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Con EPN se ocultó alza en el costo del NAIM: SCT
La falta de planeación, la discrecionalidad en la información relacionada, su complejidad técnica, los cambios constantes y el alto costo que tenía el NAIM son razones suficientes por las que “nunca debió aprobarse y menos iniciarse”, afirmó Jiménez Espriú.
La falta de planeación, la discrecionalidad en la información relacionada, su complejidad técnica, los cambios constantes y el alto costo (negado en su momento) que tenía el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) son razones suficientes por las que “nunca debió aprobarse y menos iniciarse”, afirmó el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier Jiménez Espriú.
En conferencia de prensa para argumentar la cancelación del proyecto, dijo que fue un error gravísimo ponerlo en marcha y que al detenerlo se evitó un desastre ecológico mayor, una severa explosión demográfica en la zona oriente del Valle de México, la sobreexplotación mantos acuíferos, el dispendio de enormes recursos públicos y la herencia de altos compromisos financieros a las siguientes administraciones, entre otras cosas.
Además, denunció que el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM) no hizo del conocimiento público y no informó al Consejo de Administración, la Secretaría de Hacienda ni a los inversionistas el contenido de un oficio elaborado por el gerente del proyecto, Parsons, donde se mencionó el incremento de costo de 13,300 millones de dólares a 16,300 millones de dólares, por cambios potenciales que obligaban a cambiar la fecha de inauguración de octubre del 2020 a septiembre del 2024.
Hasta el cierre del sexenio de Enrique Peña Nieto (EPN), se aseguró que el costo inicial de la obra no se modificó, sólo se actualizó anualmente, como ocurre con todo proyecto de infraestructural multianual.
El documento, con fecha del 22 de julio del 2016, fue firmado por James Young, vicepresidente y director del proyecto por parte de Parsons, y estaba dirigido al director de Finanzas del GACM, Ricardo Dueñas Espriú, y desde la perspectiva del titular de la SCT, “en ningún momento fue informado el equipo de transición del nuevo gobierno” y tampoco quedó consignado en el extenso libro blanco del proyecto (memoria documental de la obra).
“La información de Parsons del 2016 se ocultó siempre. Se archivó y se mintió sin recato. Por ello hemos afirmado reiteradamente que no se sabía ni cuánto costaría el proyecto, ni cuándo se podría terminar la obra, que era un elefante blanco, un pozo sin fondo, con un daño patrimonial que deberán evaluar las autoridades competentes”, explicó Jiménez Espriú.
Sobre eventuales sanciones, dijo que no es asunto de su competencia y que está en condiciones de aportar los elementos requeridos ante las autoridades. También reiteró la falta de transparencia en los procesos de licitación, el esquema de financiamiento y la negación a difundir los procesos legales en los que se encontraba el GACM.
