El punto oscuro de Rex Tillerson

Wayne Tracker no puede ser obligado a declarar. No existe.

Pero el hombre que se hacía llamar Tracker , el secretario de estado Rex Tillerson, sí puede ser interrogado y cada vez parece más factible que lo sea a medida que el procurador general de Nueva York, Eric Schneiderman, amplía su investigación de la antigua firma de Tillerson, Exxon, bajo sospecha de que engañó a sus inversionistas en relación con el impacto del cambio climático.

Schneiderman comenzó una investigación hace unos 18 meses que obligó a Exxon a entregar 3 millones de documentos internos. No está claro si forzará a Tillerson a declarar bajo juramento, pero la procuraduría ha dicho que tiene autoridad legal para hacerlo. Tillerson fue director ejecutivo de Exxon antes de trabajar para Trump.

Después de verse obligada a entregar comunicaciones internas sobre el cambio climático, Exxon reconoció este año que Tillerson usaba un alias en las comunicaciones electrónicas. La compañía dijo que lo hacía para evitar que el CEO fuese bombardeado con mensajes de activistas defensores del medio ambiente.

La mayoría de las cartas de Tracker fueron eliminadas, según Exxon, siguiendo una política de la empresa de eliminar los mensajes después de determinado tiempo. La firma admitió que eliminó muchos mensajes de Tillerson incluso después de que el equipo de Schneiderman dijera que había que preservarlos.

Exxon dice que muchos de esos mensajes pueden ser recuperados de las cuentas de los destinatarios.

Procuradores generales republicanos de 12 estados apoyan esa postura y han tratado de bloquear la investigación de Schneiderman.

Los problemas para el círculo de Donald Trump no terminan.

La imagen de Tillerson se había mantenido lejos de escándalos.