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El costo para Google de las prácticas anticompetitivas

A finales de febrero pasado, 32 empresas europeas de medios interpusieron una demanda en un juzgado de Amsterdam, Países Bajos en contra de Google, por los daños que esas empresas consideran que han padecido como resultado de la conducta anticompetitiva del gigante tecnológico en el mercado de publicidad digital. Las empresas demandantes, entre las que se ubica la multinacional alemana Axel Springer, con sede en Berlín, exigen alrededor de 2 mil 300 millones de dólares por concepto de reparación del daño.
Las empresas demandantes están representadas por la firma de abogados Geradin Partners y la empresa de consultoría económica Charles River Associates, que también trabajan de manera conjunta en otra demanda interpuesta contra Google, pero ante el Tribunal de Apelaciones en Materia de Competencia del Reino Unido (CAT) en noviembre de 2022, en la que representan a cerca de 130 mil negocios que publican cerca de 1 millón 750 mil sitios o páginas de internet en esa nación. En este asunto, las empresas demandantes reclaman daños ocasionados por las prácticas anticompetitivas de Google en el mercado de publicidad digital, entre 2014 hasta 2022, por 13 mil 600 millones de Libras Esterlinas, lo que equivale a cerca de 17 mil 300 millones de dólares de EUA al tipo de cambio de hoy.
En ambos casos, las demandas interpuestas toman como referencia la decisión de la autoridad en materia de competencia de Francia (Autorité de la concurrence), que en 2021 anunció que había encontrado que Google había incurrido en prácticas anticompetitivas en el mercado de publicidad digital, razón por la cual le impuso una multa de 220 millones de Euros, que Google no solo no controvirtió, sino que además solicitó a esa autoridad francesa poderse acoger a un procedimiento conciliatorio.
Adicionalmente, la demanda recien interpuesta en Amsterdam, también toma como referencia el expediente que la Comisión Europea abrió en contra de Google por el mismo tipo de conducta, que por lo pronto ya se tradujo en una muy fuerte advertencia de la máxima autoridad europea que comunicó al gigante tecnológico que la única solución que tiene viabilidad para corregir la conducta anticompetitiva identificada es obligarlo a vender su línea de negocio de publicidad digital.
Las 32 empresas demandantes argumentan que de no haber ocurrido las prácticas anticompetitivas de Google en el mercado de publicidad digital, podrían haber obtenido mayores ingresos por la venta de publicidad y habrían pagado menores tarifas o precios por servicios tecnológicos vinculados con la venta de espacios publicitarios.
En el caso de la demanda que analiza el Tribunal de Apelaciones en Materia de Competencia del Reino Unido, las empresas quejosas presentan un análisis económico que concluye que las prácticas anticompetitivas de Google ocasionaron que varias de esas empresas obtuvieran ingresos por venta de espacios publicitarios 40 por ciento menores a los que deberían haber obtenido de no haberse presentado la conducta de abuso de poder de mercado por parte de Google. Así que este escenario litigioso que enfrenta Google, que además de las posibles sanciones que le podrían imponer las autoridades en materia de competencia de la Unión Europea y Estados Unidos, se podría traducir en que tenga que hacer frente a resoluciones judiciales que la obliguen a pagar también cerca de 20 mil millones de dólares por concepto de reparación de daños que exigen las dos demandas interpuestas en Reino Unido y Países Bajos.
En este contexto, se antoja difícil que, en México, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) salga con la sorpresa de que no encontró elementos, en el procedimiento seguido en forma de juicio que actualmente lleva a cabo en contra de Google en nuestro país, por el mismo tipo de conducta y prácticas anticompetitivas en el mercado de publicidad digital por parte de esta plataforma tecnológica.
Un aspecto central que hace falta conocer en el caso de nuestro país es el tamaño del daño económico que Google ocasionó a los distintos agentes económicos que participan como proveedores de espacios publicitarios en el mercado de publicidad digital, y con ello, que se identifique a partir de cuándo se puede considerar que iniciaron dichas prácticas. El desafío para Cofece no es menor.
*El autor es economista.
@GerardoFloresR

