Para poder pagar la educación superior de los hijos

En nuestra columna anterior reflexionamos acerca de que uno de los objetivos de muchos padres es ofrecer a sus hijos mejores oportunidades, particularmente ante un mundo tan competido como el que vivimos.

Por eso, ante los altísimos costos de la educación superior, que año con año crecen por arriba de la inflación, es importante prepararnos con mucha anticipación, de preferencia desde que ellos nacen, para poder ofrecerles la oportunidad de estudiar en la mejor institución posible.

Una forma de lograrlo es mediante el ahorro en un fondo propio, situación que requiere de mucha disciplina y de cierto conocimiento de inversión para que funcione.

Si esto se tiene, entonces la construcción de un fondo de ahorro propio para este fin suele ser una excelente opción para reunir los recursos necesarios.

De lo contrario, existen en el mercado muchas otras alternativas para lograr este objetivo, las cuales mencionaremos a continuación:

a) Planes de ahorro privados, dedicados …específicamente para este fin.

En el mercado mexicano existen algunas instituciones que ofrecen a sus clientes planes de ahorro muy accesibles, diseñados específicamente para la educación superior de nuestros hijos.

Algunos de estos programas funcionan como becas bajo un fideicomiso, en las cuales uno ahorra únicamente por cinco años y la magia del interés compuesto hace el resto.

Existen además empresas que ofrecen programas en los cuales el cliente tiene acceso a distintas familias de sociedades de inversión, para que sea él mismo quien elija en cuáles invertir.

Estos planes tienen la gran ventaja de que incluyen toda la asesoría que necesitamos y la flexibilidad de poder elegir el que mejor se adapte a nuestros requerimientos y nivel de ingresos.

Sin embargo, cobran cargos por administrar nuestro dinero, lo que impacta de manera directa en los rendimientos de dicha inversión, además de que suelen contener penalizaciones muy severas en caso de que se requiera algún retiro anticipado, ya sea parcial o total.

Sin embargo, ninguno de ellos nos puede garantizar que cumpliremos con nuestro objetivo de inversión, lo cual sí puede hacer la alternativa que exploraremos a continuación.

b) Seguros educativos.

Estos seguros, que han sido muy promovidos en últimas fechas, no son más que seguros dotales que han sido adaptados para responder a la necesidad de garantizar a nuestros hijos acceso a una buena educación superior.

Los seguros educativos suelen tener dos partes:

Parte de ahorro (seguro dotal) va formando nuestro fondo de tal forma que en cuanto nuestro hijo cumpla la mayoría de edad, se nos entregue la suma asegurada contratada.

Seguro de vida temporal, el cual si nosotros fallecemos, garantiza que cuando nuestro hijo cumpla la mayoría de edad, se le entregará la suma asegurada contratada para que pueda hacer frente a sus estudios.

Algunos de estos seguros tienen la característica de contar con un fideicomiso de administración de sumas aseguradas, con el fin de garantizar que éstas sean destinadas únicamente al pago de servicios educativos para nuestros hijos y no para otros fines que no fueron pensados.

La gran ventaja de estos seguros es que nos garantizan la entrega de la suma asegurada contratada.

Una recomendación: contrátelo en Unidades de Inversión (Udis) y no en pesos o dólares. La razón: las Udis se revalúan diariamente de acuerdo con la inflación, a diferencia de los pesos o dólares cuyo valor permanece constante (recuérdese que en Estados Unidos también hay inflación y que 40,000 dólares ya no pagan una carrera universitaria, como antes sí sucedía).

c) Planes que ofrecen algunas …universidades.

Existen algunas universidades que permiten a los padres pagar las colegiaturas futuras (por adelantado) a valor presente.

Normalmente no llevan un descuento: son simplemente planes de pague hoy y estudie mañana .

Pocos padres de familia pueden pagar hoy, además de la colegiatura de la escuela donde nuestros hijos estudian actualmente, la colegiatura de una universidad para el futuro.

Adicionalmente, al hacerlo se corre el riesgo de que, llegado el momento, nuestros hijos no quieran estudiar en esa institución.

Debemos revisar qué pasaría en estos casos (usualmente la universidad puede devolver las cuotas pagadas, a valor presente, pero es importante revisarlo en el contrato).

Antes de finalizar esta colaboración, quiero enfatizar que es nuestra responsabilidad como padres prepararnos de la mejor manera posible para que, cuando llegue el momento, podamos ofrecer a nuestros hijos la posibilidad de que estudien en la mejor institución según la carrera que ellos elijan, y en su caso, grados superiores.

Éste es un mundo demasiado competitivo y lo mejor que podremos hacer por nuestros hijos es brindarles las herramientas que les permitan encararlo con cierta ventaja.

Te invito a que me envíes tus preguntas, dudas y comentarios a través de mi página en Internet: www.planeatusfinanzas.com

jlanzagorta@eleconomista.com.mx