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Los beneficios de la portabilidad de nómina

Si quieres cambiar, primero tienes que abrir una cuenta en el banco en el que quieres que se te deposite la nómina, después ir al banco en donde recibes actualmente tu nómina y solicitar la transferencia automática.

No existe banco mejor, sino el que más conviene

En nuestra experiencia, y particularmente en lo que se refiere a instituciones financieras, no existe ninguna que sea “la mejor” para todas las personas.

Mucho depende de lo que estamos buscando. Algunas personas prefieren tener sucursales cerca de su casa y oficina, o un mejor horario, y no requieren de servicios sofisticados.

Otros queremos tener acceso a servicios de valor agregado, como puede ser una tarjeta de crédito sin anualidad de por vida o un mejor servicio de banca por Internet.

Nuestras Finanzas Personales merecen que nos demos el tiempo de buscar al banco que más nos convenga.

Puede ser la institución donde hoy estamos, pero puede ser cualquier otra. Ahora podemos hacerlo. No lo echemos en saco roto.

El pasado 31 de octubre del 2008 entró en vigor la disposición que permite a los trabajadores asalariados elegir la institución bancaria en la cual desean recibir su salario, independientemente del banco con el cual trabaja su patrón.

El proceso, sin embargo, por lo general no es automático, a menos que el patrón cuente con un servicio no exclusivo en su banco, el cual le permita depositar de origen, el salario de cada trabajador en cuentas de bancos distintos.

En caso contrario, que es el que va a aplicar para la gran mayoría de nosotros, el empleado, primero, tiene que abrir una cuenta en la institución de su preferencia, la cual puede ser una cuenta específica de nómina, una cuenta de cheques o ahorro tradicional.

Posteriormente, tiene que acudir al banco donde hoy recibe su nómina para solicitar mediante un formato que todos sus depósitos de sueldo y demás prestaciones sean automáticamente transferidos a la cuenta que eligió.

Dicha institución no puede cobrar ninguna comisión o cuota por seguir estas instrucciones, por ley.

Aunque podría haberse aplicado un esquema mucho más sencillo, esta medida es un gran acierto por parte de nuestras autoridades financieras, ya que conlleva grandes beneficios.

Antes, los bancos que participan en el segmento de nómina, buscaban captar las cuentas de nómina de las empresas, de los patrones; esto les garantizaba generar cuentas para todos los empleados.

Por lo tanto, los bancos buscaban diferenciar sus productos ofreciendo más servicios y beneficios al patrón, no a los empleados, quienes eran considerados como “clientes cautivos”.

Por el contrario, la portabilidad de la nómina incentiva, de manera muy importante, la competencia entre bancos, quienes ahora deben competir para captar a los trabajadores, no sólo a las empresas.

Por ende, muchas instituciones buscarán ahora ofrecer productos con múltiples servicios de valor agregado, con el fin de atraer a muchos de nosotros.

Ejercer el poder

Por otro lado, nos brinda poder de decisión: ahora podemos tener nuestro salario depositado en la cuenta de nuestra preferencia y manejar nuestras Finanzas Personales con el banco que más nos convenga.

Y además, si cambiamos de trabajo, podremos arreglar que nuestro dinero se siga depositando en la cuenta que hoy tenemos, con la cual estamos a gusto.

En los pocos días que lleva esta disposición en vigor, ya ha comenzado la carrera de algunos bancos por captar más clientes.

En los últimos días, se ha intensificado la publicidad; un banco anuncia que su producto es “mucho más que una tarjetita de nómina” y ofrece beneficios como descuentos en ciertos establecimientos, tarjetas de crédito gratis, etcétera.

Otro banco, anuncia en su página web, un producto de nómina que incluye, además de una cuenta sin comisiones, beneficios como: puntos intercambiables por recompensas, tarjeta de crédito sin anualidad por el primer año, transferencia de saldos de otras tarjetas, crédito personal de destino libre, etcétera.

Aunque algunos de estos beneficios ya estaban disponibles en ciertos bancos, uno no podía tener acceso a ellos a menos que el patrón nos depositara en dichas instituciones.

Pues bien: no más. Ahora nosotros tenemos el poder de cambiarnos, el poder de elegir. Y eso, vale oro.

Ahora nos toca a nosotros hacer nuestra parte y comparar qué institución nos puede ofrecer la mejor solución para nuestras necesidades financieras y determinar con quién preferimos estar, y si no nos gusta, siempre podemos volvernos a cambiar.

Te invito a visitar y a que me envíes tus preguntas, dudas y comentarios a través de mi página en Internet:

www.planeatusfinanzas.com, así como a mi correo:

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