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El Empresario

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La Zarza, un negocio horneado en casa

La pastelería nació en 1991 por iniciativa femenina.

La pastelería nació en 1991 por iniciativa femenina.

Puebla, Pue. José Luis Cisneros Madrid, dueño de la franquicia de pastelerías La Zarza, se autodefine como innovador disciplinado, pues desde que tomó el control de la empresa familiar en tan sólo 13 años logró incrementar de tres puntos de venta a 54, varias de ellas en el Distrito Federal, Veracruz y Tlaxcala, principalmente porque le dio una marca al producto, organizó el trabajo e inició la elaboración de los postres de forma masiva.

Todo inició cuando su padre, Ignacio Cisneros, a finales de 1996, lo invitó a incorporarse al negocio que en ese entonces vendía a la semana unos 100 pasteles.

El empresario trabajaba en la firma Alpha Graphics, la cual era una franquicia que ofrecía los servicios de impresión y fotocopiado, pero aspiraba a algo mejor y por eso decidió hacerse cargo de la empresa familiar que en ese entonces aún no tenía nombre.

“Sabía que la empresa tenía que crecer más para que mantuviera a dos familias y por eso trabajé para crear la línea de producción, así como diseñé los manuales para la elaboración de los pasteles”, comentó.

José Luis Cisneros fue el segundo de 14 hermanos. Entrevistado por El Economista platicó que el establecimiento de la pastelería surgió en 1991 como una iniciativa de su mamá, Concepción Madrid, con el fin de apoyar en los gastos familiares.

Los resultados del negocio -instalado en el garaje de la casa de sus papás- fueron mayores a los esperados, pues el producto se empezó a comercializar muy bien. De hacer los pasteles de manera artesanal pasaron a producción masiva para otras tiendas.

Al concluir su carrera universitaria en la UDLA, primero trabajó en una empresa dedicada a la fabricación de lámparas ahorradoras y ahí conoció la operación de una línea de producción. Posteriormente, laboró en una franquicia y ahí aprendió como funciona un negocio de ese tipo.

Antecedentes

“Para mí, esas dos experiencias laborales fueron fundamentales para lograr el éxito de La Zarza; por un lado, conocer cómo funciona una línea de producción y por el otro, saber sobre temas organizacionales”, platicó.

A principios de este año, las oficinas corporativas de la empresa se situaron en la casa donde se abrió la primera pastelería.

“Ello me trae buenos recuerdos porque es como volver a los orígenes”, aseveró.

En estos momentos, la marca La Zarza -pasteles para compartir- emplea de forma directa a más de 300 personas, de las cuales 154 le trabajan directamente al empresario -ya sea en las oficinas corporativas o en los puntos de venta que tiene-, mientras que el resto labora en las otras tiendas, de las cuales la mayoría son franquicias.

La producción actual llega a 1,100 pasteles diarios y entre las metas están: llegar a 600 puntos de venta en 10 años y tener centros de producción en todo el país.

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