Una detección temprana del Alzheimer puede ayudar a tener un curso más llevadero de la enfermedad

Aunque no existen datos oficiales, la Secretaría de Salud estima que en México hay un millón 300,000 personas con enfermedad de Alzheimer, lo que representa entre el 60 y 70% de los diagnósticos existentes de demencia.

La Dra. Paola Guraieb Chahín, médico internista, neuróloga y neurofisiólogo clínico del Centro Médico ABC, indica que el Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, esto quiere decir que afecta el sistema nervioso central y genera pérdida neuronal de una manera progresiva en algunas áreas del cerebro.

De manera general, cualquier persona mayor a los 65 años puede llegar a desarrollar Alzheimer, aunque existen casos particulares donde los genes influyen y se puede presentar en gente menor a esta edad.

Este padecimiento se caracteriza por una alteración progresiva en la memoria hasta llegar a niveles de demencia o, como actualmente se conoce, un trastorno neurocognitivo mayor.

Algo importante que se debe de comprender es que, aunque el Alzheimer progresa a demencia, no es el único motivo de que esta aparezca, pero sí es el principal causante de esto.

¿Cómo se desarrolla el Alzheimer?

Aunque no existen las causas del Alzheimer como tal, a nivel cerebral lo que sucede es una acumulación de dos proteínas, la beta amiloide y la tau, la acumulación de la primera puede resultar en una pérdida significativa de memoria; mientras que la acumulación temprana de la proteína tau desempeña un papel importante en la progresión de la enfermedad.

El Alzheimer se divide en dos tipos o clasificaciones:

• Inicio temprano: aquí la enfermedad afecta a personas menores de 65 años y representa entre el 5 y 6% de los casos totales. Generalmente, las personas con esta clasificación desarrollan los síntomas entre los 30 y 60 años; está fuertemente relacionado con factores genéticos o familiares.
• Inicio tardío: la variante de Alzheimer más frecuente y donde casi todos los casos se ubican. Se manifiesta alrededor de los 65 años o más y aunque también se puede relacionar con factores genéticos, con mayor frecuencia tiene su origen de manera esporádica.

Sin importar la clasificación, es frecuente que tenga el Alzheimer síntomas tempranos de manera silente, tardando entre 3 y 10 años en manifestarse. En términos generales las personas que están desarrollando Alzheimer tendrán un desorden progresivo de la memoria.

En las etapas tempranas se detectará una alteración en la memoria episódica, donde surgirán dudas como ¿qué desayuné ayer? ¿Dónde dejé las llaves del coche? ¿Qué vi en la televisión? Aquí se considera una etapa temprana y el paciente sigue siendo independiente la mayoría del tiempo.

Pero, al pasar a la etapa media, se comenzará a percibir un deterioro de la memoria remota, con dudas como ¿a dónde fui al kínder? ¿en qué lugar conocí a mi pareja? ¿dónde nací? Las cuales ahora serán difíciles de contestar. También aparecerán problemas físicos, resultantes de la pérdida de memoria, empezarán a manifestarse problemas para controlar las ganas de ir al baño, cambios en los patrones de sueño, en la personalidad, delirios, etc.

Para la etapa final del Alzheimer, las personas pierden su capacidad para reaccionar o responder al entorno, de seguir conversaciones o de controlar sus movimientos. Aquí, ante los cambios cognitivos y en la memoria, llegan a necesitar asistencia todo el tiempo aún en las actividades cotidianas de cuidado personal, pierden la noción de los hechos, tienen problemas al hablar, sentarse e incluso tragar.

Aunque existen algunas variaciones entre persona y persona, en términos generales, el cuadro clínico es muy similar para todos los pacientes de Alzheimer. 

¿Cómo identificar a tiempo un posible caso de Alzheimer?

Algo importante al señalar que existe predisposición genética para el desarrollo de Alzheimer es que todo dependerá del tipo de mutación genética que se presente; esto quiere decir que se puede tener la predisposición, pero no necesariamente se presentará o se heredará.

Las personas con diabetes, hipertensión, sobrepeso y los otros componentes del síndrome metabólico están, en general, en un mayor riesgo de presentar un problema neurodegenerativo.

Algunos estudios han detectado que un nivel escolar bajo está frecuentemente asociado a una mayor incidencia de Alzheimer, esto quiere decir que el estudio constante desde edades tempranas es una buena herramienta de protección.

Más allá de estos factores de riesgo, en el momento en que se note un problema de memoria es importante acudir al médico. Esto no significa que haya Alzheimer, debido a que los problemas de memoria se pueden presentar por causas diversas, de las cuales algunas son potencialmente reversibles.

En caso de no ser así, esto permitirá dar una atención temprana para buscar una manera de retrasar los síntomas.

Una vez que se han detectado los problemas de memoria, lo ideal sería recurrir a un neurólogo, debido a que estos especialistas atienden de manera regular estos problemas y, por lo tanto, será más rápido el encaminarse a un diagnóstico y tratamiento de  Alzheimer.

La realidad es que en México existen pocos neurólogos certificados, existen zonas del país en donde será difícil acceder a ellos, señala la Dra. Guraieb. Si no se puede conseguir un neurólogo es mejor ir con un médico internista o algún especialista clínico.

En la actualidad existen diversos métodos para llegar a un diagnóstico de Alzheimer, ya que se cuenta con biomarcadores específicos de la enfermedad. En México un PET glucosa puede orientar al diagnóstico y pronto estará disponible el PET amiloide y PET Tau (que son estudios que marcan estas proteínas específicas del Alzheimer). Además, en algunos lugares se puede hacer una punción lumbar para buscar estas proteínas en el líquido cefalorraquídeo que es el líquido que rodea al cerebro.

En caso de no poder contar con estas herramientas, lo mínimo recomendado para llegar al diagnóstico es la valoración del paciente más la realización de estudios de laboratorio generales y una resonancia magnética. Con esto se busca, sobre todo, descartar otras causas que se pueden detectar en la sangre o identificar la presencia de lesiones estructurales como un tumor o una inflamación del cerebro.

Alzheimer tratamiento a seguir

Al día de hoy, en México, únicamente se cuenta con tratamientos sintomáticos a base de medicamentos. Estos suelen generar una percepción de mejoría en el paciente y sus allegados. Dentro de estos medicamentos se utilizan:

• Antidepresivos, es frecuente que los pacientes de esta enfermedad desarrollen depresión.
• Medicamentos inhibidores de colinesterasa, que generan un aumento en la memoria en fases tempranas de la enfermedad.
• Memantina, este se prescribe a pacientes en etapa moderada o grave, mejora las funciones cognitivas y afectivas.

Adicional al uso de fármacos, los pacientes con Alzheimer también suelen requerir programas de ejercicio y cambios en el tipo de dieta, estudios recientes consideran que puede aplicarse como intervención preventiva para las enfermedades neurodegenerativas.

Por otra parte, conforme la enfermedad vaya progresando, el paciente no solamente tendrá problemas al recordar cosas, también habrá problemas de conducta y alteraciones visoespaciales importantes. La apraxia se hará presente, es decir, que comenzará a olvidar cómo realizar actividades que ya conocía, generará alteraciones en la marcha y movilidad, también podrá olvidar cómo comer, asearse y dejar de identificar los rostros de las personas.

La Dra. Guraieb comenta que, aunque todo esto es inevitable, con la detección temprana del Alzheimer se mejorará la calidad de vida tanto del paciente como de sus seres queridos. Esto con el uso de medicamentos y apoyos preventivos, como ya se mencionó, además gracias a la detección temprana, el paciente podrá participar en la toma de decisiones vitales, permitirá a la familia prepararse a la progresión de la enfermedad y actualizarse en las novedades que pueden surgir sobre este padecimiento.

En el Centro Neurológico del Centro Médico ABC podrás encontrar lo necesario para el diagnóstico y atención de personas con Alzheimer, así como apoyo para conocer la manera de cubrir las necesidades de vida que surgirán con el progreso de esta enfermedad.