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La derecha que acecha a Emmanuel Macron en Francia
Durante la campaña presidencial, Marine Le Pen repitió hasta el cansancio que el islam “radical” es un “peligro mortal”, y describió a la “globalización islamista” como una “ideología que quiere poner de rodillas a Francia”.

Foto: The Washington Post
PARÍS.— Con su abultada chamarra roja y su pelo plateado, Laurent Wauquiez tiene el aire de una figura de autoridad a pesar de contar sólo con 42 años y, sobre todo, ser vástago del establishment francés. Sin embargo, algunos dicen que su cabello gris está teñido y su acento provincial es entrenado.
Es cierto que, para los jubilados, el pelo gris genera empatía entre el electorado conservador francés. Sobre su acento provinciano, quizá va dirigido al grueso de la población que se encuentra alejada de las élites; en pocas palabras, la misión sería limpiar el acento de Macron.
Desde que Wauquiez tomó el mando del principal partido conservador francés, Los Republicanos, en diciembre pasado, ha intentado hacer una jugada política de extrema complejidad: desmarcarse del ultraderechista Frente Nacional pero no de sus bases ideológicas. Al menos no necesariamente de todas.
“Ahora no hay diferencia entre el partido Republicano y el Frente Nacional”, dijo Yasser Louati, un importante defensor de los musulmanes franceses y las libertades civiles. “Básicamente, el llamado centro-derecha es ahora el extremo derecho. La política de identidad es tan importante en una como en la otra”.
Independientemente de las motivaciones políticas de Wauquiez, los programas antiinmigrante y antimusulmán, que casi catapultaron a Marine Le Pen del Frente Nacional a la Presidencia el año pasado, han encontrado a un nuevo promotor: el líder republicano. Él ha llevado al centro del partido ideas que quizá se consideraban marginales.
Durante la campaña presidencial, Marine Le Pen repitió hasta el cansancio que el islam “radical” es un “peligro mortal”, y describió a la “globalización islamista” como una “ideología que quiere poner de rodillas a Francia”. Al parecer, Wauquiez sigue esa misma línea de pensamiento.
El Trump francés
Recientemente, Wauquiez ha expresado su admiración por el presidente estadounidense, Donald Trump. Wauquiez considera como sensata una de las propuestas del estadounidense: abrir centros especiales para sospechosos de terrorismo.
Wauquiez también tiene similitudes con Trump en cuestiones económicas. Con un lenguaje que evoca los ataques regulares de Le Pen contra Macron, Wauquiez ha llamado al exbanquero de inversión Emmanuel Macron como el “presidente de los chicos dorados de la globalización”.
Lo sorprendente, en un desvío de la línea proempresarial tradicional de su partido, defiende una forma de proteccionismo diseñado para “los sin voz y las clases medias”.
La semana pasada, Wauquiez fue entrevistado en un popular programa de televisión francés; le preguntaron si sus palabras e ideas realmente lo sitúan en la extrema derecha. Wauquiez se burló e insistió en que no cederá ningún terreno al Frente Nacional: “¿Esperas que, sólo para complacerte, trate de encabezar un movimiento político de derecha y que no hable sobre inmigración?”.
El acercamiento estratégico de Wauquiez hacia la política de identidad es muy similar al realizado por políticos conservadores de Europa, que han apuntado sus esfuerzos hacia sus respectivos retadores populistas. El canciller austriaco, Sebastian Kurz, el primer ministro holandés, Mark Rutte, y la primera ministra británica, Theresa May, se han acercado a los ultraderechistas con el objetivo de apuntalar su poder.
Contra la fórmula “ni de izquierda ni de derecha”
Lo que es incomparable en Europa es el fenómeno Macron, un personaje cuyo lema electoral desde el punto de vista ideológico fue: “No soy ni de izquierda ni de derecha”.
Su estrategia le sirvió para marginar el viejo mapa ideológico francés de la izquierda y la derecha; Macron ocupó con solidez el centro, al menos publicitariamente hablando.
Lo que posiblemente esté buscando Wauquiez es convertir a Los Republicanos en una opción clara en contra de la ambigua posición de Macron, quien tarde o temprano se desgastará.
El surgimiento de un movimiento similar al Frente Nacional en estos momentos es una suma de oportunismo con un análisis del entorno que vive Francia.
Al llegar a las elecciones presidenciales del 2017, se esperaba que los republicanos ganaran fácilmente. Pero cuando un escándalo de corrupción arruinó la candidatura del ex primer ministro François Fillon, surgió un vacío en la cima de la candidatura. En medio del caos, muchos miembros del partido abandonaron el barco y respaldaron a Macron. Al mismo tiempo, muchos de los votantes que habían apoyado a Fillon al principio decidieron votar por Le Pen en la segunda y última ronda.
Después de las elecciones, se hizo evidente que la gran coalición de facto que había logrado formar Macron alrededor de su persona logró atraer los votos de Los Republicanos.
Uno de los aspectos que hay que destacar es que la administración de Macron está implementando un programa económico conservador. El actual primer ministro, el ministro de finanzas y el ministro de presupuesto estuvieron en el partido de Sarkozy, y Macron ha cumplido dos de las promesas del partido Los Republicanos: reformar el famoso mercado laboral y abolir su impuesto al patrimonio.
Al mismo tiempo, muchas de las políticas sociales de Macron se asemejan a las propuestas de Alain Juppé, un conservador centrista y ex primer ministro que no logró ganar la nominación republicana en el 2016.
A juicio de algunos expertos, las opciones que tuvo Wauquiez para posicionarse como líder de Los Republicanos eran limitadas. Wauquiez no tuvo otra opción que “crear un espacio a la derecha, el único espacio disponible”, dijo Dominique Reynié, un politólogo que fracasó en su intento de ser candidato republicano en las elecciones del 2015.
“La única posición posible que tuvo para parar el ascenso del Frente Nacional y para convertirse en la oposición a Macron era moverse hacia la derecha”, comentó Reynié.
Ya se han obtenido algunos resultados de la estrategia llevada a cabo por Wauquiez; la semana pasada, dos republicanos derrotaron a los candidatos del partido République En Marche (República en Marcha) de Macron.
Sin embargo, es temprano para proyectar un hipotético éxito del líder de Los Republicanos. Hay millonarios que han aplaudido a Macron su decisión de bajar impuestos y que no tienen ningún problema con el islam.
Dominique Moïsi, un experto en política exterior de Francia y exasesor de Juppé durante las primarias conservadoras, dijo que Wauquiez pudo haber calculado mal al optar por acciones de derecha.
“No luchas contra el populismo usando el argumento de los populistas”, comenta.