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Good bye, USA!; los primeros 100 días de Trump
El giro geopolítico va tomando forma; la USAID desmantelada, cerrarán embajadas, ha convertido a la inmigración en un show del miedo y ha convertido a los aranceles en armas.

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En la película Good bye, Lenin! un joven intenta impedir que su madre se percate que el Muro de Berlín ha sido derribado.
La madre de Alex se encuentra en Alemania oriental y entra en estado de coma poco antes de la caída del Muro. Alex recrea la vida tal y como era en Berlín Este, pese a que el entorno ha dado un giro geopolitico radical.
La próxima semana, el 30 de abril, se cumplirán los primeros 100 días del Gobierno del presidente Donald Trump. En sus primeros 90 ha cambiado el rostro a su país, Estados Unidos.
En el hipotético escenario en el que una persona se haya quedado dormida durante los últimos 90 días, se encontrará con un rostro totalmente diferente de la presidencia estadounidense.
El rasgo más notable es el brazo del poder suave estadounidense. La Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) se encuentra en pleno proceso de desmantelamiento; las universidades sufren acoso desde el Despacho Oval; existen la intención de cerrar embajadas en África y reducir el tamaño de otras, incluyendo Canadá; existen declaraciones amenazantes sobre la conquista de territorios como Groenlandia o de espacios marítimos como es el Canal de Panamá; por supuesto, los aranceles.
“Lo que está pasando en Harvard, en Columbia y en otras universidades no tiene precedentes en la historia de Estados Unidos. Lo que busa el Gobierno es la subordinación, el sometimiento”, comenta Kendall Kennedy, profesor de Derecho y codirector del Consejo e Libertad Académica de Harvard.
El Gobierno de Trump intenta poner fin a manifestaciones donde se critique al Gobierno del primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu aludiendo antisemitismo.
De igual manera desea quedar bien con su base electoral anti woke pidiendo cancelar programas académicos que aborden derechos de las minorías.
Otro de los giros de 180 grados es la migración.
El gobierno ha convertido en espectáculo las detenciones y expulsiones principalmente de venezolanos hacia El Salvador.
Venezolanos estigmatizados
“Ser venezolano en Estados Unidos es un delito”, comenta el académico Ricardo Domínguez de la Universidad de Miami.
El caso de Kilmar Ábrego García, salvadoreño detenido arbitrariamente en Estados Unidos y expulsado a la cárcel salvadoreña por error, “ha sido explotado publicitariamente por el Gobierno de Trump para desincentivar la inmigración sin importar la violación a los derechos humanos”.
“El objetivo es dar miedo”, poco importa si la Corte Suprema ordena a Trump frenar las expulsiones. Este sería otro rasgo: a Trump no le gustan con los contrapesos.
Su palabra favorito: arancel.