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Mercado puede limitar política energética de Trump
El nuevo presidente estadounidense dijo que fomentará la explotación de hidrocarburos, pero para analistas, la última palabra la tendrán productores y consumidores.

Fracking An American Shale Well
Desde este lunes, que tomó protesta para ser presidente por segunda vez en Estados Unidos, Donald Trump dejó claro que su política energética girará en torno a impulsar a las fósiles, con las amplias reservas en su territorio. Esto puede ser así en el discurso y hasta en la ley, pero no implica que la industria de ese país implemente cambios que impacten sus precios, explicaron analistas para quienes la integración regional incluso podrá traer beneficios para México en este nuevo escenario.
Gonzalo Monroy, consultor energético de GMEC, detalló que la llamada “emergencia energética” de rescate a los combustibles fósiles del nuevo presidente no resulta ninguna novedad, ya que desde su campaña manejó la regla de Tres, tres y tres: un crecimiento de 3% del PIB de su nación en términos reales, con una reducción de 3% del déficit fiscal y la adición de 3 millones de barriles de petróleo crudo equivalente a los 13.4% millones que desarrolla hoy.
“Todo es posible, pero la industria de ese país se maneja muy al margen del gobierno, con la cautela necesaria aunque existan las reservas, que en el territorio estadounidense sobran, no se desarrollan porque se intenta mantener los precios entre 70 y 80 dólares por barril, que es el que le resulta cómodo a la industria”, dijo el experto.
Alejandro Montufar, director general de PETROIntelligence, explicó que estos cambios regulatorios podrán conllevar efectos negativos en el medio ambiente y en la salud de la población estadounidense, por una mayor producción de hidrocarburos, y, por ende, de sus externalidades negativas asociadas a su producción y consumo. No obstante, dichos impactos podrán ser mitigados por el mercado internacional, ya que la expectativa global de la demanda de hidrocarburos es negativa, lo que significa que, a pesar de que Trump genere cambios para un mayor desarrollo de la industria del petróleo y el gas natural, es posible que las empresas no desplieguen la inversión esperada.
“De manera adicional, es altamente probable que se eliminen los estímulos para la compra de vehículos eléctricos, establecidos por la Ley de Reducción de Inflación (RIA, por sus siglas en inglés) y se suspendan las restricciones de exportación del gas natural”, aseguró.
Y en cuanto a México, el experto consideró, por un lado, una mayor producción estadounidense de petróleo y gas puede generar menores precios de suministro de energéticos para México, beneficiando a los consumidores. Por el otro, una mayor producción de los Estados Unidos implica un precio internacional menor, lo cual impacta el valor de la mezcla mexicana y por lo tanto, los ingresos de Pemex y las finanzas públicas.
Y para el analista del sector energético mexicano, Arturo Carranza, las decisiones que empezará a tomar desde hoy el presidente Trump se basan en la idea de regresarle a Estados Unidos el liderazgo internacional. Bajo esta premisa, la administración que entra en funciones facilitará aquellas regulaciones que impulsen la explotación de hidrocarburos. Esta tentativa del trumpismo se realizará a partir de órdenes ejecutivas, cuya implementación es rápida. No obstante, debe recordarse que el congreso jugará a favor del Ejecutivo, por lo que cualquier legislación de Trump podría transitar sin muchos contrapesos.