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Macron vs. Le Pen: franceses votan este domingo en segunda vuelta de elecciones presidenciales
Los sondeos de opinión de los últimos días daban a Emmanuel Macron una ventaja sólida y levemente al alza, ya que, según los analistas, Marine Le Pen —pese a sus esfuerzos por suavizar su imagen y algunas políticas de su partido, Agrupación Nacional— sigue siendo una candidata desagradable para muchos.

Foto: Reuters.
Los franceses votaban el domingo en unas elecciones que decidirán si su presidente, el centrista y proeuropeo Emmanuel Macron, mantiene su puesto o es desbancado por la euroescéptica de extrema derecha Marine Le Pen, en lo que supondría un terremoto político.
Los sondeos de opinión de los últimos días daban a Macron una ventaja sólida y levemente al alza, ya que, según los analistas, Le Pen —pese a sus esfuerzos por suavizar su imagen y algunas políticas de su partido, Agrupación Nacional— sigue siendo una candidata desagradable para muchos.
No obstante, no es descartable una victoria sorpresa de Le Pen. Las encuestas muestran que ninguno de los dos candidatos cuenta con suficientes partidarios de base para ganar, por lo que dependerá en gran medida de aquellos que todavía sopesan la ansiedad ante las implicaciones de una presidencia de extrema derecha frente a la ira por el historial de Macron desde su elección en 2017.
Una victoria de Le Pen supondría una convulsión política para las democracias occidentales a la altura del Brexit o de la elección de Donald Trump en Estados Unidos en 2016, y supondría una nueva amenaza para el futuro de la Unión Europea.
Las urnas abrieron a las 8 de la mañana locales (06:00 GMT) y cerrarán a las 20 horas (18:00 GMT). A las 15:00 GMT, la participación era del 63.23%, según cifras del Ministerio del Interior, por debajo del 65.30% registrado a la misma hora en los comicios de 2017.
Hugo Winter, un vendedor de 26 años en París, dijo que estaría entre los que no se molestarían en emitir un voto.
"No veo el sentido de elegir entre dos cosas que no se corresponden con mis ideas", dijo Winter mientras iba de compras por la mañana. "Vivimos en un mundo paralelo. Los políticos no representan al pueblo".
En Douai, una ciudad mediana del norte de Francia en la que Le Pen ganó a Macron en la primera vuelta de las elecciones de hace dos semanas, la jubilada Andrée Loeuillet, de 69 años, dijo que votó por el mandatario, al igual que el 10 de abril.
"Tiene sus defectos, pero también tiene cualidades. Es el más indicado para continuar, estamos viviendo tiempos difíciles", afirmó.
Macron, de 44 años, que ganó a Le Pen en las últimas elecciones presidenciales de hace cinco años, ha advertido de una "guerra civil" si Le Pen —cuyas políticas incluyen la prohibición de llevar pañuelos musulmanes en público— es elegida y ha pedido a los demócratas de todo tipo que le apoyen.
Le Pen, de 53 años, ha centrado su campaña en el aumento del costo de la vida en la séptima economía del mundo, que según muchos franceses ha empeorado con la subida de los precios mundiales de la energía. También se ha centrado en el estilo de liderazgo abrasivo de Macron, que según ella muestra un desprecio elitista por la gente común.
"La cuestión del domingo es simple: Macron o Francia", dijo el jueves en un mitin en la ciudad norteña de Arras.
La incógnita abstencionista
Los colegios electorales cerrarán a las 20:00 (18:00 GMT), tras lo que se conocerán los resultados. Le Pen podría convertirse en la primera mujer presidenta o Macron en el primero en ser reelegido desde el conservador Jacques Chirac (1995-2007).
En caso de alcanzar el Elíseo, la candidata de RN tiene previsto recorrer lugares simbólicos de la capital como el Arco del Triunfo o la plaza de la Concordia. Macron por su parte tiene previsto dirigirse a sus seguidores en el Campo de Marte, a los pies de la torre Eiffel.
La abstención se anuncia como una de las principales incógnitas del balotaje, máxime cuando el desencanto por deber votar de nuevo entre Macron y Le Pen cunde entre parte del electorado, especialmente jóvenes y los votantes del izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
Según las primeras estimaciones de los institutos de sondeos, la abstención se situará en torno al 28%, 2.5 puntos más que en 2017 y casi dos puntos superior a la primera vuelta.
"Es complicado, estamos votando un poco a reculones para la segunda vuelta, hay que decir lo que es. Por desgracia, en la primera ronda no salió exactamente lo que quería", dijo a la AFP Robin Darchicourt, en el archipiélago francés de Guadalupe.
El 10 de abril, Mélenchon se impuso en este territorio francés del Caribe y quedó en tercer lugar en toda Francia con casi un 22% de votos. Los dos finalistas lanzaron guiños a sus electores durante toda la campaña para tratar de movilizarlos y atraerlos.
Le Pen apostó por aparecer como la defensora del poder adquisitivo, ante un rival que, a su juicio, desprecia las clases populares. Macron se esforzó en desmontar el programa de su rival y advertir del peligro de la llegada de la extrema derecha al poder.
"Podríamos alcanzar el récord de menor número de votos en una presidencial", dijo el sábado al diario Libération el politólogo Bruno Cautrès, para quien la abstención final de los votantes de izquierdas "no invertiría la tendencia" favorable a Macron.
"Sea cuál sea el vencedor, el país será más difícil de gobernar los próximos cinco años", indicó a la AFP la politóloga Chloé Morin. Una de las claves estará en las elecciones legislativas que se celebrarán el 12 y el 19 de junio.
Según un sondeo el viernes de BVA, un 66% quiere que Macron pierda su mayoría parlamentaria. La última "cohabitación" remonta al período de 1997 a 2002, cuando Chirac, nombró primer ministro al socialista Lionel Jospin.
Antipatía por Macron
Entre los primeros votantes en el pueblo de Souille, cerca de la ciudad noroccidental de Le Mans, el funcionario Pascal Pauloin, de 56 años, dijo que había votado a Le Pen por desencanto con Macron.
"Francamente, estoy muy decepcionado. Nuestra Francia no funciona bien desde hace años. Macron no ha hecho nada por las clases medias y la brecha con los ricos es cada vez más grande", señaló.
Le Pen, que también ha sido criticada por Macron por su pasada admiración por el presidente ruso Vladimir Putin, rechaza las acusaciones de racismo. Dijo que sus planes de dar prioridad a los ciudadanos franceses para la vivienda social y el empleo y eliminar una serie de beneficios sociales para los extranjeros beneficiaría a todos los franceses, independientemente de su religión u origen.
Si Macron se impone, se enfrentará a un segundo mandato difícil, sin el periodo de gracia del que disfrutó tras su primera victoria, y es probable que se produzcan protestas por su plan de continuar con las reformas proempresa, incluido el aumento de la edad de jubilación de 62 a 65 años.
Si Le Pen desbanca a Macron, tratará de introducir cambios radicales en la política nacional e internacional de Francia. Las protestas callejeras podrían comenzar de inmediato, y las ondas de choque se sentirían en toda Europa y más allá.
Sea quien sea el vencedor, el primer gran reto será ganar las elecciones parlamentarias de junio para asegurarse una mayoría viable para aplicar sus programas.