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América Móvil sugiere subsidiar a los mexicanos con una línea celular al estilo LifeLine de Estados Unidos
Daniel Hajj, CEO de América Móvil, planteó en el foro Mobile 360 Latin America de la GSMA, la posibilidad de entregar a los mexicanos de escasos recursos líneas celulares de Internet y telefonía subsidiadas por el gobierno, como el gobierno de Estados Unidos lo viene haciendo hace varios años.

Daniel Hajj Aboumrad es director general del grupo de telecomunicaciones América Móvil. Foto EE: Nicolás Lucas
Daniel Hajj Aboumrad, director general del grupo de telecomunicaciones América Móvil, propuso la creación de un programa de subsidios públicos para que personas y hogares de bajos ingresos puedan contar con una conexión asegurada a Internet en México y América Latina, debido a que las diferentes políticas regulatorias y los distintos contextos económicos, políticos y sociales que presentan los países latinoamericanos dificultan a la población acceder a un servicio digno de Internet y telefonía.
América Móvil, una compañía con 366 millones de accesos atendidos en 23 países de América y Europa en 2021, sugirió así a los gobiernos latinoamericanos la emulación de un programa de subsidios públicos establecido en Estados Unidos años atrás, denominado “LifeLine” y con el cual el Gobierno federal de ese país subsidia con hasta 9.25 dólares al mes el uso de una línea celular para los estadounidenses de bajos ingresos y hasta con 34.25 dólares mensuales para comprar un teléfono o para pagar la cuenta de Internet para los hogares con habitantes de las primeras naciones.
Un programa de subsidios así sería una alternativa para conectar al 15% de la población latinoamericana a la que todavía le resulta complicado acceder a Internet por obstáculos económicos y de política pública; e incluso también por impedimentos de tipo orográfico, esto por la dificultad que enfrentan los operadores para construir redes de telecomunicaciones en la accidentada geografía de América Latina y donde además no existe certeza de un retorno seguro de la inversión, planteó Daniel Hajj.
La gente no tiene un ingreso seguro como para poder pagar una suscripción… Yo lo que sugeriría es que los gobiernos deberían apoyar en eso como lo hace el gobierno de los Estados Unidos (…) Teníamos una empresa en Estados Unidos… donde hay un programa y donde si un usuario califica, el gobierno paga la conexión (…) Es un acuerdo entre el gobierno y los operadores para que haya planes de acceso a buenos precios y el gobierno paga esa conexión. El usuario tendría que calificar para que el gobierno le pague esa conexión”, dijo Daniel Hajj a Lucas Gallito, el director latinoamericano de la organización GSMA.
TracFone Wireless, una división de América Móvil que revendía servicios de telefonía e Internet a través de su marca Straight Talk, era una de las compañías que se beneficiaron del programa federal LifeLine en Estados Unidos y en el año 2019 fue vendida por su matriz a Verizon. La operadora TracFone recibía 9.2 dólares por cada acceso verificado por el programa LifeLine y en su mejor momento contó con más de 21 millones de clientes en ese país, aunque no todos eran usuarios beneficiados con los subsidios de LifeLine.
Daniel Hajj Aboumrad indicó que un LifeLine “latinoamericano” apoyaría las iniciativas de acotamiento a la brecha digital y en tanto las políticas fiscales y regulatorias que imponen gravámenes caros por el aprovechamiento de frecuencias de espectro y los “desequilibrios” financieros que ya presentan las empresas del sector por la inflación y por el magro crecimiento económico persisten en los diversos países latinoamericanos.
La inflación generalizada para América Latina será, en proyecciones del FMI y la OCDE, del 11.2% en 2022, aunque naciones como México presentarán una inflación de 8% y Argentina, una de 88% en el año. En tanto, el crecimiento económico para la región en general será de 3% en 2022 y de 1.6% en 2023.
Estos crecimientos ayudarán poco al sector de telecomunicaciones latinoamericano, como para apostar a muy corto plazo en despliegues potentes de redes con tecnología 5G en la región, un mercado en el que el costo del espectro es oneroso, insistió el jefe de América Móvil:
“Es importante tener regulaciones que promuevan la inversión y que coadyuven a la convergencia, para lograr una infraestructura resiliente y con disponibilidad de espectro, evitando así los altos costos que afecten la asequibilidad (…) Buscamos dispositivos inteligentes a precios adecuados, un marco impositivo que impulse la cobertura y el acceso a servicios, y también habilidades digitales para todas las personas”, dijo Daniel Hajj.
“Sí, las brechas se han venido cerrando rápidamente, de tener 29% de la gente conectada, hoy tendremos en Latinoamérica a alrededor del 65% de la gente que tiene conexión. Yo calculo que entre el 10 y 15% no tiene conexión porque no hay una red allí… porque no tiene dinero para tener un acceso (…) Si hablamos de los que no tienen un dispositivo, lo que tenemos que seguir promoviendo es que los dispositivos bajen, que tengan los menores impuestos y que lleguen al menor precio a la gente. Nosotros, como operadores en toda América Latina, estamos financiando esos dispositivos para que la gente tenga la posibilidad de adquirirlo”, deslizó así Daniel Hajj su planteamiento de un programa estilo LifeLine.
En México, el Gobierno federal ya apoya a una empresa, Altán Redes, con capital público para que esa operadora pueda desplegar infraestructura 4.5 LTE Advanced y a través del espectro de los 700 MHz, por lo que la autoridad tendría que analizar la conveniencia de un programa parecido a LifeLine y a dos años de que el gobierno de la Cuarta Transformación expire, aunque la existencia de una política pública de ese tipo también beneficiaría a los operadores comerciales que saldrían al mercado a pelear por los subsidios del gobierno para el consumidor, como lo hizo TracFone en Estados Unidos.
El “LifeLine mexicano” también tendría que disponer de las barreras necesarias para evitar los timos, pues el regulador FCC de Estados Unidos sancionó con 13 millones de dólares a TracFone por no percatarse de que 175,000 personas no eran elegibles para el programa; y que en el caso de México sólo pudieran beneficiarse de un programa así, las personas con bajos ingresos o aquellas por debajo de la línea de pobreza, que según el Coneval son esas personas que integran hogares con cuatro habitantes y con entradas mensuales de dinero por menos de 11,096.76 pesos mexicanos.
Aún con posturas a favor y en contra de la misma industria de telecomunicaciones y de miembros del Partido Republicano, el programa LifeLine se mantiene con operadores que ofertas paquetes de hasta 1,000 minutos de voz por mes y más 4 Gigabytes de navegación sobre coberturas 3G y 4G LTE.
kg
