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Salud LGTB+: Terapia hormonal en peligro bajo el mandato de Donald Trump
El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en 2025 ya impacta la salud trans: recortes en apoyos médicos y nuevas restricciones frenan miles de terapias hormonales, generando consecuencias físicas, emocionales y económicas

La suspensión de terapias de reemplazo hormonal en EU afecta la salud física y emocional de miles de personas trans en transición.
En Texas, Daniela, una mujer trans de 23 años, comenzó su transición en 2023 con ilusión. Gracias al apoyo de Medicaid, pudo acceder a estrógenos y antiandrógenos, esenciales para alinear su cuerpo con su identidad. Sin embargo, su tratamiento se interrumpió a principios de 2025, apenas semanas después de que Donald Trump asumiera su segundo mandato como presidente de Estados Unidos.
“El correo llegó y decía que mi cobertura médica había sido modificada. Fui a mi clínica y me dijeron que no podían seguir recetándome hormonas”, comenta Daniela.
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“Todo lo que había avanzado se empezó a desmoronar”. Su caso no es aislado. Desde enero, con el retorno de Trump a la Casa Blanca, se reinstauraron políticas que eliminan protecciones clave para la comunidad trans.
En concreto, se borró nuevamente el reconocimiento de identidad de género en las leyes sanitarias federales, lo que permite a proveedores y aseguradoras negar tratamientos sin consecuencias legales.
Retroceso institucional y consecuencias reales
“El impacto es devastador”, dijo el Dr. Javier Luna, endocrinólogo especializado en salud trans. “Cuando una mujer trans suspende de forma abrupta su terapia hormonal, puede experimentar una reversión física parcial, como pérdida de volumen mamario, incremento del vello facial y alteraciones emocionales severas”.
Además de los riesgos médicos, el abandono del tratamiento genera un profundo impacto psicológico.
“Muchas pacientes reportan depresión, ansiedad, disforia intensificada y pensamientos suicidas. Lo más grave es que esto se da por decisiones políticas, no médicas”, añade Luna.
Una nueva brecha económica
El problema se agrava con la dimensión financiera. Al eliminarse subsidios, el costo mensual de una terapia hormonal puede superar los 400 dólares (alrededor de 7,600 pesos mexicanos) en clínicas privadas. Para personas trans desempleadas o con trabajos precarios, es un gasto inasumible.
Daniela tuvo que suspender su tratamiento por completo. “Intenté conseguir mis hormonas por otras vías, pero es peligroso automedicarse. No sé qué va a pasar conmigo”.
La respuesta comunitaria: redes de contención
Ante el abandono del Estado, han resurgido redes de apoyo comunitario. Organizaciones como Trans United Fund, GLAAD y farmacias solidarias intentan suplir la demanda mediante crowdfundings, donaciones y atención médica gratuita o de bajo costo.
“Estamos viendo un colapso del sistema de salud trans en varios estados, sobre todo en el sur”, explicó Luis Salazar, coordinador de Equality Texas. “Lo que no puede cubrir el Estado lo está asumiendo la comunidad, pero no es sostenible”.
Demandas en curso y un escenario incierto
Organizaciones como ACLU y Lambda Legal ya han presentado nuevos litigios contra las reformas de Trump. Sin embargo, los procesos legales son lentos, y miles de personas ya se han visto obligadas a abandonar sus tratamientos.
“El problema es que el tiempo no espera”, explicó el Dr. Luna. “Cada mes sin tratamiento significa retrocesos físicos, estrés mental y una calidad de vida deteriorada”.
Daniela, por su parte, espera que las demandas prosperen. “Quiero que el gobierno entienda que no somos ideología ni agenda. Somos personas que merecemos vivir con dignidad y acceso a salud”.