Inversión fija tiene su peor caída desde el 2009

En junio la inversión fija bruta que se realiza en territorio mexicano cayó 1.4% en comparación con mayo, en lo que se convirtió su tercer tropiezo del año, informó este jueves el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

Con este descenso, la variable medida a través del Indicador Mensual de la Formación de Capital Fijo (IMFBCF) se ubicó en un nivel 6.8% inferior al observado en junio del 2024, lectura que significó su décima caída mensual de forma consecutiva.

De esta forma, el índice acumuló un descenso de 6.9% durante la primera mitad del año, el más pronunciado desde el desplome de 14.2% que tuvo en el primer semestre del 2009 (año de la Gran Recesión mundial), sin contar la caída de 20.1% del pandémico 2020, que fue excepcional.

Esta contracción refleja una marcada debilidad de la inversión pública, que cayó 22.4%, mientras que la privada descendió 4.8 por ciento. 

Los resultados se producen luego de dos años de crecimiento acelerado, impulsado por una vigorosa inversión pública y optimismo de la inversión privada asociada a fenómenos como la relocalización de activos productivos desde Asia a Norteamérica (nearshoring).

Para este 2025 la narrativa es distinta. Por un lado, el gobierno gestiona una agresiva corrección del de déficit fiscal de un nivel de 5.7% en el 2024 –el mayor en al menos 30 años– a uno de 3.9% para este año, para lo cual ha reducido significativamente el gasto de inversión.

Por otro, la incertidumbre sobre el futuro de la relación comercial entre México y Estados Unidos ante el ascenso del proteccionismo en ese país y la próxima revisión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) han puesto en pausa proyectos productivos.

“La confianza empresarial y las decisiones de inversión siguen paralizadas mientras los inversionistas esperan la renegociación en 2026 del T-MEC”, dijo esta semana la agencia calificadora Moody’s en una nota de análisis.

El descenso de la inversión fija agregada de la economía mexicana contrasta con el crecimiento de 10.2% que tuvo la Inversión Extranjera Directa hacia México durante el primer semestre, para alcanzar los 34,265 millones de dólares.

Sin embargo, la IED es apenas una fracción de la inversión fija que se mueve en la economía mexicana. El año pasado participó apenas con poco más de 8.2% de la formación bruta de capital fijo que se registró en el país.

Además de la incertidumbre comercial, ha pesado sobre el ánimo inversor la inquietud sobre la forma en la que reformas legales y regulatorias domésticas recientemente aprobadas y en implementación afectarán el clima de negocios.

Aquí destacan la reforma del poder judicial, la de competencia económica, la de telecomunicaciones y la energética, que otorga un trato excepcional a las empresas energéticas del Estado mexicano (Pemex y CFE).

“Si bien la economía de México históricamente ha tenido un desempeño superior en términos de calidad de sus instituciones legales, un mayor deterioro de la credibilidad judicial aumentará los costos de las transacciones y reducirá la productividad con el tiempo”, dijo Moody’s en el mismo reporte.

La contracción de la inversión en junio reflejó la debilidad de sus dos grandes componentes de gasto: el de maquinaria y equipo, que cayó 1.6%; y el de construcción, que descendió 0.8 por ciento.

Al interior del primero el mayor tropiezo se observó en el renglón de maquinaria de origen nacional (-4.8%); en el caso de la construcción, la mayor retracción se vio en el segmento de edificación residencial –en donde predomina la inversión privada–, que cayó 2 por ciento.