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Opinión

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El SAR, tu puerta de entrada al sistema financiero

La manera en la que participa la población trabajadora en los mercados financieros, a través del SAR, depende de la regulación vigente y de su edad.

Como hemos dicho, la incorporación de un trabajador al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) significa su inclusión en los mercados financieros. Esta inclusión, sin embargo, está altamente regulada y supervisada por distintos marcos legales y regulatorios, entre los que destaca el Régimen de Inversión. Es importante decir que este último varía según la edad de los trabajadores. Por tanto, la manera en la que participa la población trabajadora en los mercados financieros, a través del SAR, depende de la regulación vigente y de su edad.

La tarea de invertir los recursos, buscando un equilibrio óptimo entre riesgo y rendimiento, no corresponde directamente a las afores, sino a sus sociedades de inversión especializadas en fondos para el retiro (siefore).

Por ley, cada administradora tiene cinco siefores básicas (SB). Cada una de estas sociedades se distinguen por las diferentes combinaciones de riesgo y rendimiento en sus estrategia de inversión, así como por el grupo etario que le compone. Por ejemplo:

• SB0: mayores de 60 años, pensionados

• SB1: mayores de 60 años

• SB2: entre 46 y 59 años

• SB3: entre 37 y 45 años

• SB4: menores de 36 años

La razón detrás de esta diferenciación es el horizonte temporal durante el cual estarán invertidos los recursos. Por ejemplo, la inversión de una persona de 25 años está pensada para los próximos 40 años, mientras que la de una persona de 55 años sólo invertirá para la siguiente década. Así pues, ese horizonte temporal es clave para definir los niveles de riesgo adecuados en las carteras de inversión de las siefores.

Consecuentemente, el Régimen de Inversión establece reglas distintas para cada siefore. La idea es propiciar un manejo prudente del riesgo. Es decir, las inversiones pensadas a más largo plazo tienen la posibilidad de obtener mejores rendimientos, porque se pueden exponer a mayor fluctuación y volatilidad; por el contrario, las inversiones de corto plazo, generalmente, obtienen rendimientos más modestos. Así, por ejemplo, los límites de inversión en el mercado accionario, que se caracteriza por ser mucho más fluctuante, son mayores en la SB4 que en la SB1.

Sin embargo, es importante saber que el SAR ofrece la posibilidad de que cada persona escoja la siefore que más se adecue a su perfil o gusto, de manera que una persona de 42 años, por ejemplo, puede decidir mover sus recursos a la SB3 o SB4. Ello implica, desde luego, asumir o renunciar a mayor riesgo o mejores rendimientos.

Participar en el mercado financiero, en el marco del SAR, supone tener mayores espacios de decisión, escoger siefore es uno de ellos. Es necesario, por tanto, que sea una decisión informada. Algunos datos, como el Indicador de Rendimiento Neto, pueden ayudar a decidir cuál es la combinación riesgo y rendimiento que más se adecua a tus preferencias.

Para obtener mayor información sobre el sistema de pensiones visite la página de Internet: www.amafore.org

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