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Ira contra Murdoch repercute en medios
Escándalo representa vehívulo para represalias de los políticos en contra de los medios de comunicación.
EL ESCÁNDALO de espionaje telefónico que ha replegado a Rupert Murdoch y a su imperio, además de atraer la atención de las masas en ambos lados del Atlántico, está sacando a flote el trasfondo de una cultura altamente inflamable entre los miembros de la política británica y los medios de comunicación del país.
La ira en contra de Murdoch y el ahora extinto News of the World, cuyos tentáculos alcanzaron tanto al mundo de la política como a la ley, refleja más que la indignación pública sobre las revelaciones del espionaje telefónico a celebridades, políticos y en última instancia, a una joven quien había sido asesinada.
La reacción también refleja el enojo de los políticos quienes siempre han sido intimidados por las tácticas de los agresivos tabloides y han sentido la necesidad de ganarse el favor de los grandes barones del medio, especialmente Murdoch, para ganar el apoyo de esos periódicos y resguardarse en contra de su prensa intrusiva.
Murdoch no es el único dueño de un periódico británico cuyos empleados han incurrido en métodos deleznables en la búsqueda de notas sensacionalistas y su influencia sobre la política británica, aunque lo que hizo News of the World, sorprendió hasta a los cínicos.
A pesar de que el más grande y poderoso de esos barones del medio, con una reputación construida durante tres décadas, está siendo castigado por sus pecados y los de su industria. Éste escándalo se ha convertido en el vehículo perfecto para represalias potencialmente más amplias en la muy dañada relación entre política y los medios impresos.
Es muy difícil predecir a dónde llevarán las investigaciones criminales y políticas, pero lo más seguro es que menguarán notablemente el poder de Murdoch, lo que a su vez podría resultar en un cambio en la postura de los políticos de la isla hacia los medios de comunicación en general.
