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Opinión

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¿El 2012 será el año del consumismo?

Hace unos días, el 12 de diciembre para ser exacto, leí en Facebook el post de una amiga que -de entrada- me pareció gracioso y creativo. En síntesis, ella decía que 2012 será el año del consumismo . Sí -parafraseó en su muro- tendrá que quedarse consumismo coche, consumismo vestuario, consumismo par de zapatos y, si Dios quiere, consumismo trabajo y consumismo sueldo .

Horas después, su comentario pasó de lo humorístico a la reflexión. Caí en cuenta que -consciente o inconscientemente- la gente de a pie prevé que 2012 será complicado.

Como no pensarlo si, además de la inseguridad, la palabra crisis aparece a diario en los diversos medios de comunicación del país, me dijo Ernesto, un amigo, quien –por cierto- dibujó en su rostro una mueca de enojo y repudio justo en el momento que charlábamos sobre el tema.

Definitivamente, el año que recién comenzó no pinta como uno de los peores en la Historia de México, pero tampoco como uno de los mejores. Son dos los nubarrones que impiden ver la luz del sol de forma clara y directa: la desaceleración económica en Estados Unidos y la crisis de deuda por la que atraviesan algunas naciones europeas.

La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) fue clara: De seguir profundizándose el deterioro fiscal en Europa podría producirse una catástrofe financiera mundial con alcances insospechados.

Por otro lado, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, fue tajante al advertir que no existe nación en el mundo que pueda salir ilesa de la crisis que se dibuja en el horizonte.

De este lado del continente, si bien en Estados Unidos el fantasma de la recesión se desvanece, no así la perspectiva de que la economía más fuerte del mundo vive una etapa de desaceleración, situación que, sin duda, terminará por lastimar el comercio internacional de México y, en consecuencia, el crecimiento.

La última encuesta de CNNMoney reveló que sólo existe 20% de posibilidad de que el país vecino del norte caiga en recesión. Hasta hace tres meses la perspectiva alcanzaba 30 por ciento.

Banxico no ve una recesión en el país, pero sí una desaceleración, razón por lo cual en dos ocasiones recortó sus expectativas de crecimiento para el país. En la última modificación ajustó su proyección de entre 3.5 y 4.5% a entre 3 y 4 por ciento. Sin embargo, hay algunos analistas menos optimistas. Incluso, hay quienes piensan que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá sólo 1 por ciento.

La última encuesta de expectativas del sector privado del instituto central reveló que el consenso del mercado prevé un crecimiento económico de 3.23% para 2012, una cifra por debajo de lo estimado en la Ley de Ingresos de la Federación.

Como es de esperarse, el menor avance impactará de manera directa en la generación de empleos. Banxico prevé que en 2011 se crearán hasta 620,000 plazas, mientras que para este año espera sólo entre 500,000 y 600,000.

La inflación -de acuerdo con analistas- está controlada, a pesar de que en noviembre y diciembre alcanzó niveles relativamente elevados, que llevó la tasa anual a cerca de su techo de 4 por ciento.

Un punto a favor es que México tiene indicadores macroeconómicos sólidos, dicen las autoridades. Eso sin contar que cuenta con una banca solvente, un nivel récord de divisas internacionales, la Línea de Crédito Flexible con el FMI y un nivel manejable de deuda pública. No obstante, como dice el propio gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, esa estabilidad es una condición necesaria pero no suficiente para garantizar un crecimiento sostenido que se refleje en el nivel de vida de los mexicanos.

Así, todo indica que 2012 será un año retador, que pondrá a México y al mundo entero a prueba de resistencia y cooperación. Esperemos que, a pesar de ello, no sea el año del consumismo y si en el que podamos hacer historia.

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