¿A qué fue Xóchitl a Madrid?

Nadie la hizo emperatriz de Lavapiés; ni le alfombró con claveles la gran vía; mucho menos la bañó con vinillo de Jerez; el bar de Chicote lo hicieron museo y la crema de la intelectualidad le dio por saco. Si alguien le dirigió un piropo retrechero fue Felipe Calderón que al saludar a Xóchitl Gálvez y retratarse con ella le hizo la pascua.

¿De quién fue la idea de aprovechar el período de intercampaña para viajar a Madrid en búsqueda de la simpatía de los españoles hacia su causa electoral? ¿Quién consideró que una fotografía al lado de Calderón iba a repercutir positivamente en la posición de la hidalguense ante el electorado de México? ¿Fue Xóchitl? ¿Fue Max Cortázar, coordinador de comunicación social de la candidata y amigo de su exjefe Felipe Calderón quien, por lo visto, no ha percibido que desde que Genaro García Luna fue encarcelado y el nombre del expresidente fue ligado al del su secretario de Seguridad, el michoacano mancha lo que toca?

Voy a aclarar algo que me consta: el autor de la guerra de lodo contra López Obrador, la de “un peligro para México” en el 2006, no fue Maximiliano Cortázar, sino el español Antonio Sola. Esto lo digo porque en la coalición opositora que a Xóchitl Gálvez tiene por candidata no falta quien crea que Cortázar es el talento detrás del apretado e impugnado triunfo electoral de Calderón en el 2006. Lo que sí es cierto es que el aspirante a baterista del grupo Timbiriche, fue vocero, coordinador de comunicación social y compañero de copas de quien ocupó Los Vinos, perdón, Los Pinos.

Pero de vuelta a la visita madrileña de Xóchitl y a la cuestionada fotografía —por cierto, simbólicamente afuera de unos baños— con Calderón, la cual fue publicada por este en sus redes sociales, sin que nadie, concretamente su amigo Max, le explicara la inconveniencia de hacerlo porque dañaba la imagen de la candidata. Esta dijo que “no admira políticamente” al personaje con el que se retrató (afuera del retrete) el mismo que sacó al Ejército a la calle en su frustrada guerra contra el crimen organizado y que “no le da consejos”. Lo cierto es que el personaje llegó —¿invitado por quién?— a un evento para mexicanos residentes en España. “Nos saludamos —dijo Xóchitl— porque yo soy una mujer educada”.

En la visita de Gálvez Ruiz a Madrid no le fue lo bien que ella hubiera deseado: La reunión con el presidente del Partido Popular (PP) Alberto Núñez Feijóo, se convirtió en una simple llamada telefónica por la complicada agenda del jefe de la derecha española.

Xóchitl tenía programada una junta con los integrantes de la Fundación Internacional para la Libertad que preside el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, este no asistió. En su representación mandó a su hijo Álvaro, quien tampoco se presentó. La junta fue presidida por Gerardo Bongiovanni, subdirector de la institución.

La candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, tuvo un encuentro con empresarios, organizado por el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica, al que asistieron aproximadamente 40 personas, en su mayoría de perfil medio-bajo. A ella le pareció conveniente hablar de las pausadas relaciones México-España: “No podemos responsabilizar a los españoles de hoy de temas que pasaron en el pasado”. Habló de la inseguridad que vivimos en México: “no me los imagino llegando (con sus inversiones) a Fresnillo, Zacatecas, el municipio más violento de México”.

Yo considero que aunque estemos en intercampaña los esfuerzos e intenciones de candidatas y candidatos deben tener por objetivo el generar votos a favor. Pregunto: ¿Lo hecho y dicho por Xóchitl en España le producirá votos? Sinceramente, lo dudo.

Total, no vio lo que es canela fina, ni armó la tremolina cuando estuvo allá en Madrid. ¡Qué sí!

Punto final

Si estás enamorado de alguien que no te ama, entonces no estás enamorado. Estás pendejo.