Buscar
El Empresario

Lectura 4:00 min

Más allá de la cuota: ¿Cómo garantizar que las mujeres lleguen y permanezcan en la Alta Dirección?

"Si queremos que la equidad de género en la alta dirección no tarde más de 25 años en materializarse, debemos acelerar el proceso".

Mujer directiva

La diversidad de género mejora la capacidad de análisis.Shutterstock.

Los avances en la equidad de género en la Alta Dirección en México son innegables. Según el estudio Women in Business 2025 de Grant Thornton, hoy el 38.9% de los puestos de liderazgo en el país están ocupados por mujeres, lo que nos coloca en el sexto lugar a nivel global. Sin embargo, aún estamos a una generación de lograr la paridad total, con una proyección de alcanzar dicha paridad para 2051.

Estos avances son alentadores, pero detrás de cada número hay historias de mujeres que han desafiado obstáculos estructurales y culturales para llegar a estos espacios. En sectores como la prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo, por ejemplo, el liderazgo femenino sigue siendo un desafío particular. Son campos tradicionalmente dominados por hombres, donde la toma de decisiones tiene un impacto directo en la seguridad financiera, legal y la integridad de los negocios.

A lo largo de mi carrera, he visto cómo la diversidad en la toma de decisiones transforma la forma en que las empresas abordan los riesgos relacionados al lavado de dinero y al financiamiento al terrorismo, la evolución en la cultura de cumplimiento y comprensión de los riesgos reales y potenciales a los que se enfrentan las organizaciones. La prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo requieren no sólo un conocimiento técnico profundo, sino también un entendimiento de las consecuencias negativas que tienen estos flagelos en la sociedad y en la economía, así como, una visión estratégica y ética que sólo puede fortalecerse con equipos diversos.

El hecho de que más mujeres estén ocupando estos espacios no solo representa una victoria en términos de equidad, sino que tiene efectos directos en la calidad del liderazgo. Se ha demostrado que la diversidad de género mejora la capacidad de análisis, la detección de riesgos y la toma de decisiones en entornos de alta presión. En un mundo donde la confianza en las instituciones financieras y corporativas es clave, contar con más mujeres en estos sectores es una ventaja competitiva.

Pero llegar a estos espacios no ha sido fácil. Muchas mujeres en posiciones de liderazgo hemos enfrentado retos adicionales: la falta de referentes femeninos, la resistencia a nuestras decisiones en entornos tradicionalmente masculinos y la necesidad de demostrar constantemente nuestra capacidad.

Es por eso que la presencia de mujeres en la Alta Dirección es más que una cuestión de cifras. Es un mensaje claro para las generaciones más jóvenes: sí es posible llegar. Cada vez que una mujer asume un rol de liderazgo, está abriendo el camino para que otras mujeres la sigan, desafiando la percepción de que ciertas áreas de especialidad o posiciones estratégicas están reservadas para los hombres.

Un dato clave es que el 40.4% de las empresas en México reportaron un aumento en la participación femenina en sus equipos directivos en el último año, lo que evidencia una tendencia positiva y alentadora. Este tipo de avances demuestra que las empresas empiezan a reconocer el valor de la diversidad y la igualdad de género, tanto como una necesidad ética como una estrategia de crecimiento.

¿Qué sigue? De la visibilidad a la acción

Si queremos que la equidad de género en la alta dirección no tarde más de 25 años en materializarse, debemos acelerar el proceso. Para ello, las empresas deben adoptar estrategias claras: establecer metas concretas de representación, desarrollar programas de mentoría y asegurarse de que las oportunidades de crecimiento sean accesibles para todas las personas con talento, sin sesgos de género.

La transparencia en los indicadores de equidad de género son un primer paso, pero el verdadero cambio vendrá cuando las mujeres en liderazgo ya no sean una excepción, sino la regla. Llegar ahí requiere compromiso, pero también voluntad de cambiar la cultura organizacional desde la raíz, y justamente cambiar la cultura es el gran reto.

México ha avanzado, pero no podemos conformarnos. La equidad de género no es solo un tema de justicia, sino una estrategia de negocio que fortalece la resiliencia y la competitividad de las empresas. Apostar por el liderazgo femenino no es una opción: es una necesidad.

* Por Alondra de la Garza, experta en Prevención de Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo, en Grant Thornton México.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete