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Persiste resistencia de sindicatos a cambios que trajo la reforma laboral
Muchas de las representaciones sindicales que fueron legitimadas entre el 2020 y el 2022 siguen sin hacer su revisión contractual -que es cada dos años-, alertan desde el CFCRL, la autoridad en materia de registro laboral; además, especialistas destacan que aún hay muchas organizaciones que funcionan en la opacidad de sus prácticas y de su control empresarial.

Después de un proceso de legitimación que duró cuatro años, en México hay 30,537 Contratos Colectivos ya registrados, ya legitimados, ya conocidos y aprobados por los trabajadores.
En el sector laboral se escucha decir que la Reforma Laboral de 2019 “ha sido excepcional”. Y es que se trata del mayor esfuerzo para transformar el sistema de justicia, las reglas de libertad y democracia, una recuperación de la participación de los trabajadores en la contratación colectiva, tanto en la firma -a través de las Constancias de Representatividad-, como en la negociación colectiva a través de la consulta a los trabajadores y trabajadoras, tanto para lograr el primer contrato colectivo como para acceder a la revisión o ratificar la revisión contractual de cada dos años.
Pero toda esta transformación, en la que influyó la lucha de los trabajadores, el condicionamiento internacional a través del T-MEC, el esfuerzo del propio gobierno federal, además del equipo que construyó la reforma y que involucró a legisladores, activistas, académicos, redes como el Observatorio de la Reforma Laboral, no se ve reflejada en el movimiento sindical.
“Esa es la verdad. La Reforma Laboral y el Sindicalismo han caminado por vías diferentes -sin querer generalizar, porque en materia sindical nunca se puede hablar en términos absolutos-, pero podríamos decir que el movimiento sindical se sigue resistiendo a los cambios”, afirma Arturo Alcalde Justiniani, especialista laboral.
A cinco años de la Reforma podemos advertir que en México la tasa de sindicalización no ha crecido, los liderazgos que se mantienen son los mismos, no ha habido realmente alternancia.
“Se puede ir identificando que los liderazgos siguen teniendo 20, 30, 40 años en sus cargos y prefieren seguir manteniéndose algunas veces con el apoyo de los propios trabajadores, porque no se generan condiciones para que haya la alternancia”, añade Alcalde.
Para quienes se han dado a la tarea de seguir el pulso de la reforma laboral ven que el problema no es simplemente si los trabajadores votan o no por los líderes; sino que no hay un proceso de transformación que se refleje también en el fortalecimiento de la contratación colectiva.
“En primer lugar, hay una apatía fuerte entre las personas trabajadoras. Por dos razones: Primero, porque nunca has visto ejemplos en tu vida con tus padres o las personas que conoces donde un sindicato realmente le servía al trabajador. Y la segunda razón, pues tienes mucho miedo de las represalias del patrón”, consideró Joyce Sadka, experta del ITAM.
Para el director del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL), Alfredo Domínguez Marrufo, hay algo fundamental que vino a transformar las negociaciones, atrás se dejó al representante legal del sindicato y al apoderado de la empresa que tenían toda la facultad de firmar los contratos, que además eran desconocidos por los trabajadores, para dar pie a la aprobación por la mayoría de los trabajadores mediante voto personal, libre, secreto y directo.
Después de un proceso de legitimación que duró cuatro años, en México hay 30,537 Contratos Colectivos ya registrados, ya legitimados, ya conocidos y aprobados por los trabajadores.
Cabe destacar que los sindicatos pueden negociar salarios cada año y tienen la posibilidad de hacer revisiones integrales al contrato colectivo cada dos años. Pero si un Contrato Colectivo no se revisa durante cuatro años, otro sindicato puede pedir la Constancia de Representatividad, toda vez que el sindicato omiso pierde su derecho a revisar el Contrato.
Datos del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL) dan cuenta de la baja actividad que se reporta respecto a las revisiones contractuales, esas en las que se requieren la confirmación de los trabajadores emitiendo su voto en una consulta. En 2021 se registraron 246 revisiones contractuales; para 2022 fueron 2,379 revisiones; en 2023 la cifra fue de 3,998 y en 2024 (hasta el 10 de marzo) se contaba con un registro de 7,084 Convenios de Revisión Contractual.
Como ejemplo de los sindicatos que ya hicieron una revisión de sus contratos colectivos están IMSS, Pemex, CFE, STUNAM y APAUNAM, sin embargo, el Centro Federal no tiene datos sobre los que aún no se han revisado porque un sindicato puede tener varios contratos colectivos.
Respecto a las revisiones salariales, el mismo Centro Federal informó que se registraron en 2023 alrededor de 5,683 convenios ante la autoridad; mientras que un año antes fueron 6,394; y en 2021 apenas sumaron 1,154.
Si bien se ha venido incrementando el número de convenios, lo cierto es que datos tomados de la plataforma de Indicadores y Estadística de la Reforma Laboral (INDERLAB) revelan que en el país hay 5.1 millones de trabajadores sindicalizados y existen (10 de marzo de 2024) 19,000 contratos depositados en el Centro Federal respecto a las Constancias de Representatividad que fueron emitidas; y no se refleja una mayor actividad.
Aunado a ello, hay también una resistencia al tema de la transparencia. Una gran pregunta es ¿cuántas organizaciones sindicales están rindiendo cuentas de los dineros que manejan?; aún son “muy pocas”; no obstante, se van incrementando desde la entrada en vigor de la reforma laboral cuando en 2021 rindieron cuentas 43 organizaciones sindicales; ya en 2024 ya fueron 492, de las cuales ya fueron aprobadas 206. Vale la pena resaltar que “ésta es una obligación legal, no sólo de darla a los trabajadores, sino de informarla al Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral”, asegura Alcalde Justiniani.
Nuevos contratos de protección
La mayoría de las organizaciones sindicales no están apareciendo en las plataformas que se crearon ex profeso para conocer al sindicalismo auténtico, “están en una especie de submundo. Yo diría casi un nuevo tipo de contratos de protección, aunque hayan pasado por la legitimación. La legitimación era un primer paso, es un boleto de entrada, pero no es suficiente”, afirma Alcalde Justiniani.
Y quizás una de las cosas más preocupantes, destaca, es que si uno analiza el número de organizaciones sindicales que acuden ante los Tribunales a plantear sus emplazamientos de huelga, es mínimo.
Aún hay muchas organizaciones que funcionan en la opacidad de sus prácticas y de su control empresarial, sobre todo en grupos de empresas, que les impiden que los trabajadores, incluso, logren comunicación con el exterior.
Joyce Sadka coincidió con este punto de vista al destacar que existen vicios que se están arrastrando a pesar de la reforma laboral. Añadió que los patrones intervienen para conseguir ese 30% de apoyo necesario de manera artificial y que ahora se están detectando constancias de representatividad que parecen ser “fantasmas”.
“Todos los sindicatos de protección, todos los abogados patronales que ofrecían esto como un servicio a los patrones. O sea, toda esa mafia. Pues ¿qué están haciendo? Sacan constancias, como no hay sindicatos presentes en todas partes, no hay nadie que se adhiera a esa solicitud.
¿Cómo sucede? Yo solicito una constancia. Se hace una convocatoria para que si algún otro sindicato quiere adherirse a la constancia, ya se tiene que hacer una consulta, una votación de las personas trabajadoras. Pero si nadie se adhiere, solo con la firma del 30% de los trabajadores, se le entrega la constancia. Y la constancia le da un derecho exclusivo de negociar con el patrón por seis meses. ¿Qué hace con ese derecho exclusivo de negociar con el patrón por seis meses? Nada. Lo tira a la basura porque no quieren un contrato colectivo”, explicó la especialista.
Añadió que los patrones intervienen para conseguir ese 30% de apoyo necesario de manera artificial.
“¿Y cómo consiguen el 30% de los trabajadores y sus firmas y sus CURPS? Esos los consigue el patrón. El patrón tiene el 30% de los trabajadores cooptados, que son sus directivos, su gente. Y, entonces, le dice, “a ver, mira, yo a ti te voy a tratar bien y te voy a dar quién sabe qué bono, a ver, fírmame aquí”. Y entonces, ya consiguió eso. Entonces prefiere darle algo chiquito a estos para que lo respalden para la constancia, no tener contrato colectivo, no involucrar a todos los trabajadores, y pagarles menos a todos. Ese es el juego. Ese es otro modus operandi”, consideró.Agregó que ahora se están detectando constancias de representatividad que parecen ser “fantasmas”. Es decir, se utilizan para bloquear que puedan entrar otro sindicato a la empresa.
“Los patrones están contratando a estos sindicatos que están sacando las constancias para luego no firmar ningún contrato”, expuso.
Si bien la Reforma Laboral dio entrada a nuevas y emergentes organizaciones sindicales, surgidas algunas por hartazgo de los trabajadores y otras por impulso de recursos económicos solidarios que se dan por parte de gobiernos de otros países; también son consideradas como esfuerzos aislados que tendrían que transitar a un escenario de unidad, no de aislamiento, no de simple descalificación de las centrales, los charros y los democráticos. En un siguiente paso, a cinco años de la reforma, la agenda sindical que vislumbran los especialistas debería enfocarse hacia la formación sindical más unitario.
“Porque cuando hablamos de centrales sindicales, no todas son iguales. Ni siquiera dentro de la CTM es lo mismo. Hay una CTM más atrasada y hay una CTM con cierto nivel de participación de los trabajadores. Y lo mismo sucede con la CROC o con la CROM. Entonces, creo que el movimiento sindical necesita una transformación integral. No es un tema fácil, porque es tarea de los propios trabajadores, no de los gobiernos”.
Reconfiguración de los contratos colectivos
Un paso importante fue conocer el universo de contratos colectivos que existen en el país; pero, ¿Cuál es la nueva reconfiguración?, esa es una gran pregunta de la que ni la misma autoridad tiene respuesta, cuando lo que se esperaba era un boom.
Domínguez Marrufo explica que muchos líderes sindicales dijeron, “tener a los trabajadores, como era antes, atomizados, ahora han optado por concentrarlos en un mismo contrato colectivo; es decir, esos contratos en donde había 50 o 100 trabajadores se reagrupan y se afiliaron, es decir, a otro sindicato o al mismo sindicato, pero ya con un Contrato Colectivo mucho más grande”.
Al menos, eso ocurrió con las tiendas de conveniencia, que al final del día son grandes consorcios, son redes de tiendas de conveniencia, de centros de trabajo que tenían contratos en particular.
“Entonces, en la idea también de las empresas de negociar, sobre todo en condiciones de equidad y de estandarizar prestaciones y salarios en una región”, explica.
Compactar los contratos puede significar mayor poder de negociación, porque se genera, al ser más grande un sindicato, con más amplitud, con más afiliados, mayores posibilidades de pedir mejores prestaciones y salarios.
Sin embargo, en donde ha surgido la duda es por qué muchos sindicatos, después de haber sido legitimados, todavía no han hecho su revisión contractual, sobre todo porque ya transcurrieron dos años después de la legitimación.
La explicación que da el director general del CFCRL es que el primero de mayo de 2023 la mayoría de las organizaciones sindicales realizaron su trámite de legitimación, por tanto, aún no es tiempo. Sin embargo, reconoce que “muchos de los que revisaron, por ejemplo, en 2020, 2021 y 2022, ahorita todavía no están, como quisiéramos, haciendo su revisión contractual, que es cada dos años. Los estamos exhortando a realizarla, y estamos haciendo una revisión de cuáles sindicatos que hicieron su legitimación o hicieron su convenio de revisión contractual hace dos años deben dar cumplimiento”.
Además, existe otra preocupación sobre el destino de 60% de las Constancias de Representatividad que solicitan ante esta autoridad las organizaciones sindicales, pues no todas son utilizadas para firmar un contrato colectivo de trabajo.
“Hay una zona oscura, gris que no sabemos si ya no se usó porque el sindicato no obtuvo el respaldo del 30% de los trabajadores o porque se utiliza como acuerdo entre sindicato y empresa, y eso, evidentemente, puede estar funcionando en contra de la implementación del nuevo modelo de justicia laboral”, detalla.
Otra de las razones que se advierten sobre por qué no están acudiendo al Centro Federal, es porque tienen temor de que al someter a votación la negociación que ya acordaron con la parte patronal se vaya a venir abajo.
“Entenderíamos que hay algunos que están revisándolo, pero no vienen con nosotros porque todavía no han podido hacer la consulta o no creen tener las condiciones para que se revise. Sin embargo, ya los empleadores están otorgando incrementos, como se dice en el convenio con el líder, independientemente de que esté aprobado por los trabajadores o no, yo te doy por lo pronto el incremento, sobre todo en el caso del salario, lo salarial y algunas otras cosas, y están a la espera de que se consulten los trabajadores y puedan ser aprobados. Pero ese es un tema que tenemos que ir viendo, no solamente el Centro Federal, sino las autoridades del Trabajo, la Secretaría del Trabajo, la Previsión Social, el Gobierno Federal, pero también las autoridades laborales de todas las entidades federativas”.
Además, el CFCRL ha empezado a rechazar a las organizaciones sindicales que llegan con una nueva revisión salarial, cuando en realidad corresponde hacer una revisión contractual.
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"Este reportaje ha sido realizado con el apoyo de Partners of the Americas, a través de su Proyecto de Sensibilizacion sobre la Reforma Laboral en México, con financiamiento proporcionado por el Departamento de Trabajo de los Estados Unidos. El contenido y las opiniones expresadas en este espacio son responsabilidad exclusiva de las y los participantes y no reflejan necesariamente los puntos de vista de Partners of the Americas, sus donantes, asociados, ni las opiniones o políticas del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos. Asimismo, la mención de nombres comerciales, productos u organizaciones no implica el respaldo del Gobierno de Estados Unidos”.