y la ganancia va en función del número de bolsas adquiridas para efectuar la terapia.
El número de unidades de hemodiálisis que se abre es creciente. Desde la misma academia se estimula esta situación, pues los residentes de Nefrología ya ni siquiera aprenden la opción de diálisis peritoneal. Los recién especializados lo primero que buscan es ver quién los apoya para tener su propia unidad de hemodiálisis, pues es negocio seguro.
Urge que el sector salud analice el rumbo más económico-efectivo de la IRC, considerando que el doble de pacientes renales se queda sin terapia de remplazo.
Conflicto Roche-Probiomed
Parece que Roche finalmente sí logró evitar la participación de Probiomed en una licitación del IMSS para comprar una terapia para pacientes con cáncer linfático. El fallo del IMSS que debió salir el viernes se pospuso para hoy lunes.
En la Cofepris nos informan que el registro sanitario a Probiomed fue técnica y legalmente bien otorgado, pero por mandato de un juez la autoridad sanitaria notificó al laboratorio otra vez la suspensión del registro hasta que se resuelva el amparo interpuesto por la farmacéutica suiza. Así que dos veces ya le han dado el registro a Probiomed y dos veces se lo han quitado. ¿Cómo que suena a falta de certeza jurídica, no? Y bueno, algo deberá influir que aún no se publique el reglamento para biocomparables y que los legisladores hayan aprobado una ley de biotecnológicos tan abierta.