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El origen de los cacahuates japoneses: 3 lecciones para superar los tiempos de crisis
Un negocio que surgió ante la crisis económica y ahora es una botana emblemática en México.

Yoshigei Nakatani y su esposa Emma Ávila. creadores de los cacahuates japoneses.
Emprender en un entorno con problemas sociopolíticos es complicado, pero también representa una oportunidad de negocio y de aprender a tomar decisiones en momentos difíciles para llegar al éxito. Esta mentalidad dio origen a los cacahuates japones, una famosa botana de origen mexicano.
Tener un plan de liderazgo y organización para adaptarse a los cambios es importante para no quedarse atrás, pero 42% de las empresas no cuenta con dicha planeación, de acuerdo con el estudio Liderazgo en tiempos de crisis en las organizaciones mexicanas, realizado por Orduña Talent Services.
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El origen de los cacahuates japoneses
La historia de los cacahuates japoneses comienza con Yoshigei Nakatani, un inmigrante japonés que llegó a tierras mexicanas a los 22 años, quien buscaba mejores oportunidades y con la promesa de volver con su madre cuando él triunfará, de acuerdo con el portal Discover Nikkei.
En tanto, su primer empleo fue en un almacén de un empresario japonés, en el que la mayoría de los inmigrantes que trabajan junto a él comenzaron a vivir en el barrio de La Merced, en la Ciudad de México.
En dicha zona fue en donde conoció a Emma Ávila, de quien se enamoró y con quien se casó en 1935.
Sin embargo, el ataque de Japón a Estados Unidos en 1941, provocó el cierre del almacén donde trabajaba Yoshigei Nakatani, debido a que el dueño era considerado un espía del imperio japonés, por lo que fue intercambiado junto con otros diplomáticos japoneses por norteamericanos y mexicanos que vivían en Japón. Ante esta situación, buscó fuentes de ingreso para mantener a su esposa y a sus cinco hijos y fue cuando recordó su experiencia sobre la elaboración de dulces que aprendió en su país natal.
Esto dio paso al proyecto que creó junto con su esposa. Ambos elaboraron muégano y ante el éxito que tuvo, el matrimonio se animó a producir la “oranda”, una fritura hecha de trigo y con un toque de sal, el cual también ganó popularidad en la zona.
A pesar del éxito, el matrimonio intentó elaborar otra botana. Esta vez sería un cacahuate cubierto con harina de arroz y soya, el cual es común en Japón, pero al no contar con los ingredientes necesarios en México, los sustituyó con harina de trigo.
Como resultado, el producto ganó mucha popularidad en las dulcerías en el mercado de La Merced.
Cabe mencionar que el nombre “cacahuate japones”, se debe a que la gente relacionaba la botana con la familia, en donde era común escuchar frases como “los cacahuates del japonés”, por lo que decidieron comercializarlo bajo el nombre por el que aún se conoce.

3 lecciones sobre el origen del cacahuate japonés
El negocio de los cacahuates japoneses fue todo un éxito y ante la creciente demanda, la familia Nakatani tuvo que expandir el área de trabajo e implementar máquinas para aumentar la producción. Te presentamos tres lecciones de los cacahuates japoneses que puedes aplicar para actuar ante la necesidad y las crisis.
» 1. Actuar con inmediatez: Yoshigei Nakatani buscó nuevas oportunidades a pesar de la situación con su país de origen, aunado al cierre del almacén en donde laboraba, utilizó su experiencia en la elaboración de dulces para generar ingresos.
Por otra parte, el 70% de los líderes se sienten respaldados por las organizaciones para tomar decisiones en situaciones complicadas, lo que le transmite autonomía, de acuerdo con Orduña Talent Services.
» 2. No temer a probar cosas nuevas: Si las cosas no salen como se esperan, ¿qué hay que hacer? En el caso de Yoshigei Nakatani al no encontrar los ingredientes originales como la harina de trigo o la soya, buscó y experimentó con los ingredientes que estaban a su alcance.
Por ende, salir de la rutina o experimentar conlleva a nuevas posibilidades, como fue el caso del origen de la popular botana.
» 3. Aprender a delegar: Un punto clave en el éxito de la familia Nakatani es que cada integrante de la familia contribuyó al crecimiento. Por ejemplo, el hijo mayor ayudaba a su padre, la segunda hija apoyaba con las labores en el hogar y cuidaba de los hermanos más pequeños, mientras que los padres producían y salían a vender el producto.
Un dato curioso es que Yoshigei Nakatani, le encomendó a su cuarta hija dibujar a la geisha que se mostraba en las envolturas de los cacahuates.
