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Finanzas Personales

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Cómo elegimos entre ?alternativas financieras

No siempre contamos con información completa, tampoco se tienen criterios únicos de comparación o hay diferencias importantes.

La libertad es el derecho a elegir y el derecho a crear para nosotros mismos las alternativas para elegir.

Archibald MacLeish, poeta estadounidense ganador del Premio Pulitzer

Idealmente, cuando elegimos entre alternativas para tomar una decisión, deberíamos ser capaces de analizar las características principales, compararlas y, con base en criterios medibles, optar por aquella que nos represente un mayor beneficio.

Esta idea es parte del principio de la llamada Teoría de Utilidad, que en economía explica nuestras decisiones como consumidores.

Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones las decisiones rara vez son simples. No siempre contamos con información completa de las alternativas, no se tienen criterios únicos de comparación o las alternativas presentan diferencias importantes, teniendo en ocasiones características y atributos adicionales que están presentes en algunas y no en otras de las opciones.

En la mayoría de los estudios relacionados con las decisiones que tomamos, se parte de considerar que en los casos de decisiones sobre alternativas con muchas características y atributos, al decidir somos capaces de mezclar todas ellas para crear una evaluación única de cada opción, para luego compararlas y optar por una.

Hablando de productos financieros, por ejemplo, ello implicaría que ante opciones de vehículos de inversión con rendimientos, riesgo, condiciones de servicio o atributos adicionales diferentes, seríamos capaces de meter todas esas características en una sola comparación y tomar la decisión con base en una sola ponderación que nos represente el máximo beneficio.

Sin embargo, de acuerdo con estudios realizados por investigadores del Centro para la Neuroimagen de la University College London y del Centro MRI Funcional de Oxford, la forma como habitualmente decidimos es diferente.

De acuerdo con el estudio, para decidir entre las opciones que tienen algunas características comparables y algunas diferentes, establecemos un primer criterio base de comparación una ?característica o atributo que consideramos relevante y a partir de éste comparamos, incorporando todas las opciones adicionales como procesos secundarios de la decisión.

Siguiendo con el ejemplo de decisión de una inversión, es probable que tengamos criterios de comparación múltiples: algunos centrales, como el rendimiento del pasado reciente o el riesgo; otras secundarias, como la entrega de premios en especie a la apertura de la cuenta, sorteos mensuales; y algunas incluso más subjetivas, como el nivel de confianza percibido que tenemos de cada institución financiera.

El modelo tradicional supone que mezclamos todas las características de cada alternativa en una sola valoración que nos lleve a decidir. El modelo que el estudio plantea es que en realidad tomaremos una característica (que consideraremos principal) como el rendimiento, y a partir de esa ponderaremos las alternativas, agregando en el margen las características adicionales para matizar la decisión final.

Si, como en el ejemplo, la característica central para decidir fuera efectivamente el rendimiento esperado, ello significaría una ventaja; pero tratándose de decisiones financieras más complejas, podríamos correr el riesgo de usar como eje principal de comparación una característica que no es relevante (como que nos den un regalo para abrir la cuenta) y estaríamos tomando una decisión financiera inadecuada.

Adicionalmente, en decisiones complejas puede existir más de un criterio principal; en una decisión de inversión hay que considerar el rendimiento pero también el riesgo asociado, por lo que privilegiar un solo criterio puede implicar también una decisión incorrecta. De ahí la importancia de que al tomar decisiones financieras entre alternativas de productos, partamos siempre de entender el objetivo central para el cual requerimos ese producto financiero. Si lo tenemos claro podemos centrar nuestra decisión en los atributos asociados con el cumplimiento del objetivo y dejar de lado otras características no relevantes para nuestra decisión.

El autor es politólogo, mercadólogo, especialista en economía conductual, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM y Director General de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo. Síguelo en Twitter @martinezsolares

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