La industria manufacturera

El sector permite conocimientos, especialización e innovación.

No muy a menudo nos detenemos a pensar en la importancia que tiene la industria manufacturera en nuestro país. En realidad, después del proceso de apertura de la economía mexicana iniciado en 1982 y tras la adopción de la estrategia de promoción de exportaciones, el sector manufacturero del país se convirtió en el motor del crecimiento económico de México, pues las exportaciones de manufacturas pasaron de representar 19.5% en 1980 a más de 80% a partir del 2000, a la par de que las exportaciones de petróleo decrecieron en importancia.

De hecho, no existe ninguna otra actividad económica que realice una contribución más grande al Producto Interno Bruto (PIB) del país que la industria manufacturera. Ni siquiera el sector comercio, que es tan importante, contribuye tanto al PIB nacional. Lo mismo sucede con el empleo: ninguna otra actividad económica en México emplea un mayor número de personas que la industria manufacturera, lo cual deja de manifiesto la enorme importancia que tiene esta industria para el bienestar y prosperidad nacional.

Otro factor que pocas veces consideramos es que la Inversión Extranjera Directa que llega a nuestro país se dirige generalmente a alguna rama de la industria manufacturera, pues hay que destacar que, a pesar de los problemas de seguridad que enfrenta México, se ha logrado hasta el momento mantener el atractivo para dichas inversiones; sin embargo, a pesar de la enorme contribución que la industria manufacturera ha hecho al desarrollo económico nacional, diversos factores, entre los que se encuentra la falta de una política clara de fomento industrial en nuestro país, han provocado una desaceleración en el crecimiento del sector, lo cual se manifiesta en la pérdida de peso relativo que ha sufrido ante otras actividades económicas, como son el comercio y algunos servicios.

Así, encontramos que mientras en los años 1993 y 2003 la industria manufacturera contribuía con 17.2 y 17.8% al PIB, respectivamente, para el año 2010 dicha aportación había disminuido a 17.4 por ciento. Asimismo, en materia de empleo mientras que en los años 2000 y 2003 la industria manufacturera empleaba a 35.6 y 31%, respectivamente, de toda la población ocupada a nivel nacional, en el 2010 dicho porcentaje había disminuido a 25.9 por ciento.

Esto nos da una idea clara de la desaceleración y pérdida de relevancia que ha venido sufriendo la industria de transformación a nivel nacional, situación que es por demás preocupante, pues el futuro de México depende en buena medida de la fortaleza y competitividad de la industria manufacturera.

Esto es particularmente cierto, pues ni el comercio ni los servicios contribuyen de manera tan importante al desarrollo económico del país. La operación de las industrias de transformación permiten la inyección de conocimientos, especialización, innovación y competitividad a la economía de forma superior a como lo hacen otras actividades económicas.

Brasil, Rusia, India y China ocupan hoy en día un lugar prominente en la economía mundial gracias a su producción de bienes manufacturados. No descuidemos a una industria que nos ha dado tantas satisfacciones y atendámosla mejor.